El parking disuasorio de Capiscol tendrá zonas verdes y áreas de juego

El aparcamiento disuasorio de Capiscol entrará en funcionamiento en 2025 y, además de las 226 plazas previstas, contará con zonas verdes y espacios para juegos. El acceso a la parcela que se urbanizará para aliviar los problemas de estacionamiento del entorno será por el pasaje Fernando de Rojas y la salida se ubicará en el entorno de la plaza Avelino Antolín Toledano.

El consejero de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, y la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, mostraban de hecho el proyecto que transformará este entorno tras la cesión oficial del terreno que ocupará el mencionado parking. Se trata de una parcela rectangular de 2.620 metros cuadrados incluida en el sector s-53-11 denominado el Silo, aun por desarrollar. 

Las obras, según indicaba la regidora municipal, «comenzarán a lo largo de 2024», tras su licitación y adjudicación, por lo que dado que el proyecto contempla un plazo de ejecución de nueve meses, cabe suponer que este nuevo aparcamiento estará listo para su estreno el próximo año. Una inversión de dos millones lo hará posible.

Con el acuerdo escenificado ayer se ponía punto final a un proceso largo. Y es que, tal y como recordó Ayala, la primera petición a la Junta la formuló Javier Lacalle como alcalde. Lo ocurrido a partir de 2019, año en el que, tras todo un mandato en silencio, la Administración regional respondió a la solicitud, difiere según el relato del actual equipo de Gobierno o el anterior. Los primeros acusan de dejación a Daniel de la Rosa y este sospecha que el regreso del PP a la Alcaldía desbloqueaba el diálogo y aceleraba los trámites. Lo cierto es que el proyecto estaba redactado al término del anterior mandato, a la espera varios informes técnicos para su aprobación y, claro, de la cesión al fin consumada «tras apenas dos meses» de conversaciones, se jactó la regidora.

La primera edil incidía en que este aparcamiento será complementario al ideado en altura en la calle María Amigo, pues prestarán servicio a zonas diferentes de Gamonal.

Por su parte, Carriedo destacó la apuesta de la Junta y el Ayuntamiento de Burgos por la rentabilidad social del suelo en detrimento del beneficio económico «para dar el mejor servicio a los ciudadanos». El edificio del Silo se queda al margen del acuerdo por no existir un plan para su uso futuro.