Día del Libro
Burgos, tierra de escritores
La Asociación de Profesionales de Bibliotecas de Burgos pondrá en marcha la segunda edición de las rutas literarias este año en la Feria del Libro, una cita que se celebrará del 23 de mayo al 2 de junio
A lo largo de la historia han sido muchos los escritores que se han inspirado en esta tierra. En su capital y en los maravillosos rincones que pueblan la provincia. Viajeros de otras épocas, que dejaron en sus escritos las experiencias de su tiempo en Burgos. Algunos maravillados por lo que sus ojos descubrían, otros inspirados por la Historia que emanaba de las calles, incluso, marcados por las experiencias que no fueron del todo agradables.
Siguiendo esta idea, la de recopilar, en este caso las vivencias, impresiones, textos e ideas que marcaron y marcan a los escritores los rincones de la capital, en el año 2002 el autor Fernando Ortega, publicó por primera vez su libro ’Burgos, Paseos Literarios’. Un volumen que debido a su éxito se reeditó en el año 2004. Al poco, se vendieron todos los ejemplares y pasó a ser, en cierto modo, un libro de coleccionista. Fue en el año 2022, cuando Ortega saca al mercado una segunda edición corregida, incluyendo nuevas rutas y textos.
Con esa idea como base, el pasado 2023 la Asociación de Profesionales de Bibliotecas de Burgos toma el relevo y pone en marcha la primera edición de las rutas literarias por Burgos. Fue un éxito. Por ese motivo han decidido retomar los paseos este año en la Feria del Libro de Burgos, unidos a las actividades programadas desde la Asociación de Libreros. Una cita que se celebrará desde el próximo 23 de mayo al 2 de junio.
La asociación programará este año dos paseos diferentes. Los días 28 y 30 de mayo a las 11.00 de la mañana. Cada jornada tendrá dos ofertas. Un paseo llevará desde la Plaza Mayor hasta el Patillas y estará conducido por el presidente de la Asociación de Bibliotecarios Fernando Izquierdo.
La segunda ruta tendrá como guía a la también bibliotecaria, Angélica Lafuente. Partirá de la Plaza Mayor como punto de partida y como destino final la Flora.
«Las rutas se iniciaron el pasado año, tanto en el Feria del Libro como para celebrar el Día de las Bibliotecas, junto a la Biblioteca Pública del Estado, situada en la plaza de San Juan. Por ese motivo partimos de esa plaza camino al Patillas» explica Fernando Izquierdo, presidente de la asociación. «Fueron un gran éxito, a pesar de la lluvia, incluso se animaron a acompañarnos internos de la Residencia de San Agustín, hasta seis personas con sillas de ruedas. Nos animó y volvimos a retomar la idea esta vez para la Feria del Libro».
La acogida les sobrepasó en parte, ya que la propuesta estaba planteada para 15 personas, pero los grupos se llenaron y tuvieron que ampliar el aforo a mas de 20 debido a la alta demanda. En general acudieron mas mujeres que hombres, «es lo habitual, las mujeres suelen participar mayoritariamente de estas actividades. También es normal que la media de edad supere los 40. Fue muy satisfactorio y esperemos que al volver a programarse puedan acudir las personas que el año pasado se quedaron fuera», refiere Fernando.
«Había comentarios de todo tipo, incluso nos acompañó un turista de paso por la capital. Pero todos coincidieron en pedirnos una lista de las lecturas que se habían realizado para poder buscar los libros y conocer mejor a los autores» ,concluye el presidente de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas de Burgos.
Burgos en la Literatura
La verdad es que si seguimos el libro y la propuesta de Fernando Ortega es difícil elegir una ruta. Como lugar de partida, en el particular paseo que les proponemos, tomaremos la plaza de Santa María. En la subida hacia la iglesia de San Gil, en la segunda casona de piedra, se imprimió la primera edición de ‘La Celestina’, fue en el año 1499. El lugar acogió los talleres de la Imprenta de Fadrique Alemán de Basilea. Un dato conocido, importante, sin duda, que quizá merecería algo más que una sencilla lápida en su recuerdo. En su imprenta no sólo vio la luz el texto de Fernando de Rojas, sino que también imprimió el Lazarillo de Tormés o las obras de Antonio Lebrija. Al morir el titular Fabrique, fue su hija Isabel, la que tomó las riendas del negocio. Continuó la saga de impresores a manos de una mujer, un hecho llamativo para el Siglo XV, y poco conocido en la historia de la ciudad.
Con tan sólo volver la vista nos contempla la Catedral. De ella dicen que Víctor Hugo se enamoró de niño en un viaje que realizó a Burgos con sus padres. Según recoge Mari Cruz Ebro en ‘Memorias de una burgalesa’ «de los tres hermanos, Víctor, no se cansaba de mirar la Catedral las vidrieras, los cuadros... en ese mirar absorto salió una figura del templo bufonesca y deforme que dio tres campanadas y desapareció...» Por esa aparición fantástica que marcó la mente de un niño, cuentan que fue aquí en Burgos, donde nació la idea del Jorobado de Notre Dame. Sea como sea, lo que sí es cierto, que Burgos impresionó al genial escritor francés que guardó el recuerdo toda su vida la imagen de la capital y de San Pedro de Cardeña. Por dicha unión, el año 2021, la localidad de Castrillo del Val le dedicó una calle, en un acto en el que estuvo presente el Cónsul General de Francia.
Otro dato conocido es que el invierno burgalés casi termina con Hans Cristian Andersen. Nos vamos ahora hasta la actual calle Vitoria, en su inicio, cerca de la Plaza de la Libertad. Andersen estaba alojado en la Fonda de la Rafaela, un lugar modesto, sin chimenea, por lo que el calor provenía tan sólo de un brasero, que según relata, el autor de cuentos como La Cerillera, le pareció insuficiente para soportar el frío de un diciembre burgalés «el tránsito a pie era imposible, y otro tanto en coche... a través de los cristales veía cómo la gente iba rebozándose en la nieve espesa...»
Mucho más agradable fue, sin duda, la estancia de Federico García Lorca en Burgos. En el verano de 1917 llegó a la capital junto a su profesor de literatura de la Universidad de Granada para asistir a los cursos hispano-franceses que se celebraban en Burgos. Era su segunda visita y de la ciudad había escrito a su familia «Burgos es maravilloso, tanto lo antiguo, que es de lo mejor de España, como lo moderno» .En aquel verano Lorca descubrió la Cartuja donde el silencio de los monjes inspiró al joven poeta ,el Monasterio de las Huelgas, el Hospital del Rey, la ermita de San Amaro y los chopos del Parral.
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No fue el único escritor fascinado por los paseos de Burgos, ya que Benito Pérez Galdos recordaba el verdor de los árboles de la capital, y los utiliza en textos para situar sus personajes: « Iban por alamedas de chopos que hay en Burgos, rectas, inacabables, como senderos de pesadillas».
Cerca de las choperas que antaño poblaron el inicio del parque de la Quinta encontramos otra referencia literaria. Esta vez la de la Santa Teresa de Jesús, que llegó a Burgos para fundar el que fuera su último convento. La santa y escritora, esta vez, deja testimonio de su paso por la ciudad a través de sus cartas. En ellas muestra la devoción al Cristo de Burgos, que, como entonces, no se encontraba en la capilla de la capital, sino en su lugar de origen, el antiguo convento de San Agustín.