El Correo de Burgos

La Semana Santa refuerza el turismo en Burgos con el mejor marzo de los últimos cinco años

El sector hotelero sigue sin percibir un gran impacto de las procesiones: «Se dan pasos, pero no va a ser labor de un día». La ocupación rondó el 92% entre el Jueves y el Sábado Santo

El casco histórico de Burgos es uno de los puntos de mayor concentración de turistas en cualquier época del año.

El casco histórico de Burgos es uno de los puntos de mayor concentración de turistas en cualquier época del año.SANTI OTERO

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Histórico mes de marzo para Burgos en lo que a turismo se refiere. Gracias, eso sí, al empuje de la Semana Santa. Y eso que el tiempo no acompañó, pues de lo contrario los datos quizás hubiesen sido aún mejores. En cualquier caso, la provincia cerró el mes pasado con un total de 68.768 viajeros, un 11,5% más respecto al año anterior.

Más allá de este aumento interanual, lo más destacado es que el turismo experimentó en marzo un considerable impulso que supera las cifras prepandemia. Si nos remontamos al año 2019, cuando Burgos registró 63.656 visitantes, el incremento se sitúa en el 8%. Atrás quedan los dos ejercicios lastrados por el coronavirus, con 13.130 y 14.380 viajeros, respectivamente; y un 2022 en el que ya se atisbaba la luz al final del túnel con 53.536.

Que la provincia haya alcanzado tan elevado número de visitantes en marzo «no es sorprendente», apunta el responsable del sector hotelero de la Federación de Empresarios de Hostelería de Burgos, Luis Mata, mientras subraya que el hecho de que la Semana Santa haya caído este año en marzo y no en abril resulta muy significativo. No en vano, asegura que el panorama fue «peor de lo que se esperaba debido a la climatología adversa».

A expensas de que finalice abril para obtener una «visión más global» de cara a establecer una comparación más adecuada en términos interanuales, Mata considera que la Semana Santa burgalesa, cada vez más en auge y con la firme aspiración de ser declarada de Interés Turístico Internacional, todavía no genera un gran impacto a la hora de atraer un mayor número de visitantes. Algo se nota y «se dan pasos» para consolidar estas fechas en el calendario, pero «no va a ser labor de un día».

«La gente tiene asumido que las grandes semanas santas son las del sur de España», advierte sin pasar por alto que Zamora, Valladolid e incluso Palencia llevan años de ventaja a Burgos pese a que las distancias se han ido acortando con el paso del tiempo. Lo importante, sea como fuere, es que la ciudad está «intentando poco a poco hacerse un hueco». De hecho, los establecimientos hoteleros de la capital rozaron el 92% de ocupación durante el Jueves, Viernes y Sábado Santo.

Tomando como referencia los últimos datos sobre coyuntura turística hotelera recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ocupación por plazas a lo largo del mes de marzo superó el 50%, incrementándose durante los fines de semana hasta el 65,2%. Según los datos que maneja la Federación de Hostelería, la Semana Santa propició un grado de ocupación del 70%.

Sin salir de la capital, la estadística del INE correspondiente al pasado mes contabiliza 38.015 visitantes (8.900 procedentes del extranjero). Por lo tanto, se puede apreciar que el 55% de los turistas se alojaron en la ciudad. Es lo que suele ocurrir por estas fechas, si bien es cierto que el año pasado se produjo un reparto más equilibrado con el resto de la provincia, que acogió al 48,4% de los viajeros.

En términos generales, el turismo continúa enfrentando dos grandes retos. En primer lugar, atraer a un mayor número de visitantes extranjeros. Este mes de marzo, la provincia dio la bienvenida a más de 16.800. Es decir, uno de cada cuatro. Sin embargo, en 2019 se registraron 21.278 y en el 22 también se superó la cifra del presente ejercicio con 17.543. De puertas hacia dentro, el País Vasco, la Comunidad de Madrid y Castilla y león se mantienen como los principales proveedores de viajeros por cuestiones de cercanía y buenas comunicaciones.

El segundo frente abierto del sector es el de las pernoctaciones. Cuesta superar la barrera de los dos días de estancia tanto en Burgos capital como en el resto del territorio. En marzo de este año, el INE da cuenta de 111.318 pernoctaciones, lo que se traduce en un aumento del 15,4% en relación a 2023. Además, la subida también es palpable respecto a 2019 e incluso se acentúa algo más al rondar el 16,5%. Aún con todo, la media oscila entre 1,5 y 1,6 días de alojamiento por persona.

En clave autonómica, Burgos sigue siendo la segunda provincia con mayor capacidad de atracción turística. Imposible competir con Salamanca, que culminó marzo con 79.852 viajeros. Pese a ello, cabe resaltar que Castilla y León recibió el mes pasado a 387.550 visitantes de los que Burgos aportó casi un 18% mientras Salamanca superaba el 20%.

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