Tecnología punta para esclarecer delitos a distancia

Ni pájaros ni aviones. Tampoco Supermán. Son los drones de la Policía Local de Burgos, tres en activo desde junio de 2021. Uno muy ligero para controlar aglomeraciones, otro con cámara térmica para fines similares por la noche y el de mayor tamaño especialmente diseñado para asistir a la Unidad de Reconstrucción de Accidentes. Pasan desapercibidos mientras sobrevuelan la ciudad y cumplen numerosos cometidos. Algunos se dan por hecho, otros no tanto.

Cuenta el oficial de la Unidad de Drones, Juan Pérez, que las intervenciones más «espectaculares» son aquellas relacionadas con las carreras ilegales. Han estado muy de moda, sobre todo en el polígono de Villalonquéjar. Sin embargo, la vigilancia aérea, las identificaciones de los participantes y las pertinentes sanciones conllevaron un evidente efecto persuasivo. Y aunque le consta que este tipo de competiciones han vuelto a «remontar», advierte que la flota aumentará en breve con «drones más nuevos y con mejores ópticas». Cuando eso ocurra, se podrá «denunciar directamente desde el aire».

Con tres pilotos en la actualidad y otros siete agentes con titulación básica para poder volar en caso de ser necesario, la Unidad de Drones siempre trabaja «a requerimiento de otras secciones». El vehículo más empleado hasta la fecha es el de accidentes y cada actuación requiere la presencia de dos efectivos. Las imágenes que se toman acaban borrándose salvo aquellas en las que se capta la comisión de un delito. De esta forma, se aporta información a los compañeros para que puedan identificar al infractor.

Otra de las misiones encomendadas a la Unidad es el control de grandes aglomeraciones como la celebración del Curpillos en El Parral o los conciertos durante las fiestas de San Pedro. «Cuando se mueve la multitud, ves dónde están los problemas», precisa Pérez. Destaca además la efectividad de la cámara térmica, ya que «lo que no ves por el día, por la noche se ve perfectamente». Por otra parte, hace hincapié en la utilidad de esta tecnología durante los partidos del Burgos Club de Fútbol para «ver por dónde vienen las aficiones». Su objetivo, obviamente, es evitar enfrentamientos y poner coto a los grupos ultras.

Alguna que otra prueba se ha llevado a cabo también, aunque sin éxito por el momento, para localizar a personas desaparecidas. Por ejemplo, durante las labores de búsqueda de Sergio Sierra, el conductor de autobuses cuyo cuerpo sin vida fue localizado, al cabo de varios meses, en la comarca de Juarros. Asimismo, los drones colaboran a menudo con la Unidad de Medio Ambiente para acreditar desde el cielo la presencia de escombreras, núcleos zoológicos o desguaces ilegales.

De todas las intervenciones realizadas a lo largo de estos tres años, Pérez destaca la detención de un pirómano que actuaba en el barrio de Gamonal. «Le plantamos el dron arriba por la noche, esperándole, y le cazamos», recuerda. Por otro lado, hace hincapié en que jamás se ha registrado ningún accidente en pleno vuelo porque «se prima mucho la seguridad» manteniendo las distancias en todo momento.

«Todos los elementos del accidente»

A la hora de investigar un siniestro, la Unidad de Reconstrucción de Accidentes aporta pruebas de peso para dirimir responsabilidades. Dos binomios a disposición de los compañeros de Atestados se ponen manos a la obra para esclarecer lo sucedido si la situación lo requiere, como cuando hay heridos, víctimas mortales y grandes desperfectos.

Gracias al láser escáner, los agentes analizan «todos los elementos del accidente». La posibilidad de recrear el escenario, concretar la velocidad de los vehículos implicados y cualquier factor determinante favorece las actuaciones judiciales posteriores. Aparte de la efectividad, reconocida en otros cuerpos policiales del país, se ahorra un montón de trabajo que antaño debía realizarse de forma totalmente manual.