El Correo de Burgos

La venta de cigarrillos en Burgos, en mínimos, pero se recauda lo mismo

El gasto en tabaco se mantiene en 627M€ en la Comunidad por la subida del precio.  La recaudación en Burgos (95M€) y en el resto de Castilla y León se sostiene porque el precio se dobló en 15 años y por el auge del tabaco de liar. En 2008 se vendían 34,4 millones de cajetillas en Burgos frente a las 16,5 de 2023

La dependienta de un estanco coge una cajetilla de tabaco del casillero de venta del establecimiento.

La dependienta de un estanco coge una cajetilla de tabaco del casillero de venta del establecimiento.TOMÁS ALONSO

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Hoy en día en Castilla y León se fuma significativamente menos que hace quince años, pero en los estancos de la Comunidad se recauda prácticamente lo mismo que en 2008, ya que el ingreso se reduce sólo en un -1.54% debido a la paulatina y constante subida de los precios del tabaco. En 2008 se vendían 232 millones de cajetillas en Castilla y León, frente a las 108 del año pasado. 

Esta caída del consumo, sin embargo, no tiene su reflejo en la facturación que ascendió en 2023, a 532M€ sólo en cajetillas, para un total, sumados todos los productos del tabaco, de 627 millones de euros. En 2008 en la Comunidad se recaudó un total de 636,8 millones de euros. Por tanto, quince años después y pese al descenso del consumo, la recaudación de la venta global de tabaco en los estancos sólo ha menguado en menos de diez millones de euros, en concreto 9,8M€ que equivalen a un -1,54%.

El techo de ventas de tabaco en cigarrillos se alcanzó en 2010 con 642M€, pero desde entonces los ingresos por la venta de cajetillas se han mantenido por encima de del mínimode 531M€ que se marcaba hace 5 años por el aumento continuado del precio.

En Burgos, la facturación generada por venta de tabaco en cajetillas de cigarrillos (81,1M€ en 2023) se mantiene en torno a los 80 millones desde hace siete años por obra y gracia del aumento del precios sin acercarse al techo alcanzado en 2010. Paralelamente, aparece un nuevo factor que condiciona las ventas como es la popularización del tabaco de liar. Los 311.742 euros de ventas de este tipo de tabaco de hace quince años se multiplicaban por tres en apenas doce meses, hasta rozar el millón en 2009 y escalar en apenas un lustro hasta los seis millones de euros en la provincia. 

Los responsables de las expendedurías lamentan que, de materializarse, el empaquetado genérico aumentará  su carga de trabajo sin provocar el efecto deseado.

Los responsables de las expendedurías lamentan que, de materializarse, el empaquetado genérico aumentará su carga de trabajo sin provocar el efecto deseado.TOMÁS ALONSO

Se mantiene por encima en la actualidad, con un máximo histórico de ingresos de 6,6 millones, lo que junto a los 81,1 de las cajetillas, los 6,2 millones generados por la venta de puros y el millón de la picadura para pipa, elevan a 95,2 millones la factura total del consumo de tabaco en la provincia de Burgos.

Esta cifra global es de las más elevadas de la última década. Solo tres ejercicios superaron esta cantidad de ingresos, 2013 y 2015, con más de 96 millones y 2016, año de récord con 97,3 millones.

La experiencia diaria de los estancos constata la estadística oficial. «La subida compensa en buena medida efectivamente y hace que no tengas tanta pérdida en caja, pero del descenso de demanda registrado en los últimos años no hay duda. Lo vemos claro cuando hacemos los pedidos», explica Miguel Vicario, titular de una expendeduría en la capital burgalesa y tesorero de la asociación que representa al sector en la provincia.

Además, al tiempo que la curva de venta de cigarrillos desciende, cambia el perfil del comprador. «La gente joven ya no quiere cajetillas. Ahora empiezan con tabaco de liar», indica. Una vez más, las cifras lo demuestran. El incremento del tirón de este producto ha sido meteórico en los tres últimos lustros. Sin ser ajeno recientemente a la bajada general, capea el temporal y en 2023 superaba ampliamente las ventas de 2017 y 2018 y 2019.

En concreto, en el último ejercicio se adquirieron en Castilla y León 261 toneladas de picadura de liar, apenas una más que en 2022 y levemente por debajo de los más de 267.000 kilogramos de 2020, año en el que, al parecer, la pandemia aupó este producto.

En Burgos, por su parte, en el último ejercicio se adquirieron 34,9 toneladas de picadura de liar, idéntica cantidad prácticamente que en 2022 y levemente por debajo de los más de 35.000 kilogramos de 2020 y 2021,años en los que, al parecer, la pandemia aupó este producto.

Vicario tiene claras las razones del trasvase de consumidores: «Es más económico y, a la larga, fumas menos». «La comodidad de sacar un cigarrillo de la cajetilla, un gesto en el que se tarda muy poco tiempo, lo pone fácil», añade. Nada que ver con el más o menos laborioso proceso -según la pericia- de liar o entubar un pitillo, lo que suele disminuir el número de ocasiones diarias. A esto se suma que «cada uno se lo prepara a su gusto» y si usa menos cantidad un paquete de 30 gramos dura mucho más que su equivalente en cajetillas convencionales.

Esta tendencia, no obstante, es bastante reciente. Fue precisamente en 2008 cuando comenzó a avivarse el consumo de este producto en detrimento del cigarrillo tradicional. Las ventas entonces pasaron a contabilizarse en kilos, pues hasta ese momento se registraban en latas o bolsas.

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El tabaco de liar es cada vez más popular.

Se aprecia el alza continuada con claridad en la recaudación específica de los estancos regionales. Los 2,5M€ de hace quince años se multiplicaban por cuatro en apenas doce meses, hasta superar los ocho en 2009 y escalar en apenas un lustro hasta los 48ME. Se mantiene por encima en la actualidad, con un máximo histórico de ingresos de 50,3 millones, lo que junto a los 532,8 de las cajetillas, los 36,4M€ generados por la venta de puros y los 8,3 de la picadura para pipa, elevan a 627,8M€ la factura total del consumo de tabaco en Castilla y León. Esta cifra global es de las más elevadas de la última década. Solo tres ejercicios superaron esta cantidad : 2014, con 644M€ y 2015 y 2016, con más de 646. En récord se alcanzó en 2010, cuando pese a la caída de la venta anual de tabaco, que pasaba de 212 a 192 millones de cajetillas, la recaudación total se disparó de 656 a 696M€.

Menos tabaco y más caro

La venta de cigarrillos se desploma. Los nuevos usos y la proliferación de medidas antitabaco bajan el indicador en mínimos históricos en Castilla y León. En concreto, según los datos de Hacienda, el consumo de cajetillas de toda la vida ha caído a menos de la mitad en los últimos quince años. Paralelamente, su precio se ha multiplicado, incluido el del tabaco de liar. Este sábado el BOE volvía a recoger una nueva actualización de precios de tabaco en un proceso de encarecimiento que se viene produciendo durante todo el año y también a lo largo de 2023, especialmente para el tabaco de liar, puros y puritos.

Una cajetilla de una de las marcas más populares, Ducados Rubio que costaba 2,30 euros en el año 2008 se paga a 4,80 y supera los cinco euros, dependiendo de la variante, como la cajetilla en oferta con 29 cigarrillos por 6,25 euros. En el caso de la picadura para liar, su coste está en 5,45 euros el paquete de 30 gramos, cuando en 2008 costaba en torno a los 3,90 euros. Con la actualización publicada este sábado en el BOE, el paquete de Elixyr Original de 175 g, uno de los más grandes que se pueden adquirir en los estancos sube a 28,95 euros. De los que acaban de subir, el más económico es el Gold Leaf de 50 gr, que sale por 13,10€. Entre los puritos, el envase de 20 unidades de Finos Beige se ha puesto en 4,50€.

Los precios en general se han disparado en los últimos años a la vez que el consumo se ha ido rebajando a la mitad, de ahí que se mantenga la recaudación y que a los fumadores el tabaco les suponga cada vez un mayor mordisco a su renta disponbile. No pocos han reducido su consumo al mínimo para mantener el hábito forzados por este encarecimiento o, incluso, se han convertido en exfumadores.

Una persona compra tabaco en un estanco.-ISRAEL L. MURILLO

Una persona compra tabaco en un estanco.-ISRAEL L. MURILLO

En 2008 se vendían 232,3 millones de cajetillas de tabaco. Comenzaba entonces un descenso tan pronunciado como vertiginoso -acelerado en gran medida por la entrada en vigor en 2011 de la Ley Antitabaco- que parecía estabilizarse cinco años después en torno a los 125 millones. Ese ‘suelo’ se mantuvo tres años y comenzó a resquebrajarse en 2017, cuando el dato pasó a rondar los 118 millones, para caer de nuevo en 2023, que finalizó con 108.814.533 cajetillas vendidas. Solo 2020, año de complejo análisis por la irrupción del coronavirus y el confinamiento, arrojó una cifra próxima. No obstante, incluso los 110,39 millones de aquel ejercicio superaron el dato reciente.

En Burgos, en 2008 se vendían 34,4 millones de cajetillas, cifra que se quedó en torno a los 18 millones cinco años después y a partir del 2017, pasó a rondar los 17 millones, para caer de nuevo en 2023, que finalizó con 16.564.351 cajetillas vendidas. Solo 2020, el año del cóvid se acercó a esta cifra próxima. Incluso los 16,68 millones de aquel ejercicio superaron el dato reciente.

Por provincias

Esta evolución regional se reproduce de manera casi idéntica provincia a provincia. Así, Ávila ha pasado en quince años de casi 17 millones de cajetillas vendidas a 8, pese a que la recaudación se mantiene en 45 M€. Lo mismo ocurre en Burgos, que pasa de 34,4 a 16,5, pero sostiene 95 M€ de ingresos. Más de lo mismo en León, de 44,6 a 21,3 millones de cajetillas vendidas y crece de 122 a 123M€ la facturación.

Palencia ha visto desplomarse las ventas de 16,5 a 7,7 millones de cajetillas y apenas pierde 300.000€ de recaudación, hasta los 45,8 M€. En Salamanca caen los ingresos, de casi 90 a 82,6 M€ y mucho más las ventas que en el resto, de 33 a 14 millones de cajetillas. Segovia y Soria reducen la demanda de tabaco a la mitad desde 2008, de 14 a 7 y de 8 a 4 millones de cajetillas, respectivamente, y sus recaudaciones incluso crecen ligeramente en ese tiempo, hasta los 40,2 y 23,2 millones de euros actuales.

Valladolid es, lógicamente, la que más mercancía ‘mueve’. No escapa, sin embargo de la tendencia. Pasa de 46,8 a 22 millones de cajetillas y solo pierde un millón de euros, con 126,5 en 2023. Zamora ha reducido la venta de 16,7 a 7,9 millones de cajetillas y su facturación aguanta en torno a los 45 millones de euros.

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