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Trotaburgos

Fervor y mito para Santa Casilda

Cercano a Briviesca y perteneciente al Ayuntamiento de Salinillas de Bureba, el paraje natural y monumental del santuario donde reposa esta princesa mora y santa burgalesa es uno de los lugares más mágicos y visitados de la provincia

La icónica escultura de la santa, tallada por Diego de Siloe, preside el templo burebano.DARÍO GONZALO

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Burgos

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Atraídos por la devoción hacia la santa o por disfrutar de unos riscos y arbolados cargados de belleza, el entorno de Santa Casilda recibe cada año a miles de personas con la perenne promesa de volver algún día con nuevas plegarias a la princesa mora, respirar sus aires de monte y cereal o sentir el poder del agua de los pozos de San Vicente que brotan a los pies del santuario.

La historia de este lugar se remonta a la Alta Edad Media, en pleno siglo XI. En una península ibérica rasgada por enfrentamientos continuos, paces efímeras y fronteras en movimiento nació una bella princesa en la corte de Toledo de nombre Casilda, «poesía» en árabe. Al- Mamún, el rey de la taifa, quedó viudo poco después de nacer Casilda debido a una incomprensible enfermedad para la época que padecía su esposa y que heredaría su hija: unos flujos de sangre que algunos estudiosos han identificado como un cáncer de útero.

El santuario de Santa Casilda es visitado cada año por miles de personas.DARÍO GONZALO

De alma inquieta y exquisita educación, Casilda no soportaba el maltrato de su padre a los presos cristianos. A escondidas, la princesa bajaba a las mazmorras y hablaba con los reclusos de sus diferentes creencias mientras les proporcionaba algo de comida. Al- Mamún, que estaba al corriente de estas escapadas de su hija, le tendió una trampa un día e interceptó a Casilda en pleno trayecto hacia las sombrías celdas de los cristianos. La princesa ocultaba en su falda una gran cantidad de panes que llevaba a los cautivos. Su padre la reprendió pidiéndole que le enseñara qué escondía entre las ricas telas de su saya. Casilda obedeció y al abrir su ropaje emergieron bellas flores. Este es el primer y más famoso milagro que se atribuye a la santa toledana y que el arte ha reproducido en multitud de obras.

Tiempo después, Casilda enfermó y varios episodios de sangrados vaginales debilitaron su salud hasta temer por su vida. Los propios prisioneros hicieron llegar al rey un mensaje: en las tierras de Castilla, cerca de Burgos, existían unos pozos cuyas aguas eran famosas por su naturaleza curativa. Al-Mamún, desesperado por encontrar un remedio para la salud de su hija, concertó una expedición hacia esos remotos parajes pidiendo permiso de paso al rey castellano Fernando I.

El interior del templo contiene elementos góticos, renacentistas y barrocos.DARÍO GONZALO

Casilda, que en árabe significa «poesía», llegó al rincón burebano y recibió los baños de las aguas de los pozos de San Vicente, así conocidos por la cercanía de un desaparecido monasterio consagrado al mártir aragonés. La princesa fue sanando y abrazó la religión cristiana, siendo bautizada poco después. Para contrariedad del rey, Casilda decidió establecerse en aquel lugar y no regresar a la corte toledana. Se entregó a la oración en soledad y llevó una vida ascética dentro de la comunidad eremítica allí establecida desde tiempos inmemoriales. Según la tradición, falleció a una edad avanzada.

El santuario

Tras la muerte de Casilda emergió una creciente devoción por su figura en toda La Bureba. Volaban de boca en boca versos y cantares sobre su pureza y hechos milagrosos, lo que no tardó en llegar a las autoridades religiosas de Burgos. La pequeña ermita que se construyó junto a la gruta donde vivió y murió la santa quedó desatendida tiempo después. El rey Fernando IV dispuso que el Cabildo de la Catedral se hiciera cargo de ella, vinculación que llega hasta nuestros días.

En el siglo XV, gracias al impulso de los obispos Alonso de Cartagena y Luis de Acuña, se construyó un nuevo templo bajo las directrices de Simón de Colonia. Además, se construyó el primer sepulcro de la santa, ahora conservado junto a las escaleras del santuario. En el siglo XVI, la regeneración del templo continuó con una nueva fachada plateresca, realizada alrededor de 1520 por Nicolás de Vergara, y un nuevo retablo-sepulcro para santa Casilda, tallado por Diego de Siloe en 1524.

Estampa del Pozo Blanco, a los pies del santuario de Santa Casilda.DARÍO GONZALO

En 1734, el canónigo Juan Cantón de Salazar editó una biografía titulada 'El pasmo de caridad y prodigio de Toledo: vida y milagros de Santa Casilda Virgen', una obra que tuvo una gran notoriedad en la época. Su publicación provocó un renovado fervor por la princesa mora, lo que hizo que se renovara el santuario con la construcción de la hospedería y la casa del capellán. También se hizo una importante reforma en la iglesia, sustituyendo las bóvedas góticas de la nave central por unas de cañón y un nuevo ábside con camarín, donde se instaló un moderno retablo obra de Santiago del Amo, uno de los grandes retablistas del barroco castellano, que puso en el centro del templo la escultura de la santa realizada por Siloe dos siglos atrás.

Detalle de la escultura 'dormida' de la santa, obra de Diego de Siloe.DARÍO GONZALO

Contemporánea de figuras destacadísimas de la historia de Burgos como San Lesmes o el Cid, Casilda es patrona de Briviesca y en torno a ella se celebran unos festejos de gran calado en la comarca en el mes de mayo. Romerías, pasacalles y la tradicional Rogativa de Santa Casilda y fiesta de la Tabera visten de fiesta a todos los burebanos y forasteros que se acercan con fervor al último hogar de esta princesa mora y santa burgalesa, un lugar que nadie se debe perder por su mágico emplazamiento y por la suerte de leyendas que forjaron su historia.