Proyecto Hombre
Las chicas protagonizan seis de cada diez casos en jóvenes
Llegan con una media de 15 años y todas ellas acompañadas. Los problemas de conducta permiten enfocar el problema real
Lo que en las mujeres adultas llega tarde, en las adolescentes se busca atajar pronto. El acompañamiento es la clave. El sesgo de género no pesa entre los 12 y los 20 años porque seis de cada diez casos en jóvenes que llegan a Proyecto Hombre es una chica. «El tratamiento se inicia por parte de la familia, son los que ven el problema, porque los jóvenes no lo ven como tal, y en chicas vienen todas acompañadas porque son menores, pero también porque se hablan más estos problemas y ojalá que se acabe trasladando a los adultos», sostiene la directora de Proyecto Hombre, Marta González.
La edad media de las personas menores de 20 años que atienden por sus adicciones es de 15,5 años aunque se trata a niñas de 12. El 32% de las causas de ingreso es conductual, algo pasa que rompe la armonía familiar. «La causa por la que llegan a nuestros programas puede ser conductual pero hay algo que lo genera y es el problema real», señala.
Como segunda causa de ingreso principal está el cannabis (22%), problemas familiares (18%) que esconden otras adicciones, y un 10% las TRIC’s que son las tecnologías y las redes sociales. Las causas secundarias tienen que ver con el fracaso escolar (35%), problemas familiares (35%) y de conducta (20%).
Entre los adolescentes se da un esquema de tres pasos. Por un lado «el afán explorador y de nuevas experiencias de los jóvenes», eso deriva en una adicción y puede acabar en un consumo clandestino tanto en jóvenes como en mujeres adultas. Y en estos problemas las nuevas tecnologías y las redes sociales tienen mucho que ver. Desde el chico o chica que genera un gran problema en casa por vivir un momento de desconexión tecnológica, que evidencia un problema real de adicción, hasta los problemas de consumo de algunas redes sociales.
En chicos el problema está en el abuso de videojuegos o redes sociales como Youtube o otras vinculadas a los juegos. En chicas el problema llega en Instagram, TikTok que tienen que ver con la identidad. «Quieren ser las más populares, tener más likes y hacen lo que tengan que hacer para no caer pero también acaban en otros problemas graves: pérdida de identidad porque quieren ser como son las imágenes con filtros, problemas de conducta alimentaria, sexualidad distorsionada...», recuerda González.