«Iceta está nervioso porque esto es el fin de su carrera eclesiástica»
El cura que acompaña desde el lunes a las clarisas de Belorado arremete contra el arzobispo de Burgos «y sus lacayos» y reduce el conflicto a que se han topado con unas monjas nada sumisas que no les dejan quedarse con sus monasterios para «venderlos a sus anchas»
«Esto es todo una cortina de humo que han lanzado el señor Mario Iceta -arzobispo de Burgos- y sus lacayos para confundir a la opinión pública. Está muy nervioso porque esto, el que unas monjas se le hayan sublevado, es el fin de su carrera eclesiástica. Si esperaba la birreta cardenalicia, no creo que el misericordioso de su jefe Bergoglio se la vaya a dar». Así valora la amenaza de excomunión que desde el lunes se cierne sobre las clarisas de Belorado, José Ceacero, sacerdote de la organización Pía Unión de San Pablo Apóstol, liderada por Pablo de Rojas, excomulgado precisamente por Iceta en 2019 a cuya tutela se acogen ahora las religiosas.
El cura, que ejerce de portavoz de la comunidad, concedía una entrevista al programa de Telecinco 'La mirada crítica' reduce el problema a las complicaciones derivadas de la existencia de «un monasterio que es objeto de un contrato de compraventa aplazada». Explica que las interesadas en adquirirlo -las religiosas de Belorado- han invertido una cantidad superior al millón de euros en arreglar el tejado, pero «ahora no se lo quieren vender, aunque ellas quieren pagar y las acusan de no hacerlo, además de haber puesto una denuncia que no han puesto».
«Mienten como bellacos», afirma con vehemencia Ceacero, en referencia a las autoridades eclesiásticas, para considerar que el bloqueo de la licencia de venta del monasterio de Derio que denuncia la comunidad beliforiana responde al «miedo» a que tanto en aquel inmueble como en el de Orduña «se multipliquen las vocaciones de monjas que no están sometidas ni son sumisas como otras, que es lo que quieren para quedarse con sus monasterios».
«Hay miles de casos en todo el mundo», añadía y detallaba el que a su juicio es el 'modus operandi' habitual: «Inician una campaña de difamaciones para quitarse del medio a la abadesa, que es la representante legal de la entidad jurídica, y luego poderse quedar con el inmueble para venderlo a sus anchas sin tener que dar nada a las verdaderas propietarias». En el caso de monasterio de Belorado, las clarisas son las dueñas desde el siglo XIV, según recordaba.
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Sobre si existe posibilidad de dar marcha atrás, Ceacero entiende que deben ser las monjas las que se pronuncien al respecto, pero, en su opinión, «están muy decididas y convencidas». Sostiene, al igual que la hermana sor Sión en el vídeo que compartía en redes, que la comunidad permanece en la Iglesia católica: «El verdadero trasfondo de todo esto es que han descubierto que la iglesia conciliar no tiene la doctrina de la católica, porque ambas doctrinas no tienen nada que ver, son como el día y la noche, totalmente distintas».