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La orden de las clarisas pide a las de Belorado que reconsideren su "errónea decisión"

La Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Arantzazu y la Provincia Franciscana de Arantzazu piden perdón en un comunicado "por todo el mal y daño que esta situación" ha generado. "Nos tendrán dispuestos a acogerlas de nuevo en nuestra familia", aseguran

Exterior del Monasterio de Santa Clara en BeloradoTOMÁS ALONSO

Burgos

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Era una de las pocas voces que faltaba por pronunciarse sobre el cisma protagonizado por las religiosas de Belorado y, al fin, cuatro días después de que saltara la noticia de la ruptura de esta comunidad con la Iglesia católica, trascendía la valoración de los hechos de la orden a la que pertenece. En un comunicado conjunto, la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Arantzazu y la Provincia Franciscana de Arantzazu exponen su opinión sobre lo acontecido y envían un mensaje a sus, al menos hasta el pasado lunes, hermanas.

El citado documento, rubricado por la clarisa Javier Soto, presidenta de la federación, y Joxe Mari Arregi, de la Provincial de Arantzazu, reacciona a "las noticias que vamos conociendo y que tanta repercusión mediática están teniendo" y precisa varias consideraciones "en comunión y en nombre de nuestro ministro general de la Orden de Frailes Menores, Massimo Fusarelli".

Así, los firmantes manifiestan su "sorpresa y dolor ante la actitud, escritos y comentarios que nuestras hermanas clarisas de Belorado han realizado en estos últimos días, por su dura crítica a la Iglesia católica".

Pone hincapié especialmente en el Manifiesto Católico con cuya difusión la comunidad anunciaba su ruptura, documento de setenta páginas que la orden considera "un compendio de críticas infundadas e interpretaciones erróneas".

Al respecto, la madre Javier Soto y el hermano Joxe Mari Arregi piden a las religiosas cismáticas "que reconsideren su postura, disciernan su doctrina de acuerdo a los modos franciscanos de comunión y fraternidad y con humildad franciscana vuelvan a lo que siempre han sido".

Lamentan también "el mal y daño que esta situación, provocada por una errónea decisión, ha creado dentro de la familia franciscana, especialmente entre las clarisas, en los cristianos del mismo pueblo de Belorado y en general en todos los de buena voluntad", por lo que piden perdón.

Además, tras cerrar filas en torno al papa Francisco, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, y el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, recuerdan a sus hermanas de Belorado que "siempre nos tendrán dispuestos a acogerlas de nuevo en nuestra familia, de la que también ellas forman parte y de la que nunca debieron marchar".