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Los ángeles de la guarda de las víctimas de violencia de género

La unidad de atención a la familia y mujer de la policía está especializada en este tipo de delitos

El sistema Viogén ofrece información sobre las víctimas que se comparte en red.ECB

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Burgos

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Detrás de la atención a una víctima de violencia de género hay un complejo entramado policial de trabajo en red que en la base de la pirámide tiene a los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), especializada en la lucha contra la violencia de género, doméstica y sexual.

Adscrita a la brigada de Policía Judicial, la UFAM de la comisaría de Policía de Burgos tiene dos grupos, el de investigación de los delitos de este tipo y el de protección que, en los casos extremos, está las 24 horas junto a la víctima. El grupo de protección trabaja con las víctimas de violencia de género, explica el jefe de la UFAM, el inspector Martín Velasco, quien recuerda que «cualquier denuncia de violencia de género va a implicar una valoración del riesgo», el conocido como sistema Viogén. Se trata de «un punto de partida», ya que la denuncia inicial puede tener carencias por falta de información, lo que hace la valoración inicial se pueda cambiar.

Esa valoración policial del riesgo se establece entre cinco niveles, no apreciado, bajo, medio, alto y extremo, y cada uno tiene su plazo de revisión. Y según ese baremo se lleva un seguimiento y protección, que en el caso del riesgo extremo implica estar 24 horas al día con la víctima.

Una de las primeras labores que realizan los agentes es el acompañamiento a la víctima en sede judicial. «A mí ese me parece un momento importante porque no conocen el sistema, porque a veces se echan para atrás, o porque se encuentran perdidas, simplemente porque no conocen el funcionamiento del juzgado», apunta el inspector.

A partir de ese momento, con la denuncia en marcha, los agentes hace evaluaciones, que son de dos tipos, la que se hace a través de entrevistas personales o telefónicas. Uno de los principales incidentes a los que se enfrentan los agentes son los denominados quebrantamientos, que hacen que cambie la valoración del riesgo. Y más allá de que el sistema Viogén tenga una serie preguntas específicas para realizar esa evaluación del riesgo, al final la experiencia del agente hace que tenga potestad para cambiar esa evaluación. El seguimiento de los agentes de protección con las víctimas es continuo y aparece su nombre vinculado con la víctima que protege en el sistema, con un número de teléfono. La mención al principio al trabajo en red se extiende a otros cuerpos policiales, que comparten el sistema Viogén y permite saber los cambios de las víctimas.

«Yo llevo dos teléfonos, uno es el mío personal y otro es el teléfono del trabajo», explica uno de los agentes que realiza labores de protección. Se busca que el contacto de la víctima sea el mismo desde que se inicia el proceso. Este agente de protección cuenta una situación que vivió hace poco. Una víctima le contacta por whatsapp para pedir ayuda porque está encerrada en el baño porque su pareja la estaba amenazando. En los casos de violencia de género los menores suponen un trabajo añadido para la UFAM y que el sistema Viogén recoge a través de lo que el inspector responsable de esta unidad denomina diligencias de especial relevancia, cuando los menores están en un entorno de violencia o están siendo víctimas directas de esta violencia.

Algunas de las víctimas que son personas en riesgo de exclusión, a veces aparecen en el sistema Viogén como víctimas de más parejas, lo que hace que tengan una mayor vulnerabilidad. Del mismo modo, los agentes también tienen recogido en ese sistema. «Es habitual también encontrar en el sistema al agresor persistente», apunta el inspector Velasco, que tiene varias víctimas. En este sentido, el sistema ha introducido una modificación reciente en el sistema que es positiva para las víctima, en la que «dependiendo de la valoración del riesgo se puede informar a la víctima de que su agresor consta en el sistema Viogén, previamente».

La diligencia de especial relevancia es «cuando el sistema -que es predictivo- entiende que por determinadas circunstancias la violencia puede ir a más. Lo que hace que se pueda plantear a la autoridad judicial la colocación de dispositivos como pulseras a los agresores. Aunque no es un tipo de dispositivo que se suela aplicar en Burgos con mucha frecuencia.

En las intervenciones policiales contra la violencia de género, en la gran mayoría de los casos los agentes que actúan en primer lugar son los de seguridad ciudadana, por lo que en 2021 la Secretaría de Estado de Seguridad se creó el llamado Protocolo Cero, de primer contacto con la víctima de violencia de género. «Está pensada para los compañeros de seguridad ciudadana, cuando hay una intervención que pueda estar relacionada con la violencia de género, al final no hay denuncia y no hay detención». A partir de ahí, son los agentes de la UFAM los que buscan un contacto discreto con la mujer para recabar más información y para ofrecerle cómo funciona el procedimiento, buscar también situaciones en las que «se sientan con más confianza».