La Noche Blanca de Burgos suma y sigue
Burgos vuelve a exhibir músculo para reivindicarse como enclave cultural de referencia con 200 propuestas para todos los públicos
El principal inconveniente de la Noche Blanca de Burgos es elegir. A mucha gente le encantaría desdoblarse para disfrutar de dos o más actividades simultáneas. Y con razón, ya que esa propuesta cultural amplía cada año su oferta y los burgaleses no lo tuvieron nada fácil este sábado con cerca de 200 actividades programadas desde primera hora de la tarde hasta las 3 de la madrugada.
Algo grande, más bien mágico, se avecinaba en la plaza de Santa Teresa desde por la mañana. El montaje y primeras pruebas de Galileo, espectáculo estrella de la Noche Blanca a cargo de la compañía francesa Deux Ex Machina, atrajo la curiosidad de todo aquel que transitaba por el paseo de la Sierra de Atapuerca. No era para menos. La colosal infraestructura y el hecho de ver a sus artistas a tantos metros de altura impresionaba. Estaba claro, y así se demostró a partir de las 23 horas, que su inclusión en la programación fue todo un acierto.
Los más pequeños de la casa se lo pasaron en grande en las inmediaciones del Museo de la Evolución Humana (MEH) de la mano de Innovarte, que ofreció cuatro alternativas de ocio y aprendizaje para toda la familia. Por su parte, la Biblioteca Pública de la plaza de San Juan recibió con los brazos abiertos al mago Oski, quien deslumbró al público tanto adulto como infantil.
¿Qué sería de la Noche Blanca sin música? Perdería buena parte de su esencia, sin lugar a dudas. Y qué mejor manera de reivindicar el talento de Burgos dentro de este campo que a través de su propia escena en enclaves emblemáticos de la ciudad como el paseo del Espolón, el parque del Doctor Vara, las escalinatas del CAB, el paseo del Empecinado o el parque de San Agustín, que a falta de mes y pico para el Zurbarán se centró en el rock y el metal de la mano de Lobocordero, Antecessor y Sexma.
Por otros escenarios desfilaron, además, bandas y compositores como El Nido, Ana Maes, Memocracia, Claudia Halley, Coke de Green Silly Parrots, Pure, Old Viejo, Cowabunga o Winter Boy.
Tampoco podía faltar una de las señas de identidad de esta gran fiesta cultural: el videomapping. Con tres grandes lienzos en la Catedral, el Arco de Santa María y el Teatro Principal; Burgos volvió a poner de manifiesto ante miles de personas su inmenso e increíble patrimonio artístico.
De todo hubo, como siempre, para todos los públicos. Y más que nunca, tal y como viene siendo la tónica habitual de una Noche Blanca cada vez más multitudinaria gracias, en gran parte este año, a una muy buena temperatura.