El Correo de Burgos

Sonrisas que valen su peso en oro

Semana Cultural de ensueño en el colegio de Eduación Especial Fray Pedro Ponce de León: visita del San Pablo Burgos, cocina, juegos populares y festival de música con Lobocordero, Eslabon y Send

Visita del San Pablo Burgos al colegio Fray Ponce de León.

Visita del San Pablo Burgos al colegio Fray Pedro Ponce de León.TOMÁS ALONSO

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Cuando Inma Gómez contactó con el San Pablo Burgos para ver si era posible organizar una visita al colegio público de Educación Especial Fray Pedro Ponce de León, pensó que no le harían ni caso. Pero se equivocaba. El club atendió gustosamente su petición y los chavales no daban crédito cuando vieron aparecer el pasado martes a Millán Jiménez, Ignacio Rosa, Miha Lapornik y Jonathan Kasibabu junto al director deportivo de la escuadra azulona, Albano Martínez, y el fisioterapeuta Diego Garijo.

«Es importante llegar a todos los sitios y este es un sitio especial», reconocía Martínez, emocionado, tras comprobar «todas las cosas que habéis hecho para que nos sintamos como en casa». No era un día cualquiera y tocaba demostrarlo. Muchos portaban la elástica del San Pablo con orgullo y otros hacían lo propio con sus bufandas. Los jugadores, encantados de responder a cualquier pregunta, firmaron camisetas e incluso varias zapatillas. También se llevaron algún que otro regalo. El mejor, sin lugar a dudas, las sonrisas de esta hinchada que les adora.

Para la directora del Ponce, Mercedes Díez, el hecho de que el San Pablo acudiese al centro «dice mucho». Los alumnos, sobre todo los que juegan al baloncesto, estaban «muy emocionados». Y aunque a más de uno le entró algo de «vergüenza» al estar cara a cara con sus ídolos, lo cierto es que fue «una experiencia bastante enriquecedora que ayuda a visibilizar la discapacidad».

Inma sabía que a su hijo Martín, con síndrome de Pitt-Hopkins, le hacía especial ilusión este encuentro. Su cara nada más ver a esos tipos tan altos que se dejan la piel en la cancha lo decía todo, se le notaba especialmente nervioso. Exactamente igual que a muchos de sus compañeros. «En las miradas de los niños y de los jugadores había una sincronización». Saltaba a la vista que el respeto y admiración de unos y otros es «recíproco».

Lo del San Pablo fue «maravilloso», pero aún quedaba mucha semana por delante. El miércoles, los alumnos de todos los niveles -desde Infantil hasta Transición a la Vida Adulta (TVA)- celebraron su propio MasterChef, trabajando en equipo, para elaborar un suculento menú a base de pinchos de morcilla, sopa castellana, chevaliers y postres del abuelo. Cocina burgalesa, de principio a fin, para chuparse los dedos.

Siguiendo con la Semana Cultural del Ponce de León, el jueves se centró en los juegos populares de toda la vida. De la rayuela y las chapas hasta la tirasoga o la rana. Como siempre, cada una de las actividades se adaptó previamente «a las necesidades especiales del alumnado».

Estrellas del rock

Había que cerrar la semana a lo grande. Y qué mejor manera de hacerlo que con un festival de música. El Festiponce para más señas. Con pulseras de acceso al recinto, barra, vigilantes de seguridad y el público luciendo pancartas y camisetas de las estrellas invitadas: Lobocordero, Eslabon y Send.

«Son tres grupos de Burgos con muchos años de trayectoria y que vengan a nuestro cole es una gran oportunidad», confiesa la directora del centro agradecida de que los músicos lograsen cuadrar horarios para ofrecer un concierto inolvidable.

Concierto de Eslabon en el colegio Fray Ponce de León.

Concierto de Eslabon en el colegio Fray Pedro Ponce de León.TOMÁS ALONSO

«Nos hicieron sentir importantes desde que llegamos», destaca Ricky, vocalista de Eslabon. Se llevó una grata sorpresa al observar que «todo el profesorado estaba súper involucrado» y que «los chicos flipaban en colores». Todo un «regalazo» para una banda que trata de «poner en práctica» el contenido social que emerge en muchas de sus canciones.

Para David Sendino, líder de Send y también guitarrista de Eslabon, fue un «placer» participar en el festival y «dar visibilidad a lo importante que es llevar la música a este tipo de escuelas y a la enseñanza en general». Por su parte, Paco Juez (Lobocordero) se emocionó al contemplar toda esa performance de «pancartas, camisetas con letras de canciones de cada grupo, parches del festival y todos vestidos de rockeros».

«La música es una herramienta imprescindible para muchos momentos y para muchas anticipaciones», subraya Díez mientras incide en lo importante que puede resultar asociar canciones a «hábitos de menú o higiene». Dentro de este cometido, el proyecto Miradas, con integrantes de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (OSCyL) asistiendo cada miércoles al centro, da «muchísimo juego a la hora de impartir la sesión en el aula».

«La comunicación musical hace que puedas conectar con tu hijo independientemente de la edad o de si tiene discapacidad o no». En el caso de Martín, que no puede verbalizar sus gustos o sentimientos, el sistema de seguimiento ocular Irisbond ha resultado crucial para saber, por ejemplo, que le encanta el heavy metal o que detesta el color rojo. Sea como fuere, Inma remarca que la música es sinónimo de «estímulo» para cualquier persona, «sea neurotípica o neurodiversa».

¿Cuánto vale...?

El Fray Pedro Ponce de León cuenta en la actualidad con 79 alumnos matriculados. El centro, según enfatiza su directora, está «muy bien equipado». El hecho de disponer de piscina propia para realizar tratamientos de fisioterapia es «fundamental». Por comodidad al evitar desplazamientos y porque «ves a alguien con una discapacidad motora bastante afectada durante la sesión de hidroterapia y es otro».

Aparte de gimnasio y residencia de lunes a jueves para alumnos del medio rural, el colegio ha abierto este curso una nueva aula de Infantil. Además, cuenta con una sala multisensorial en la que se aplica la metodología Snoezelen con el objetivo de fomentar el bienestar y relajación de los chavales a través de diferentes estímulos. De esta forma, se obtiene información sumamente valiosa. «Hay personas que, por lo que sea, no pueden soportar el agua caliente. Si el alumno no puede comunicarse a través del lenguaje oral, tanto los padres como los profesionales no entienden por qué reacciona así y pueden pensar que no le gusta bañarse», concreta Díez.

Inma Gómez y Martín (centro), con jugadores del San Pablo y compañeros del colegio.

Inma Gómez y Martín (centro), con jugadores del San Pablo y compañeros del colegio.TOMÁS ALONSO

¿Cuánto vale que tu hijo tenga un fisio? ¿Cuánto vale que tu hijo ande o hable?, se pregunta Inma a sabiendas de que el Ponce de León, afortunadamente público, brinda una serie de recursos imprescindibles que, en manos privadas, «muchas familias no se podrían permitir». Entretanto, la directora pone el foco sobre la atención especial que necesitan los alumnos y el «desgaste» de los profesionales en su día a día. Por este motivo, considera indispensable que las bajas de personal laboral se cubran lo antes posible y no «15 días o tres semanas» como hasta ahora porque eso «supone un trastorno».   

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