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Cumbre pionera para hacer frente a las víboras

Policía Local, Bomberos, Protección Civil unen fuerzas con el grupo de Toxicología del HUBU y sientan ya las bases de un protocolo común de intervención ante su presencia o ataque

El especialista de la unidad de Toxicología del HUBU, Alejandro López (en el centro de la mesa), explicó cómo tratan las picaduras.SANTI OTERO

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Burgos

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Burgos contará con un protocolo común de intervención ante la presencia o ataque de víboras. La especial incidencia de casos de mordeduras en la zona, al coincidir en ella de manera singular ejemplares de las tres especies que existen, ha motivado una iniciativa pionera en todo el país que, además, servirá de referencia.

En concreto, la intención es definir un decálogo compartido por Policía Local, Bomberos y Protección Civil sobre «qué hacer y qué no hacer» ante una víbora, explicaba el edil de Seguridad, Ignacio Peña, en compañía de la concejal de Sanidad, Mila del Campo, al término de la jornada que servía de punto de partida para el mencionado plan de acción.

A la cita formativa del área de Seguridad y Emergencias municipal acudía el especialista de la unidad de Toxicología del Servicio de Urgencias del HUBU, Alejandro López, que llamó la atención sobre la importancia crucial de «no tocar al animal». Incumplir esta norma básica es, de hecho, la principal causa de accidentes: «Los accidentes ofídicos son más frecuentes en mano que en pie por esta razón», advertía, para recordar que desde 2018 rondan los 80 casos. «El problema es que vemos casos graves, de grado dos, que necesitan atención hospitalaria y tratamiento con antídoto», indicaba.

Añadía que el principal obstáculo inicial al que se enfrentan los especialistas en estas situaciones es que «no sabemos la cantidad ni la toxicidad del veneno que se ha inoculado», por lo que es necesaria una vigilancia estrecha de la evolución del paciente para responder de manera efectiva.

De evitar estos ‘sustos’ se encargan en la medida de las posibilidades los Bomberos. Si bien los avisos por presencia de víboras no son frecuentes, saben que cada año tienen unos cuantos que atender entre mayo y octubre, temporada ‘alta’ de avistamientos de estos reptiles «en especial en el Cinturón Verde», según detallaba el responsable del cuerpo, Miguel Ángel Extremo. La especial protección con la que cuentan estos animales les obliga a volver a depositarlos en la naturaleza tras su captura, alejados lo máximo posible del entorno urbano.

Se mostraba satisfecho con la jornada formativa celebrada. «Hemos aprendido muchísimo y va a ser el germen para lograr esa sinergia entre servicios tan necesaria», subrayó.