Estas son las calles peatonales compatibles con la bicicleta que siguen a falta de señalización

29 de octubre de 2021. Esta es la fecha en la que se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) la última Ordenanza de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Burgos. Más de dos años y medio después todavía siguen sin señalizar parte de las calles peatonales por las que se puede circular en bicicleta y vehículo de movilidad personal (VMP). Además, las pocas que se señalizaron solo con pintura apenas son visibles, por falta de mantenimiento, para los usuarios interesados: peatones, ciclistas y usuarios de patinete.

Lo cierto es que el anexo IV de la normativa municipal recoge apenas un puñado de calles, la mayoría en el centro histórico y sus aledaños, que tienen la característica de que pueden compartirse. En concreto son apenas 12, pero este ramillete es importante porque circular por estas vías peatonales permite unir distintos puntos de vías ciclistas por las que continuar el camino hacia casa, el trabajo o el lugar de estudios.

Las calles que nunca se han señalizado en todo este tiempo son San Juan, Almirante Bonifaz, parte de Fernán González y la pasarela del puente Besson. En el resto, en algunas se pintó señal horizontal de una bicicleta y en otras solo se colocó señal vertical en algún punto de su trazado. En esta situación están la calle San Lesmes, calle Concordia (junto a Capitanía), plaza Alonso Martínez, calle Avellanos, pasaje Per Abat (en el lado del río de El Espolón), fernán González, Pasarela Gran Teatro y paseo de la Sierra de Atapuerca.

«Al no estar señalizadas parece que estamos en una alegalidad cuando vamos en bicicleta», señala Pedro Mediavilla, de Burgos con Bici, que lamenta la dejación de funciones o la falta de interés de los equipos municipales por corregir la situación.

Las que están señalizadas con pintura sobre las baldosas «son muy deficientes» porque se ha borrado con el paso del tiempo, es el caso de las calles Concordia y la plaza Alonso Martínez. Y en cuanto a las señales verticales, también son mejorables, porque existe señalética específica que no dejaría lugar a dudas, no como la colocada en Burgos, que habla de «áreas de tráfico restringido». Así, existen señales de color azul en las que aparecen la figura de peatones y de bicicletas en las que se especifica que esa es una zona compartida siempre con prioridad para el peatón.

La ordenanza deja claro que las calles ciclables lo son en ambos sentidos de la circulación y, por tanto, en estas vías es necesario ampliar las señales verticales con la excepción para bicis y peatones. «En todas las ciudades de España se colocan este tipo de indicativos, excepto aquí en Burgos», aseguran.

Desde el colectivo Burgos con Bici se ha reclamado en repetidas ocasiones que se complete y mejore la señalización, ya que apenas son una docena de calles. Y recuerdan también que los ciclistas que transiten por estas vías peatonales deben circular cumpliendo una serie de normas, como adaptar la velocidad, ya que los peatones tiene preferencia y transitar por lugares alejados de las fachadas de los edificios. Además, es necesario rebasar a los peatones dejando 1,5 metros de distancia y cuando esto no sea posible por la elevada afluencia de personas, no quedaría más remedio que bajarse de la bicicleta o el patinete.

Esta falta de señalización es una de las mayores deficiencias que el colectivo ciclista ve en la ordenanza con respecto a este conjunto de calles. Pero desde Burgos con Bici, observan que en calles compartidas se da la circunstancia de que es muy difícil transitar por la existencia de terrazas de hostelería. «Llega un momento en la que es imposible ir en bicicleta si hay una terraza en el medio y por el otro lado pasan los peatones, es el caso de San Lesmes», comenta Mediavilla.

31 calles más

Si está costando colocar unas pocas señales, no lo está siendo menos complicado ampliar ese puñado de calles peatonales que puedan ser compartidas por los ciclistas y usuarios de patinete.

Esta es otra demanda fundamental de la asociación por la falta de conexión existente entre los tramos ciclistas. Según añade, «deja de ser útil ir en bicicleta por la ciudad si cada pocos metros, en el caso de ir cumpliendo la normativa, te tienes que bajar».

Desde Burgos con Bici han registrado en el Ayuntamiento de Burgos la petición para ampliar en 15 calles más esa compatibilidad de usos en el centro urbano, así como otras 16 vías en el resto de la ciudad, 31 en total.

Entre las calles del centro se plantean el paseo de la Audiencia, entre el puente de Santa María y la calle Eduardo Martínez del Campo, el puente de Santa María, el puente Malatos, la calle La Puebla, Entremercados y plaza de Santo Domingo de Guzmán, así como la calle Asunción de Nuestra Señora o Nuño Rasura.

Fuera del casco histórico sería interesante para el colectivo ciclista poder compartir con los peatones opciones como la calle San Cosme, Barrio Jimeno (en las cercanías del Hospital de la Concepción), San Julián e Isabel Torres. En Gamonal, donde las vías ciclistas brillan por su ausencia, se propone Francisco Grandmontagne, calle Roma y pasaje de Fernando de Rojas.