El Correo de Burgos

Entrevista a Javier Lacalle, senador del PP: «El AVE de Burgos al País Vasco no llegará hasta la década de los 40»

Primero edil, después alcalde. El senador 'popular' refleja en un libro sus dos décadas de gestión municipal. Y ya que estamos, ¿por qué hablar del presente y futuro de Burgos?

Javier Lacalle, en el Teatro Principal, con un ejemplar de su libro 'El nuevo Burgos'.

Javier Lacalle, en el Teatro Principal, con un ejemplar de su libro 'El nuevo Burgos'.TOMÁS ALONSO

Publicado por
Burgos

Creado:

Actualizado:

Pregunta- El mes pasado publicó El nuevo Burgos. ¿Cómo han sido las primeras impresiones?

Respuesta- La primera semana fue muy intensa, más allá del encuentro con los medios. Después llegaron las primeras impresiones de la gente que lo ha ido leyendo y son tremendamente positivas. Quiero pensar que son opiniones objetivas, con esa ilusión lo he hecho. Mi planteamiento, desde el principio, ha sido trasladar esa intrahistoria de todos los equipamientos, de las infraestructuras de este nuevo Burgos. Y hacerlo de una forma respetuosa, elegante, sin molestar a nadie, como creo que es el caso. Mi objetivo es que la gente pueda entender muchas cosas que igual han pasado más desapercibidas.

P.- Ya comentó durante la presentación del libro que al no haber un orden cronológico se puede leer por capítulos. Es decir, que cada cual elija los apartados que más le interesan.

R.- En la tipología clásica de muchos libros, como en una novela, tú no puedes leer la página 100 sin haber leído la 80. No tiene ningún sentido. Aquí hay un hilo conductor claro de la transformación, de la modernidad de la ciudad de Burgos durante estos veintitantos años, pero son capítulos independientes. Bajo ese paraguas global de transformación de la ciudad, nada tiene que ver el hospital con las peatonalizaciones.

Hay además muchos capítulos que son territorios completamente vírgenes, sobre los que no se había escrito absolutamente nada, más allá de las noticias que se han ido publicando durante estos años. Por ejemplo, sobre el Hospital Universitario de Burgos, el bulevar del ferrocarril o el Museo de la Evolución Humana no se había escrito nada.

P.- Se puso a escribir durante la pandemia. ¿Tenía ya el proyecto en mente o surgió sobre la marcha?

R.- En pleno mes de abril de 2020 es cuando empecé a agarrar las teclas, pero llevaba varios años pensando en este proyecto. Cuando íbamos tomando decisiones, poniendo en marcha y sacando adelante tantos proyectos, ya pensaba en que toda esa intrahistoria, sin entrar en miles de detalles estrictamente administrativos, debía estar algún día en conocimiento de todos los burgaleses. Porque, ¿quién los conocía? El alcalde, el vicealcalde, el concejal, los ingenieros, los arquitectos... Fuera de las paredes del Ayuntamiento, lógicamente, no se conocía.

De repente, cuando te encuentras durante todas aquellas semanas encerrado en casa, vi que era el momento. Han sido cuatro años de trabajo, con algún paréntesis por los distintos procesos electorales, cuando ha habido especial actividad en el Senado o por circunstancias familiares. Quitando esos paréntesis muy concretos, ha habido una continuidad de cuatro años hasta que a finales de febrero lo metimos en maquetación.

Cuando hablo de la gestión, hay que documentarla. No vale hablar de equis millones. Para eso, he tenido que mirar muchos expedientes, leer todas las actas municipales de juntas de Gobierno, de Fomento, los archivos del Consorcio de Villalonquéjar, del Desvío Ferroviario... Toda esa labor de investigación me ha llevado a incluir más de 400 citas o referencias a pie de página.

«Al iniciar el nuevo siglo no éramos conscientes de la gran transformación que llegaría»

P.- ¿Es el Burgos actual tal y como lo imaginaba a principios del siglo XXI?

R.- Era difícil imaginarlo porque siempre hemos tenido el sambenito, desde los años 80 y 90, de que éramos la ciudad de los proyectos pero no se terminaba de hacer nada. Y creo que es algo que no se correspondía con la realidad. Hubo proyectos que salieron durante todas aquellas décadas y proyectos que no.

Entonces, al iniciar el nuevo siglo pensabas en un proyecto de ciudad a 20 años vista y no éramos conscientes de la gran transformación que, efectivamente, llegaría con un nuevo hospital, cuando el tren dejase de dividir la ciudad, con espacios más humanos donde los coches salieran dando paso a zonas peatonales... Nadie podía pensar que todos esos objetivos se cumplirían tan rápido.

Destacaría la sincronización extraordinaria que hubo cuando el tren dejó de dividir la ciudad y comenzaron las obras de urbanización. Lo habitual, en casos similares, es que el tren hubiese salido y la zona se empezara a degradar, a ser marginal durante años, porque no se inicia la alternativa. Aquí, sin embargo, empezamos a planificar desde el verano de 2003 las obras que se iniciarían en el 2009. Ese trabajo previo de preparación desde el punto de vista urbanístico permitió simultanear muchas actuaciones y, en definitiva, conseguir que ese Burgos más ambicioso que queríamos fuese una realidad.

P.- Casi dos décadas de gestión municipal dan para mucho. ¿Cambiaría algo si pudiese retroceder en el tiempo?

R.- No, porque hemos conseguido sacar casi todo. Te queda un poco el pesar de no haber completado una actuación que hubiera sido buena para los ciudadanos, sin ningún tipo de duda. Estoy pensando, por ejemplo, en alguna actuación que no es estrictamente pública pero que es importante, y seguiré diciéndolo en todos los sitios porque espero que sea una realidad, como posibilitar la visita a la parte alta de la Catedral.

P.- ¿Y en el ámbito estrictamente municipal?

R.- La mejora de la calle de la calle Vitoria por la violencia que hubo por parte de algunos radicales. Fue una pena porque era una mejora extraordinaria para todos los vecinos del entorno y no llegó a salir.

Por eso digo que todo lo hecho ha sido completamente positivo. Ahí están las infraestructuras y los equipamientos a disposición, servicio y beneficio de los burgaleses. Y estoy convencido de que algún día llegará esa mejora de la calle Vitoria en Gamonal porque es necesaria, aunque habrá muchas personas que no se puedan beneficiar de ello porque ya no estarán con nosotros.

Por otra parte, en el libro también se habla de actuaciones de la iniciativa privada que forman parte de esa transformación de la ciudad. Cómo no vamos a hablar del CAB de Caja de Burgos en el casco histórico. O de la Isabel I, que ha supuesto un potencial extraordinario que completa perfectamente la Universidad de Burgos; o de los nuevos hospitales como el de Recoletas. La ciudad, al final, la hacemos entre las administraciones públicas y las entidades privadas. Todo esto tenía que verse reflejado.

P.- ¿Hasta dónde hubiese llegado Burgos de no ser por la crisis económica de 2008?

R.- Lo positivo de Burgos, a diferencia de otros sitios, es que no se paralizaron las inversiones. Evidentemente, el presupuesto municipal quedó muy condicionado en esos años, pero conseguimos que aquí continuara la inversión por dos motivos. Uno: porque actuaron los consorcios, en este caso el Consorcio de Desvío, y precisamente en esos años de crisis se estaba haciendo el bulevar del ferrocarril con una inversión millonaria de decenas de millones de euros. Y dos: al no poder hacer obras con cargo al presupuesto, lo hicimos con cargo al suelo. Compensamos a las empresas constructoras no de forma dineraria, sino cediendo o aportando suelo con aprovechamientos urbanísticos para construir viviendas. Esa aportación con cargo al patrimonio de suelo fue clave porque nos permitió seguir invirtiendo en los años más difíciles. Fuimos capaces de buscar esa alternativa para seguir invirtiendo y mejorando la ciudad cuando no teníamos los recursos económicos del presupuesto.

Ya digo en la propia introducción del libro que el Ayuntamiento de Burgos invirtió en el año 2008 tanto como la suma de cinco capitales de provincia de Castilla y León. Esto es un dato objetivo publicado por la Cámara de Contratistas de la Comunidad. Con esto quiero decir que, a pesar de la crisis, seguimos invirtiendo en muchos equipamientos, en muchas infraestructuras, con el apoyo de los consorcios.

«Las fricciones entre el Partido Popular y Vox a priori no se aprecian»

P.- Lo que sí se disparó fue el paro. Y eso provocó una sangría demográfica.

R.- La fluctuación de la población en Burgos, en todos estos años, no ha variado más allá de 3.000 o 4.000 habitantes arriba o abajo. No se ha visto especialmente afectada. Tenemos además una población flotante de aproximadamente 30.000 personas que vienen a trabajar, de estudiantes y de gente que vive aquí toda la semana y está empadronada en pueblos de la provincia. La crisis que en aquel momento afectó a toda España y a nivel internacional, en lo que se refiere a la población, solamente se vio resentida un poco en cuanto a inmigrantes. Sobre todo personas que venían de Latinoamérica, Marruecos e incluso del este de Europa. Después, una vez que empieza a normalizarse la cosa, se volvió a recuperar. Desde el punto de vista demográfico, conseguir una subida de 20.000 personas de golpe solamente es posible si de repente llega una gran multinacional que cree 800 o 900 puestos de trabajo.

P.- Primer año de Cristina Ayala al frente del Ayuntamiento de Burgos. ¿Balance?

R.- Veo a un equipo muy ilusionado y cohesionado, con muchísimas ganas, y a una alcaldesa completamente volcada. A Cristina la conozco desde hace muchos años y es una persona con una capacidad de trabajo espectacular. Tiene mucha empatía con la gente y la gestión municipal nunca es fácil. Lo digo refiriéndome a los que integran el equipo mayoritario del Partido Popular, que está trabajando codo con codo con la otra parte del Gobierno municipal, que es en este caso Vox. Han demostrado que se puede trabajar conjuntamente y sacar proyectos e iniciativas adelante.

El primer año siempre es el más feo, entre comillas, porque comienzas a redactar los proyectos y a planificar un poco toda la legislatura para ejecutar el programa electoral que has presentado a las elecciones. Cuando más se empieza a visualizar es a partir del segundo año. Y es en la segunda parte de legislatura cuando se han hecho los proyectos, que llevan su tiempo, y cuando ves que se empiezan a materializar.

Es verdad que puede haber diferentes matices entre Vox y el Partido Popular, pero esa fricciones a priori no se aprecian. Al final, hay una ciudad por delante a la que estamos representando y sabemos las necesidades que hay que acometer en el día a día. Claro que hay diferencias entre el PP y Vox, pero en el caso concreto de la ciudad sus programas electorales coinciden en un 80 o 90%. Más allá de cuestiones más concretas o anecdóticas, como algunas que hemos visto recientemente, creo que hay una estabilidad municipal que contrasta con el desastre nacional. Estamos viendo a un Gobierno completamente dividido, un Gobierno del PSOE y los comunistas de Sumar donde están a torta limpia todos los días, con lo cual es imposible que salgan las cosas si entre ellos no se entienden. Por eso contrapongo la estabilidad y el trabajo que se hace en el ámbito municipal con el desastre y las tortas que se está dando el Gobierno.

P.- Da la sensación, por regla general y sobre todo de un tiempo a esta parte, que la crispación en el ámbito municipal no es tan exagerada como la que existe a nivel nacional.

R.- A veces ha sucedido lo contrario. El choque del día a día en algunos ayuntamientos ha sido mucho más duro de lo que se vivía en la política nacional y ahora sucede lo contrario. Es tal barbaridad las actuaciones que está haciendo el Gobierno con el presidente Sánchez a la cabeza, esa crispación tan bestial que estamos soportando todos los españoles por su culpa, que hasta las discrepancias o broncas que pueda haber en un Ayuntamiento de cualquier lugar de España quedan muy atemperadas. Me gusta seguir la información local en toda España y ves discrepancias lógicas y legítimas de los partidos políticos, pero dentro de la más absoluta normalidad.

P.- ¿Se está trasladando esa crispación al ciudadano de a pie?

R.- El ciudadano te dice que está muy cansado de estas barbaridades. Es muy difícil justificar que hace menos de un año digas unas cosas y de inmediato empieces a hacer otras completamente diferentes. Ya no es que el Gobierno esté paralizado, que no se haga nada en este país salvo aprobar una amnistía para algunos, sino que ese ambiente completamente enrarecido, ese muro, esa confrontación que ha creado el presidente Sánchez, que debería haber sido el primero interesado en que el país funcione con normalidad; nos esté llevando a un ambiente realmente malo.

El Congreso y el Senado están completamente paralizados en lo que a tramitación legislativa y control del Gobierno se refiere. Estamos viviendo un momento histórico muy negativo que está afectando a la ciudadanía.

P.- ¿Qué espera de la comparecencia de Sánchez en el Senado?

R.- Lo de siempre. ¿De dónde vienes? Manzanas traigo. Lo mismo da lo que le preguntes porque su respuesta siempre es la misma. No da ningún tipo de explicación. Se le preguntará por activa o por pasiva sobre distintas cuestiones, pero tengo muy claro, y lo veo permanentemente los martes en la sesión de control al Gobierno, que no responde nada de lo que realmente se le está preguntando. Siempre sale con florituras que nada tienen que ver con la respuesta. Es una falta de decoro parlamentario, es tomar el pelo a los ciudadanos a los que estamos representando. Así es el Partido Socialista que tenemos en la actualidad.

«Lo del habitual bronquista Óscar Puente es ya surrealista»

P.- Burgos y las infraestructuras, una patata siempre caliente. Empecemos por el Tren Directo y la postura del ministro de Transportes, Óscar Puente.

R.- Lo del habitual bronquista Óscar Puente es ya surrealista. En su momento, el PSOE cierra el ferrocarril directo de Madrid a Burgos cuando la famosa bateadora se atasca en Somosierra. A partir de ahí, nos ha ido engañando.

Hace tres años, vino aquí la ministra (Raquel Sánchez) y dijo, palabras textuales, «sacaremos la bateadora de Somosierra». Desde entonces, no se ha hecho absolutamente nada salvo encargar estudio tras estudio para tener un hilo argumental y decir que algo están haciendo cuando no sirve para nada. Pero lo más grave es que se esté haciendo un estudio informativo y, antes de concluir, se adelante que va a ser completamente negativo y que no se va a abrir el ferrocarril.

Esto lo han intentado matizar cuando Esther Peña ha llamado desde Burgos para que no les dejen tirados a los pies de los caballos, pero las palabras de Puente fueron muy claritas en el Senado; precisamente, a una interpelación que le hice. Sin cortarse un pelo, dijo que no había nada que hacer, que ese ferrocarril no se iba a abrir y dio esa cifra de 1.300 millones. Si se está haciendo el estudio ¿cómo puede adelantar conclusiones? Eso nos da una idea de la seriedad y del compromiso que tiene. Están haciendo un paripé con estudios que no valen absolutamente para nada.

Es fundamental abrir el tramo entre Aranda y Robregordo. Hace no mucho, el ministro vino a decir poco menos que los de Burgos son tontos porque tardan menos viniendo con el AVE, por la vía que hay ahora, pasando por Valladolid. Lo que pasa es que no estamos hablando a priori de que pueda haber transporte de personas. Si hay demanda, sí, por supuesto; pero de lo que se trata es de que circulen mercancías. Supondría un ahorro muy considerable respecto a dar la vuelta por Valladolid. El problema es que no se entera o no se quiere enterar. Y no son muy optimista viendo cuál es su planteamiento.

P.- Lo cierto es que tanto Esther Peña como Luis Tudanca han mantenido su defensa del Directo.

R.- Es todo una tomadura de pelo. No somos niños, el cuento del poli bueno y el poli malo ya nos lo conocemos. No haces absolutamente nada en Madrid y luego intentas salvar aquí los muebles. ¿Cuántos PSOEs hay? ¿Uno local, otro de Castilla y León y otro nacional? Pero si son los mismos. He presentado varias mociones y ahí están ellos votando en contra. Que no nos cuenten milongas, se les debería caer en la cara de vergüenza.

P.- ¿Da por perdido el Corredor Atlántico?

R.- No se ha puesto ningún tipo de interés. Cuando se ha querido actuar, porque la ciudadanía ha levantado la voz, ya no se puede hacer nada con Europa.

Burgos es un nodo logístico importantísimo por su ubicación, pero no hay absolutamente nada que hacer. Europa no toma decisiones por tomar, lo hace en base a la suficiencia de las aportaciones del Gobierno de España.

También hay otras actuaciones muy concretas que son fundamentales y que nos dijeron que iban a ser inmediatas, como prolongar las vías en la estación de mercancías de Villafría para poder coger convoyes más grandes desde el Puerto Seco, y está parado desde hace dos años. Estamos metiendo preguntas parlamentarias al Gobierno y no terminan de arrancar.

«Hace falta una actuación público-privada para la A-12 y la A-73»

P.- Hablemos del AVE y de la conexión entre Burgos y Vitoria.

R.- Volvemos a lo mismo, no han hecho nada durante cuatro años. Íñigo de la Serna dejó aprobado el estudio de viabilidad para el trazado en enero del 2018. Nos echaron del Gobierno en el mes de junio y lo han tenido todo parado hasta el verano de 2020. Cuando ya les daba vergüenza porque había que venir aquí a inaugurar la llegada del tren, el presidente tiene que anunciar algo y dice que en los próximos días se va a licitar la redacción de los proyectos. Si Sánchez no viene a hacerse la foto, ni siquiera licitan los proyectos. Vamos a paso de burra. Hace tiempo dije, y lo mantengo, que la Alta Velocidad entre Burgos y el País Vasco no llegará hasta la década de los 40. Hay gente que me dice que es una barbaridad, pero el tiempo me dará o quitará razones. No hay más que ver lo que se ha tardado en construir la Alta Velocidad desde Venta de Baños hasta Burgos. Si se ha tardado tanto y la orografía era plana, ¿qué vamos a esperar cuando haya que atravesar el desfiladero de Pancorbo?

P.- Otros dos proyectos con mucho retraso: las autovías A-73 y A-12.

R.- Me subo por las paredes porque son dos autovías fundamentales. El problema en infraestructuras interurbanas es como el que va en bicicleta: si te paras, te caes.

Son proyectos que dejó aprobado el Gobierno de Mariano Rajoy y que al no avanzar han caducado. ¿A qué nos lleva eso? A volver a la casilla de salida. Aparte de rehacer los proyectos, hay actualizar los precios y no tienen nada que ver con los actuales.

P.- ¿Qué propone para culminar ambas vías?

R.- Lo digo muy claro. O se va a una actuación integral de colaboración público-privada o nos van a tener engañados durante décadas. Si vamos de tramo en tramo, si no se va actuando de forma simultánea, es imposible.

La reforma integral de la Nacional 1 entre Burgos y Madrid se hizo con colaboración público-privada, el famoso peaje en sombra. Y todos los años en el presupuesto hay un dinero para pagar a las empresas que lo adelantaron años atrás cuando mejoraron la autovía. Entonces, si los recursos son limitados y no se puede afrontar, que se haga así y se va pagando durante equis años.

tracking