El Correo de Burgos

Una acera de vergüenza en pleno Camino de Santiago: el desoído SOS de los comerciantes de Calzadas

Los comerciantes advierten del peligro de tropezar en esta calle mientras el Ayuntamiento de Burgos y las comunidades de vecinos han mirado para otro lado durante toda una década

Estado de la zona más deteriorada de la calle Calzadas en la ciudad de Burgos.

Estado de la zona más deteriorada de la calle Calzadas, en la ciudad de Burgos, al paso de unos peregrinos.©Tomás Alonso

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Hay problemas que se enquistan para convertirse en eternos cuando existe una solución tan sencilla como imposible de ejecutarse. Sí, imposible, porque son más de 10 años mirando para otro lado.

El arreglo de un puñado de baldosas en la calle Calzadas de Burgos, en pleno Camino de Santiago, trae de cabeza a los viandantes, que son de los pocos que miran hacia el suelo y hacen bien si no quieren acabar en el suelo, y a los comerciantes de la zona que no pueden dejar de mirar el desastre.

«La acera está peor que nunca. Es un peligro», sentencia Óscar Martínez, de la asociación de comerciantes de Calzadas y Bernardas, que no da crédito a una situación que llevan denunciando tanto tiempo.

Estado de la zona más deteriorada de la calle Calzadas en la ciudad de Burgos.

Estado de la zona más deteriorada de la calle Calzadas en la ciudad de Burgos.©Tomás Alonso

El problema es de sobra conocido: una de esas aceras privadas de uso público que envejece por la desidia municipal y la de los propietarios, las comunidades de vecinos de la zona. Ni unos ni otros se enfrentan a la responsabilidad de acometer los arreglos de unos pocos metros de calle, pero tampoco estaría mal pensar un poco más allá y ejecutar una reurbanización un poco más amplia para dejar la acera de Calzadas perfectamente transitable.

«En 10 años hemos escrito a todos los concejales de Urbanismo que han pasado por el Ayuntamiento de Burgos», recuerda Martínez entre la impotencia y la rabia de ver que la administración local «pasa» del asunto escudándose en que es una zona privada sí, pero de uso público, es decir de paso para todo el que necesite transitar por allí. Por tanto, la administración local responsabiliza a los dueños del suelo.

Las comunidades de propietarios, cuyos accesos a los portales están en el parque Regino Sainz de la Maza, tampoco se sienten aludidos. Y entre los unos y los otros, pues la acera presenta falta de baldosas, otras rotas e inestables, grietas y baches. Hay una zona especialmente deteriorada, pero el estado de toda ella es malo y los comerciantes asisten a caídas de ciudadanos «día sí y día también», lamentan estas personas, que no entienden que si el Ayuntamiento no actúa, por qué no obliga a los dueños a encarar la situación.

La última modificación del Plan General de Ordenación Urbana, aprobado inicialmente en marzo de 2023, afrontó la situación de las zonas privadas de uso público. La propuesta era sencilla: el Ayuntamiento se iba a hacer responsable de la conservación de los pavimentos, que implica la renovación de baldosas, la limpieza y su baldeo.

Lo cierto es que se acumulan sentencias judiciales contra el Ayuntamiento a quien los jueces hacían responsable del mantenimiento de estas calles y plazas consideradas zonas privadas de uso público. Existen 200 espacios que abarcan alrededor de 300.000 metros cuadrados repartidos por toda la ciudad en esta situación. En principio, no parecen tantos, pero la solución no llega y los transeúntes de la calle Calzadas desesperan.

En el mandato de Cristina Ayala tampoco han recibido respuesta y su preocupación va en aumento ante afirmaciones realizadas por el 'penúltimo' concejal de Urbanismo, Juan Manuel Manso, que alertaba hace meses de la dificultad presupuestaria de que el Ayuntamiento se haga cargo de la conservación de las zonas privadas de uso público.

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