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Dos policías, una enfermera y una ambulancia que pasaba por allí salvan la vida a un hombre infartado

Se había desvanecido en su furgoneta y fue su mujer la que dio el aviso. De no ser por la suma de casualidades que se produjeron para salvarle, este hombre de 54 años podría haber perdido la vida

Una patrulla de la Policía Local en Gamonal.©Tomas Alonso

Burgos

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Cuando la parca llama a tu puerta pero no te toca el destino es capaz de mover los hilos para salvarte el pescuezo al reunir a dos agentes de la Policía Local con conocimientos de primeros auxilios y mucha determinación, una vecina que es enfermera de profesión y muy experimentada y una ambulancia que pasaba por allí provista del material necesario para aferrarte a la vida.

Así sucedió en la calle  Dámaso Alonso de Gamonal cuando una mujer se vio con su marido desvanecido dentro de su furgonteta y tuvo que reclamar ayuda urgente. 

El 112 recibió un aviso y dio la alerta. Los primeros en llegar fueron los agentes de una patrulla de la Policía Local que verificaron que el hombre había perdido el conocimiento, pero tenía pulso y respiración débil.  A continuación procedieron a sacarlo del interior del vehículo y colocarlo en posición lateral de seguridad, para después volver a dar aviso urgente a los servicios sanitarios.

La buena fortuna quiso que en ese instante, una vecina, que es enfermera de profesión, se acercó al lugar del suceso alertada por las sirenas y, junto con los agentes de la Policía Local, coordinó las labores de resucitación, la conocida RCP, ya que el paciente había empeorado y entró en parada cardiorrespiratoria.

La casualidad rizó el rizo y coincidió que en ese crítico momento una ambulancia no medicalizada circulase por casualidad por la zona. Al momento fue detenida por los agentes de la Policía Local que pudieron sacar de esa ambulancia una bala de oxígeno y una cánula de Guedel para ser usadas por la sanitaria para seguir con la reanimación del hombre infartado.

Cuando llegaron los servicios sanitarios de emergencia aproximadamente 10 minutos después de haber comenzado con el masaje cardíaco, continuaron con la estabilización del paciente. 

Cuando pudo recuper el pulso y las constantes vitales fue trasladado a urgencias del HUBU y los policías locales, la vecina enfermera y el conductor de la ambulancia que pasaba por allí pudieron seguir con sus vidas sabiendo que el destino les había reunido durante un ratito para salvar la vida de un hombre.