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Las monjas de Belorado plantan al Tribunal Eclesiástico y reafirman su "irreversible posición"

Emitían un comunicado tras expirar el plazo dado por el Arzobispado de Burgos para comparecer en el que explican que las diez religiosas requeridas han enviado un documento a Iceta, firmado por todas, en el que persisten en su salida voluntaria de la "iglesia conciliar"

El Arzobispado de Burgos cierra sus puertas al final de la mañana de hoy, acabado el plazo para recibir a las monjas de Belorado.SANTI OTERO

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Burgos

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Las monjas de Belorado se reafirman en su "unánime e irreversible posición". Así lo han indicado vía redes sociales tras expirar el plazo dado por el Arzobispado de Burgos para su comparecencia ante el Tribunal Eclesiástico

El fin de esta cita era recabar la declaración personal de diez de las catorce religiosas que habitan el convento y constatar si cambiaban de parecer o si, por el contrario, persistían en el cisma iniciado el pasado 13 de mayo con la publicación del llamado Manifiesto Católico rubricado por la superiora, sor Isabel de la Trinidad, en el que reniegan de la "iglesia conciliar" y abrazan los postulados 'sedevacantistas' del que desde entonces es su obispo, Pablo de Rojas.

El comunicado publicado de manera simultánea en las cuentas de Instagram de la comunidad y de la Pía Unión de San Pablo Apóstol, la organización de Rojas, no deja lugar a dudas. Las clarisas mantienen su ruptura con la Iglesia católica y su pulso particular con Mario Iceta, el prelado burgalés. 

El texto mencionado cuestiona tanto la mano tendida de este, como la validez del propio Tribunal Eclesiástico al que están llamadas, pues, subrayan, se han separado de su "jurisdicción", no teniendo este la capacidad, a su juicio, "para imponer penas espirituales como lo es la farsa de la excomunión".

Recuerdan al respecto que el documento firmado el 8 de mayo y difundido cinco días después acreditaba su separación "libre y voluntaria, con unanimidad y alegría de espíritu" de lo que ellas llaman, también entre comillas, la 'iglesia conciliar' "surgida del Latrocinio Vaticano II". El comunicado incide que por medio de ese manifiesto "nos adherimos a la verdadera fe católica" y señala que este paso fue "fruto de madura, meditada y consciente reflexión", además de "refrendado por todas".

Además, respecto a cualquier sanción canónica ya anunciada, critican que será "impuesta por quienes no son obispos, ni válidos, ni legítimos, ni tienen poder sobre las almas" y advierten que tales penas "carecen de efectividad y son nulas e írritas".

Afirman también que están dispuestas a dar la vida por defender su nueva postura y, en clara referencia a la autoridad de Iceta como comisario pontificio designado por el Vaticano, aseguran no temer "a quienes puedan matar el cuerpo, aun por medio de coacciones, imposiciones o bloqueos de suministros, pero nada pueden contra el alma".

Culmina así este episodio de la rebelión de las monjas de Belorado que, cabe recordar, se iniciaba con la visita al convento de los apoderados del arzobispo -que fueron expulsados, aunque sí se recibió la documentación de la notaria del municipio- para trasladar los requerimientos oportunos, previos al inicio de los procedimientos legales canónicos y civiles que culminarán -o esa es al menos la intención de las autoridades religiosas, dadas las circunstancias actuales- con la excomunión de la comunidad cismática y su salida del monasterio, voluntaria o forzosa.

Visto lo visto, si bien las aludidas dan nula importancia a la primera consecuencia, parece que pelearán con uñas y dientes por evitar la segunda, convencidas como están de que la propiedad del inmueble es suya. El final de esta trama, pues, parece lejano. Mientras, la expectación crece y las cámaras de televisión interesadas en cada paso de las monjas se multiplican. Hoy, de hecho, hacían guardia frente a la Casa de la Iglesia, sede del Arzobispado, durante toda la mañana, por si las exclarisas se animaban a comparecer. También esperaban a las puertas del convento de Belorado, para captar su salida en tal caso. 

Sin embargo, en ninguno de los dos puntos saltaba la noticia, ya que, devotas como son de las nuevas tecnologías, optaban por dar rienda suelta a su parecer vía digital apenas minutos después de que culminara el periodo habilitado por el Tribunal Eclesiástico para recibirlas. Puede incluso que la petición de prorrogar el plazo inicial, que finalizaba el pasado domingo, generara una expectativa de reconducir este desencuentro. De haberla, el comunicado emitido por las monjas ha acabado con ella por completo, a buen seguro.