El Correo de Burgos

Las monjas rebeldes de Belorado solo abandonarán el convento si las desalojan los tribunales

Confirman la salida «voluntaria» del falso obispo y del cura 'barman', «de cuya jurisdicción nos apartamos»

Foto de familia que compartían ayer por la noche las clarisas de Belorado en su recién creada cuenta de Instagram.

Foto de familia que compartían ayer por la noche las clarisas de Belorado en su recién creada cuenta de Instagram.INSTAGRAM

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Nuevo capítulo del culebrón de las monjas excomulgadas de Belorado, que a estas alturas parece más bien una serie de Netflix. Después de que esta miércoles se conociese la expulsión del falso obispo Pablo de Rojas y del cura 'barman' José Ceacero del convento beliforano, las religiosas han querido matizar horas más tarde cómo se ha producido su salida mientras rechazan cualquier intento de desalojo por parte de la Iglesia católica que ya no las acoge en su seno. 

«No reconocemos, en la presente situación, autoridad alguna a nadie más que a los tribunales de Justicia para ordenar nuestro desalojo», exponen las exmonjas a través de un comunicado en el que subrayan su malestar por el «recurso de la fuerza pública» para que abandonen el convento.   

Sobre la salida de De Rojas y Ceacero, avanzada por el digital Vida Nueva, las religiosas sostienen que «no se ha procedido a la expulsión de nadie de nuestras instalaciones por la fuerza». No en vano, subrayan que se instó al cura 'barman' y al falso obispo, «de cuya jurisdicción nos apartamos», a abandonar el convento «de forma voluntaria y sin ningún tipo de coacción». 

«Caminamos libres y solas en defensa de la fe católica», dicen las otrora clarisas tras protagonizar su segundo cisma en poco menos de un mes. Por otro lado, rechazan las acusaciones sobre una «supuesta trama inmobiliaria». 

En este sentido, remarcan que son ellas las «legítimas poseedoras del inmueble» al pertenecer a las Clarisas de Belorado. Y se muestran dispuestas a defender su «condición» mientras aseguran que el arzobispo de Burgos y comisario pontificio de la nombrado por la Santa Sede para gestionar el convento, Mario Iceta, no ha aclarado «de qué forma la naturaleza administrativa de su Comisariado desvirtúa nuestro título».

En cuanto al comunicado difundido por el Arzobispado de Burgos, cuya Comisión Gestora se ha visto obligada a inyectar 20.000 euros a las cuentas del convento tras comprobar que el saldo era «realmente bajo», las religiosas rebeldes señalan que «nos han intervenido las cuentas corrientes (cuyos saldos conocen)», así como sus «nóminas», dejándolas «sin poder atender los pagos de los proveedores de materia prima para nuestros dulces». 

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