El Correo de Burgos

Teo López / Presidente de DH Ecoenergías

«El premio FAD a la central de Palencia y el concurso de Burgos abren un futuro ilusionante»

Este leonés está al frente de DH Ecoenergías, una compañía que propone una forma inteligente de generación y distribución de energía con un ahorro mínimo de un 10% en la factura de calefacción y agua sanitaria / Cuenta con más de 30 proyectos, el último en sumarse Burgos, que moverá más de 50 millones

Teo López, presidente de DH Ecoenergías, en la central de Palencia.

Teo López, presidente de DH Ecoenergías, en la central de Palencia.DH Ecoenergías

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Estudia y transforma el panorama energético de las ciudades españolas. Teo López, ingeniero industrial especializado en técnicas energéticas y presidente de DH Ecoenergías, analiza edificios y sistemas de calefacción en diversas localidades evaluando el uso de combustibles fósiles y proponiendo la implementación de redes de calor urbanas como una solución efectiva para erradicarlos. Su objetivo es claro: adaptar las ciudades al cambio climático y reducir la dependencia de gas y gasóleo.

Este leonés trabaja en cerca de 30 ciudades, desarrollando redes de calor que aprovechan diversas fuentes de energía sostenible. Desde ríos y lagos hasta depuradoras y parques, examina cada posible fuente energética, incluyendo túneles, sistemas de metro, terrenos adecuados para campos solares y sondeos geotérmicos profundos, incluso considera utilizar la energía residual de industrias y centros de procesamiento de datos.

Inspirado por la filósofa María Zambrano, quien decía «todo lo que existe, alguien antes lo imaginó», López aplica esta doctrina a la transición energética urbana. Para él, cada desafío es una oportunidad que exige imaginación y creatividad para cambiar las cosas. Con un enfoque minucioso, identifica las tecnologías más adecuadas para cada situación, asegurando que la energía obtenida se entregue de manera eficaz a las redes de calor que abastecen a los edificios de la ciudad.

Pregunta.- ¿Cuál es la actividad de DH Ecoenergías y en dónde se desarrolla?

Respuesta.- Trabajamos en el estudio, promoción, desarrollo, construcción, financiación, operación y explotación de las redes de calor. Es una forma de eliminar los combustibles fósiles, sobre todo el gasoil de los edificios, instalando un sistema de tuberías que circula por las calles para dar suministro de calefacción y agua sanitaria desde una central que suele estar a las afueras de la ciudad.

P- Cada vez están presentes en más lugares...

R.- En los últimos años, hemos desarrollado varios proyectos y ya hay miles de viviendas que se han conectado a nuestras centrales o que han formalizado contratos para conectarse a la red. Palencia, Ávila, Zamora, incluso Burgos. En cada una de ellas estamos en distintas fases de implantación.

P- Ha mencionado Burgos, ¿qué es lo que van a desarrollar allí?

R.- Hemos ganado el concurso para abordar la transformación energética desde el polígono industrial de Gamonal hasta el centro con distintas fuentes de energía: geotermia, biomasa y fotovoltaica. En un futuro, suministraremos energía a cerca de 12.000 viviendas y otro tipo de edificios.

Central de DH Ecoenergías de Palencia.

Central de DH Ecoenergías de Palencia.DH Ecoenergías

P- ¿Cómo va a cambiar la vida de esos hogares?

R.- La transición energética es bastante costosa. Con las redes de calor intentamos que no suponga un gran desembolso para los ciudadanos.

P- En términos de números, ¿cuál es el ahorro estimado?

R.- Un ahorro mínimo del orden del 10, 15, 20% y, en algunos casos, si la instalación es muy antigua y el gasóleo está caro, puede superar el 20%. El ahorro tiene que ser claro. Esta instalación podrá ser todo lo renovable que quieras, pero tiene que haber un ahorro económico. En las ciudades donde tenemos implantadas las redes de calor, el primer objetivo es el ahorro. Hay muchas encuestas realizadas a nivel nacional que cuando se pregunta que si desean medidas para la mejora del planeta responden que sí, prácticamente el 100%, pero cuando esas medidas no suponen un ahorro, incluso un gasto, el porcentaje baja al 50%. Las ventajas de las redes de calor son muchísimas, como la generación de empleo, la economía circular y la mejora de la balanza comercial, pero la primera es que esta opción es más económica.

P- Burgos va a suponer un antes y un después para la compañía, cuéntenos un poco lo que van a hacer.

R.- Es el proyecto más grande que tiene DHEcoenergías. Tiene muchas posibilidades de ampliación y el Ayuntamiento ha hecho un concurso muy detallado, valorando las tecnologías y el aprovechamiento energético de las industrias del polígono industrial para que, por ejemplo, los vertidos de las torres de refrigeración de las chimeneas, que están tirando energía, se puedan inyectar a la red de calor de la ciudad. Para nosotros es un reto satisfacer a los ciudadanos, no solo a los propietarios, también a los usuarios de otros edificios como el hospital o la universidad. Esta obra supone una inversión del orden de 50 millones, ampliables hasta los 100 millones. Vamos a estar en Burgos durante décadas construyendo, operando, gestionando y satisfaciendo a los clientes, procurando ahorros. Estamos muy orgullosos de haber ganado el concurso, pero bueno, como se suele decir, ahora hay que ponerse a picar piedra.

Recreación de la central que se va a desarrollar en Burgos.

Recreación de la central que se va a desarrollar en Burgos.DH Ecoenergías

P.- ¿Cómo han recibido en DH Ecoenergías el premio FAD, el más prestigioso de la arquitectura, a una de sus centrales?

R.- Muy bien lo hemos recibido. En el cambio de modelo energético tiene que estar presente la sensibilidad. Como decía el arquitecto italiano Renzo Piano, «sin sensibilidad y sin poesía no hay arquitectura». Estas sensibilidades las hemos plasmado en muchos campos, materias y redes de calor, pero principalmente en la arquitectura. Pensamos que una central que va a significar un cambio de modelo, un cambio de paradigma, tiene que simbolizar algo. Por este motivo, exigimos a los arquitectos que las centrales tuvieran un discurso arquitectónico que simbolizara la transparencia, la circularidad de la economía. El petróleo no es lo más transparente; de hecho, el color en sí mismo es negro. Los arquitectos han simbolizado esto, que ha enjuiciado con mucho acierto el jurado del premio más prestigioso de arquitectura. A la central de Palencia le han otorgado el premio que viene a reconocer ese enfoque de sensibilidades y de transformación medioambiental. Ganar este premio y el concurso de Burgos abre un futuro ilusionante para la compañía.

P.- ¿Qué otras centrales tienen en funcionamiento?

R.- Fui promotor de Móstoles, que está funcionando con miles de viviendas conectadas. También está funcionando Palencia y en septiembre entrará en servicio Zamora y Ávila. La compañía tiene cerca de 30 proyectos en distintas ciudades y en diferentes fases de desarrollo.

P.- ¿Tiene pensado ir más allá de nuestras fronteras?

R.- En Europa, las redes de calor son muy importantes; hay muchísimas. En Polonia hay redes de calor con combustibles fósiles, incluso algunas con carbón o gas, lo que requiere una transformación enorme. Estas redes salen a concurso y estamos barajando participar en alguno.

P.- ¿Cómo se contempla en la Normativa de España, en el Plan nacional de Energía y Clima (PNIEC) y en la nueva directiva de la Unión Europea las redes de calor y cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la transición energética?

R.- La normativa a nivel de planificación reconoce las redes de calor, pero luego nos encontramos con que no está reconocida la declaración de utilidad pública de las redes de calor urbana, como sí que están las redes de gas y las redes eléctricas. En el caso de las redes de calor, no tienen ningún derecho reconocido para usar el dominio público. Este es el mayor problema. Lo hemos comunicado varias veces al MITECO y a las autoridades autonómicas, pero por distintos motivos esto va muy lento. La planificación puede estar, pero luego aparecen obstáculos que hacen difícil o casi imposible llevarlo a cabo. A nivel europeo, la Directiva que se acaba de aprobar de eficiencia energética en los edificios le da una importancia enorme a las redes de calor. Hay países como Alemania, donde las redes de calor están adquiriendo un interés y distintas ciudades están haciendo redes de calor. En mi opinión, tienen más desarrollo, normativa, tecnología y, por supuesto, potencial inversor. A nivel europeo las redes de calor tienen más recorrido y más camino que aquí en España.

Central que DH Ecoenergías ha desarrollado en Ávila.

Central que DH Ecoenergías ha desarrollado en Ávila.DH Ecoenergías

P.- ¿Y qué otros obstáculos se encuentran?

R.- No existen pliegos, todo es nuevo. La administración tendría que desarrollar modelos de pliegos como lo hizo para el modelo de eficiencia energética en edificios públicos y en el alumbrado público.

P.- Los edificios que no se conectan a las redes de calor, ¿Qué otras alternativas tienen para su descarbonización? ¿Y qué va a ocurrir si no se descarbonizan?

R.- La rehabilitación es fundamental, ya que de no hacerlo, tal vez en 2040 no podrán alquilarse o venderse porque no contarían con una calificación energética adecuada. Entonces, hay que invertir del orden de 200.000 millones en rehabilitación en los próximos 15-20 años para que estos edificios cuenten con bombas de calor, autoconsumo con biometano o redes de calor. Este es un desafío de medios económicos, financieros muy grande.

P.- ¿Cómo puede contribuir la rehabilitación de los edificios a los objetivos de la Directiva?

R.- Es fundamental. Lo primero es la eficiencia. A la vez que se hace la rehabilitación se adapta a las nuevas tecnologías de la descarbonización. Esas viviendas con calderas individuales deberían transformarse en instalaciones colectivas conectadas a redes de calor u otros sistemas. Se habla mucho de transición energética, constriñéndola a eólica y fotovoltaica, pero se habla muy poco de la transición energética-térmica.

P.- ¿Cómo puede remar la administración en esta dirección?

R.- Es un cambio de mentalidad porque la administración no solo está para penalizar a las viviendas que no se adapten, también está para lanzar líneas de subvenciones o ayudas a fondo perdido para poder comprar una bomba de calor que cuesta alrededor de 7.000 euros o la transformación para la conexión a la red de calor que indicaba anteriormente.

La comunidad científica ha puesto negro sobre blanco de que si antes de terminar el siglo la temperatura sube más de un grado y medio, los problemas para el planeta van a ser de todo tipo. Una de las medidas que hay que tomar es la eliminación de los combustibles fósiles, que son aquellos que en su combustión desprenden gases de efecto invernadero. Ya lo ha anunciado la prestigiosa inmunóloga y viróloga Margarita del Val: «De la COVID salimos con vacunas, pero del calentamiento global nadie sabe cómo se va a salir».

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