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La familia de Óscar y Castor crece

Siete halcones peregrinos más surcan desde hace tres semanas el cielo burgalés. Cid, Jimena y Lucy se han criado en la jaula del MEH y Odei, Floren, Lirón y Leo, sobre el Divino Valles, nuevo emplazamiento de este proyecto de 'hacking'

Los tres polluelos criados en la jaula del Museo de la Evolución Humana: Cid, Jimena y Lucy.ECB

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Burgos

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Viento en popa podría decirse que avanza el proyecto de 'hacking' del halcón peregrino puesto en marcha para recuperar la presencia de este animal en la ciudad. Hasta nueve ejemplares surcan estos días el cielo burgalés. Siete nuevos fichajes criados en cautividad ampliaban la familia de Óscar y Castor, dueños y señores de la zona hasta el momento, reconvertidos a mentores en las últimas semanas.

De los primeros pasos de los polluelos nacidos en abril da buena cuenta el perfil de Instagram @peregrinoburgos, así como la web hackinghalconperegrinoburgos.es, donde incluso sendas cámaras ofrecen imágenes en directo de sendas jaulas de cría. Los emisores GPS que se colocaban a los retoños allá por el mes de mayo permiten incluso conocer las rutas de sus vuelos iniciales, cada vez más prolongados.

Rompían el hielo, no obstante, en las inmediaciones de sus hogares. Odei, Floren, Lirón y Leo estrenaban alojamiento. El nido que el año anterior se ubicó en la torre del Monasterio de San Juan dejaba paso al tejado del Hospital Divino Valles, un espacio mucho más adecuado por la accesibilidad y la tranquilidad del entorno. El 4 de junio llegaba la hora de probar la vida en el exterior en compañía de Óscar, ya experimentado.

Por aquello de la edad, en un principio se mostraba “agresivo y territorial con los pollos, como era de esperar”, según los responsables de la iniciativa, y llegaba incluso a entrar en la jaula para alimentarse con su comida. No llegaba, sin embargo, la sangre al río y, con alivio, el seguimiento estrecho de su relación permitía concluir enseguida que esa actitud “dominante” carecía de riesgo. Los vuelos de los recién llegados se prolongan cada vez más, incluso los de Leo, el que más tardaba en despegarse de su hogar. “Cada vez están más fuertes y eso les permite explorar nuevos lugares”, anuncia una publicación reciente de su particular cuaderno de bitácora digital.

Cid, Jimena y Lucy, por su parte, se criaban sobre la cubierta del Museo de la Evolución Humana, territorio de Castor, que asumía su tutela. La jaula se abría el 15 de junio, por la noche, para evitar sustos por el trasiego de tan céntrico lugar. Ni dos semanas después ya se animan a alcanzar las afueras de la ciudad. Incluso Lucy, pese a que comenzaba con mala pata. Apenas tres días después de alzar el vuelo caía al patio de un edificio, incidente al parecer frecuente para este tipo de fauna urbana. “Afortunadamente, fue recogida por unos vecinos y trasladada al CRAS (Centro de Recuperación de Animales Silvestres)”, explican los técnicos. Pasaba un periodo de convalecencia breve en la jaula, donde incluso recibía la visita de sus excompañeros, y el 21 de junio recuperaba la libertad.

Mientras la población de halcones peregrinos reflota en la ciudad, Pilar, hermana de Castor y Óscar -que fueron los tres únicos supervivientes de la primera 'ronda' de polluelos-, sigue afincada en Palencia. Cuentan las redes que se ha echado pareja allí. “El próximo año promete”, celebran los expertos. Y es que el objetivo último es que las aves críen y su presencia se consolide.

Hacking Halcón Peregrino Burgos es el programa de reintroducción del 'Falco peregrinus brookei', la subespecie ibérica del halcón peregrino, mediante el método de crianza campestre o 'hacking'.

Un equipo de profesionales de la empresa Athisa Medio Ambiente, contratada a tal fin por el Ayuntamiento de Burgos, tras llevar a cabo con éxito trabajos similares en Torrejón de Ardoz y Torija (Guadalajara) se encarga de esta iniciativa que, en esencia, pretende contribuir a la recuperación de la especie en la zona y conseguir nueva información sobre sus principales amenazas para poder actuar en consecuencia para su protección.

En concreto, cada año de los cinco que se prolongará la iniciativa, hasta 2027, se criarán varios pollos con el objetivo de que se acostumbren a la imagen y el paisaje de la ciudad y la identifiquen como su casa. La meta: consolidar tres parejas en este periodo. "Los halcones peregrinos tienden a regresar a los mismos entornos en los que nacen para reproducirse, tras una etapa de dispersión juvenil, generalmente por la península ibérica", aclaran los responsables del proyecto.