Espacios mejorados al servicio de las personas

Mejorar los espacios urbanos y naturales para que sean más atractivos y accesibles resulta indispensable para que los entornos que nos rodean se vuelvan mucho más habitables. Lo sabe el ciudadano de a pie y también el jurado de los Premios de Arquitectura y Urbanismo de Castilla y León, cuya última edición ha servido para reconocer el buen trabajo de cuatro proyectos burgaleses.

Después de analizar más de 130 propuestas elaboradas entre 2022 y 2023, se eligió a 34 finalistas que optaban a los galardones repartidos en las categorías de Vivienda unifamiliar, Vivienda colectiva, Otros edificios de nueva planta, Restauración y rehabilitación, Espacios interiores, Diseño de espacios urbanos, jardinería y paisajismo; Trabajos fuera de la Comunidad, Urbanismo y Otros campos de actividad. La convocatoria, tal y como destacó la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León (Coacyle), Susana Moreno, ha sido todo un éxito al aumentar la participación en más de un 60%.

Entre los aspirantes de Burgos, el máximo reconocimiento recayó sobre Ajo Taller de Arquitectura, que se alzó con el premio en la modalidad de Restauración y rehabilitación. El proyecto Un oasis en el Páramo, a cargo de Carmen Francés, Delia Izquierdo, Jorge García y Tomás Francés, consiste en la reconstrucción de un spa en Hontanas para adaptarlo a las « que amplían la dotación del Camino de Santiago». La iniciativa, a ojos del jurado, no solo sobresale por su «lenguaje contemporáneo», sino también por estar «excelentemente realizada con materiales tradicionales».

Dentro de la categoría de Diseño de Espacios Interiores, Enrique Jerez Abajo y Rebeca Piedra Dueñas lograron hacerse con un accésit gracias a su intervención en Karmen Kitchen & Bar. En este caso, se reconoce la «excelente y complejo diseño y ejecución de la carpintería exterior que define la fachada», así como «la sencillez del resultado de una arquitectura muy elaborada».

También logró un accésit Javier Sánchez López por la pavimentación de la calle Real de Ura, en Covarrubias, dentro de la modalidad de Diseño de espacios urbanos, jardinería y paisajismo. A la hora de valorar su propuesta, el jurado no dudó en ensalzar el encaje arquitectónico del proyecto con el lugar, sobre todo a la hora de trabajar «el color, la pendiente y los ensanchamientos» con el objetivo de «crear diversidad y movimiento del espacio público».

Por último, el «importante trabajo de investigación y análisis de los diferentes componentes del paisaje cultural» de los valles pasiegos en el norte de Burgos supuso otro accésit para los arquitectos Enrique Jerez Abajo, Rebeca Piedra Dueñas, Diana Hernando Navarro y Carlos Bermúdez Alonso en el apartado de Planeamiento urbanístico y ámbitos de rehabilitación, regeneración y renovación urbana.

Durante la gala de entrega de los premios, la decana del Coacyle no dudó en poner de manifiesto que el trabajo que desarrollan los arquitectos de Castilla y León «impulsa un deseo profundo de ir más allá, para hacer propuestas con amor y técnica, que dan más de lo que se pide, y nos permiten soñar con un futuro mejor para las personas».

En la misma línea, la presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), Marta Vall-llossera, hizo alusión al «difícil pero apasionado» trabajo de los arquitectos y arquitectas en «un momento de cambios, de retos colectivos que implican nuevas maneras de proyectar». De igual manera, quiso remarcar el «alma y sensibilidad que ponemos para mejorar la calidad de vida de las personas».

Por su parte, la concejala de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Valladolid, Irene Carvajal, destacó el carácter multidisciplinar de la profesión y el valor de los espacios urbanos como elemento principal de la vida que da respuesta a las necesidades de los ciudadanos y para las generaciones siguientes.