Nueva protesta de Dabiz Riaño a favor de las personas con movilidad reducida
El científico mirandés y Raúl Aguirre denuncian que el Jardín Botánico de Madrid no respeta el cupo mínimo de localidades que exige la ley. «Nos sentimos segregados»
Dabiz Riaño vuelve a la carga para reivindicar los derechos de las personas con discapacidad. El científico y activista mirandés, enfermo de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) desde hace más de una década, protagonizó este sábado un nuevo acto de protesta junto a su amigo Raúl Aguirre en el Real Jardín Botánico de Madrid. El motivo: exponer su malestar tras comprobar que se está incumpliendo la normativa que obliga a reservar al menos el 1% de las localidades para personas con movilidad reducida (PMR).
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Rodeados de luces LED y con una pancarta ('Respetad el 1% de asientos PMR y con descuentos'), Riaño y Aguirre visibilizaron su enfado antes del concierto de Salif Keita y Santiago Auserón y su Academia Nocturna. De esta forma, quisieron rendir un sincero y combativo homenaje a las personas con discapacidad que tuvieron que quedarse en casa por el insuficiente número de plazas.
«El 9 de junio me presenté para el concierto de Tomatito con una pancarta, pero no me dejaron entrar con ella»
Tal y como explican ellos mismos, el aforo del Jardín Botánico es de al menos 2.500 personas. Sin embargo, apenas dispone de 10 localidades para personas con movilidad reducida cuando, con la ley en la mano, debería haber un total de 50 (la mitad para acompañantes). También denuncian la inexistente atención telefónica, también obligatorio según la normativa vigente. Además, les parecería «sensato» que se ofrezcan descuentos al igual que «en muchos teatros».
«El domingo, 9 de junio, me presenté para el concierto de Tomatito con una pancarta que pedía que se respetaran las localidades PMR, pero no me dejaron entrar con ella argumentando que no se permitían ningún tipo de pancarta», recordaba Riaño antes de la protesta subrayando que, por ley, «no se permiten pancartas, banderas o símbolos que inciten al odio o la violencia».
Tanto Riaño como Aguirre tienen claro que «deberíamos tener derecho a entrar con todos nuestros acompañantes, igual que todo el mundo». Por desgracia, se sienten «segregados» y les duele especialmente que estos hechos se produzcan en un festival que en su web se jacta de ser «comprometido social y ambientalmente».