ATA'24
Analizan si un fósil de Fantasma amplía la colección de neandertales en Atapuerca
«Hay un resto que tenemos dudas, lo tienen que confirmar los especialistas» / Si se confirma sería el tercer fósil de esta especie en Atapuerca/ Estatuas aspira a registrar «la transición de lo antiguo a lo neandertal»
El neandertal está muy presente en Atapuerca. Hay registro en los yacimientos de Estatuas interior y exterior y en cueva Fantasma, También, aunque no se analiza hoy en día, en la parte superior de Elefante, y en muchos de los yacimientos al aire libre excavados en los últimos años. Lo que no hay son muchos huesos de esas poblaciones neandertales que dominaron la Sierra de Atapuerca.
En Cueva Fantasma excavan niveles de unos 60.000 años, una entrada de cueva donde estos parientes modernos de la humanidad sapiens hacían su vida. Y ha aparecido un resto que podría ser humano. «Hay un resto dudoso, tenemos que confirmarlo con los especialistas y esperaremos a ver si se confirma que tenemos suerte», señalaba al respecto el coordinador de los trabajos en el yacimiento con la mayor superficie de excavación de la sierra, Marcos Terradillos.
El trabajo en Cueva Fantasma es descomunal. 300 metros cuadrados en los que trabajan entre 25 y 30 personas y se centran en dos superficies diferentes de trabajo. El nivel de neandertales muy rico en fauna está en niveles de 60.000 años y trabajan en «una acumulación de raederas que utilizan para quitar la grasa, la carne y la sangre de las pieles para poder procesarlas», avanza el investigador de la Universidad Isabel I. Además analizan en otro nivel de unos 50.000 años, de mayor superficie que es un cubil de hienas donde realizan una acumulación de metápodos (huesos de las manos) de animales.
La transición de Estatuas
El otro yacimiento con registro neandertal es Galería de las Estatuas que tiene dos superficies de excavación. Estatuas interior con un hogar neandertal de hace 100.000 años y Estatuas exterior que podía ser clave para analizar la transición del «final del mundo de la Trinchera del Ferrocarril el final de la gente que hacía bifaces y empezaba a hacer otra cosa, es la transición de lo antiguo a lo neandertal», explica el coordinador del trabajo en esta zona, Ignacio Martínez Mendizábal.
El yacimiento cuenta con un nivel de unos 300.000 a 400.000 años a juzgar por las herramientas extraídas en el nivel. Definido como una especie de escalera, la parte inmediatamente superior es un nivel de arcilla y en la parte más alta de este yacimiento, que es la entrada a la cueva de Estatuas que también se habitó en el interior, está una intensa ocupación neandertal. Los investigadores creen que la cueva se llenó hasta el techo y cuando el sitio se volvió estrecho empezaron a utilizarlo como taller.
«El año pasado encontramos miles de esquirlas del tamaño de lo blanco de las uñas que nos indica que era un lugar dedicado a taller», señaló el investigador de la Universidad de Alcalá de Henares. Ahora afrontan otra ocupación diferente. Están empezando a encontrar piezas de talla de mayor calidad, las que usan para su vida diaria, y algo de fauna. «Todo indica que hemos entrado en una ocupación, no muy intensa todavía, pero indica que los neandertales ocuparon la cueva intensamente y a medida que se iba rellenando y se hacia menos accesible se fue ocupando cada vez menos», concluye.
El yacimiento apunta a mucho más y por eso este año han abierto una cuadrícula hacia abajo, al pie del camino que une Fantasma con el acceso a Portalón de Cueva Mayor. «Las cuevas más alta de la sierra de Atapuerca son las más antiguas que se van rellenando cuando el río ha bajado, entonces tenemos la esperanza que por debajo de estas ocupaciones, ya de por sí interesantes, se puedan encontrar sedimentos aún más viejos de los que hay en la Trinchera del Ferrocarril», sostiene. Ahora mismo tienen nueve metros de profundidad.
Un mismo estudio de los vestigios más antiguos, de tratar de conocer el potencial del yacimiento, se está realizando en Cueva Fantasma. Allí se hace un sondeo entre las dos zonas de excavación. «Estamos haciendo un pequeño sondeo de unos dos metros y medio de amplitud para conocer la potencia real del yacimiento, poder tomar muestras para dataciones, recoger muestras de polen para tener el contexto ecológico y el clima en el que vivieron estos neandertales», sostiene Terradillos.