Cazan in fraganti en Burgos a dos ladrones de alcantarilla robando una peluquería
Una llamada al 091 activó la rápida respuesta policial y los dos ladrones fueron detenidos tras oponer resistencia
Los ladrones que emplean tapas de alcantarilla para romper los escaparates de los comercios que pretenden desvalijar son una plaga difícil de combatir puesto que actúan rápido y desaparecen y aunque se sospeche de los posibles autores, es difícil obtener pruebas contra ellos.
En unos pocos minutos rompen, roban y se desvanecen en la madrugada dejando tras de sí cuantiosos daños en los comercios que, en muchos casos son de más valor que las cantidades de dinero o los objetos robados. Esta plaga de delincuentes son, precisamente por eso, muy dañinos para los comerciantes.
Pero a dos de estos indeseables se les acabó la suerte y gracias a la rápida actuación de un ciudadano que se percató de que estaba presenciando uno de estos robos con alcantarilla pudieron ser detenidos con las manos en la masa.
Lo primero que hizo bien este testigo fue llamar directamente al 091, que es lo que recomienda siempre la Policía Nacional en estos casos para ganar tiempo al tiempo y enviar cuanto antes a las patrullas al lugar del suceso, ya que la operación es mucho más rápida que alertar al 1-1-2 para un suceso de este tipo.
Así, este alertante avisó a la Policía Nacional de que había visto como dos sujetos habían roto el escaparate de la puerta de una peluquería de la zona sur con unas alcantarillas y se habían colado dentro. El ciudadano dio todos los detalles para que rápidamente las patrullas acudieran al lugar del robo donde nada más llegar se toparon con un hombre que se encontraba en actitud vigilante. Al verse sorprendido este individuo comenzó a correr pero fue alcanzado de inmediato por uno de los agentes, que procedió a su identificación y posterior detención.
Mientras tanto, el resto de policías que acudieron para frustrar el robo accedió al interior de la peluquería por la puerta de cristal que se encontraba fracturada. Allí localizaron a otro varón agazapado detrás de un mueble ‘lava-cabezas’, en el que también hallaron unos calcetines y una gorra que habían sido utilizados durante el robo.
Este segundo individuo -que portaba una linterna- se mostró muy violento y opuso una fuerte resistencia en el momento de su detención.
También se encontraron las tapas de alcantarilla empleadas para romper el cristal, que los policías comprobaron que pertenecían a unas arquetas situadas en las inmediaciones de la peluquería.
La detención in fraganti de estos dos delincuentes en la peluquería podría suponer en un momento dado mayores consecuencias legales, aunque en muchos casos son puestos en libertad con cargos y no es infrecuente que reincidan en el delito al poco tiempo.
Casos similares recientes en Burgos
Este robo sigue el mismo modus operandi que el realizado semanas atrás en un comercio de alimentación y vinos en la calle San Pedro de Cardeña de Burgos donde los ladrones también rompieron con alcantarillas el cristal de la puerta para entrar a robar. Con la particularidad de que en ese caso tuvieron que levantar primero la verja exterior del comercio.
Es un caso poco habitual ya que este tipo de ladrones prefiere los robos fáciles y rápidos y opta por reventar las puertas y escaparates con la tapa de alcantarilla más próxima al comercio asaltado, preferiblemente que no tenga ni verja ni persiana metálica.
Muchas veces se tienen que conformar con el poco dinero que pueda haber en la caja. Si el robo ha sido rápido pero poco productivo, también es habitual que lo intenten en algún otro comercio. Siempre de noche y casi siempre sin llevarse nada más que dinero en metálico.
Es el caso de esta licorería de la calle San Pedro de Cardeña donde, según pudo saber este periódico, el ladrón entró y salió sin llevarse consigo nada del género expuesto. Tan sólo robó lo que pudo encontrar en la caja y se fue dejando destrozado el cristal de la puerta de acceso.
Burgos
Detenido tras robar de madrugada en una cafetería del centro de Burgos
El Correo de Burgos | El Mundo
Los ladrones prefieren romper los cristales de las puertas porque así el inicio del robo es más discreto y les permite realizar sus fechorías con mayor parsimonia que si destrozaran un escaparate completo, lo que causaría mucho más ruido.