El Correo de Burgos

Dimisiones en cadena en el Colegio de Procuradores de Burgos tras una «burda conjura»

El presidente del Consejo Regional y exdecano de Burgos, Elías Gutiérrez, exige el cese de su sucesora, Pilar Olalla, por impugnar -sin éxito- su elección y declarar ante notario que votó a la candidata de León

Elías Gutiérrez, nuevo presidente del Consejo Regional de Procuradores, y Encina Martínez, decana de León.

Elías Gutiérrez, nuevo presidente del Consejo Regional de Procuradores, y Encina Martínez, decana de León.SANTI OTERO / DIARIO DE LEÓN

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D. S. M.
Burgos

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De un presunto pucherazo a una «burda conjura (...) para alterar el resultado electoral» orquestada por los decanos que impugnaron el nombramiento del burgalés Elías Gutiérrez como presidente del Consejo Regional de Procuradores de Castilla y León el pasado 12 de julio. Un reproche en toda regla por parte de la Mesa Electoral, que este lunes desestimaba la reclamación de quienes denunciaron supuestas irregularidades en el proceso, amén de declarar ante notario haber votado por la otra candidata, la leonesa Encina Martínez.

Nadie en Burgos podía prever que Gutiérrez, antes incluso de conocer la resolución, pasaría al contrataque exigiendo la dimisión de la nueva decana, Pilar Olalla. El motivo, más allá de intentar defender su honorabilidad, obedece a que su sucesora al frente del Colegio no solo impugnó la elección de su compañero, sino que además declaró ante notario que había votado a Martínez y su equipo en bloque.

A través de una carta remitida a todos los colegiados de Burgos horas antes de que la Mesa Electoral se pronunciase, Gutiérrez expresó su malestar por lo ocurrido. En unas pocas horas, ya se habían presentado cuatro dimisiones irrevocables en la nueva Junta de Gobierno. En concreto, las de Antonio Infante, Fernando Fierro, Marcos Arnaiz y Blanca Carpintero.

Aparte de Olalla y de la candidata leonesa, también denunciaron supuestas «irregularidades» los decanos de Valladolid, Yolanda Gutiérrez, y de Salamanca, Diego Sánchez de la Parra. Los cuatro prestaron declaración jurada sobre su voto (secreto) junto a la decana de Ávila, Cristina Herranz, quien se desligó de la reclamación al formar parte de la Junta Electoral. En base a ello, Martínez debería haber ganado por cinco votos a cuatro.

Los impugnantes alegaban que la urna «no cumplía con los requisitos». Curiosamente, fue ofrecida por la decana de Valladolid

La resolución de la Mesa Electoral no solo subraya que las elecciones se desarrollaron «con arreglo a Derecho, transparencia, igualdad de oportunidades, garantía del voto emitido y certeza de su resultado». También tira por tierra los argumentos de los impugnantes. Entre ellos, que la urna en la que depositaron las nueve papeletas «no cumplía con los requisitos» porque «no era transparente ni estaba precintada». Curiosamente, fue la decana de Valladolid quien ofreció «una caja de cartón con una ranura en la parte superior de su tapadera» que se dio por buena, «sin que ninguno de los electores pusiera objeción alguna», para depositar los votos en sobres cerrados.

La desestimación también se fundamenta en lo acontecido el día de las elecciones. «Se abrió la urna y uno a uno se fueron sacando los sobres cerrados y sus respectivas papeletas, leyéndose en voz alta y clara su contenido», expone la Junta Electoral. Se dio fe, como es lógico, de que había nueve papeletas y la secretaria iba anotando por escrito el sentido de cada voto. Una vez conocido el resultado, «ningún candidato ni decano elector, todos ellos presentes, puso objeción alguna a las papeletas escrutadas, ni a su formato ni a su contenido, dando por válido, en ese momento, el escrutinio con el resultado por todos conocido».

«Has demostrado miseria, cobardía y falta de dignidad. No sé si podrás mirar a los ojos a tus compañeros»

Otro aspecto que la Mesa tampoco pasa por alto es el registro de las declaraciones juradas. Aunque los cinco decanos que no estaban de acuerdo con el resultado firmaron sus respectivos encabezamientos de la misma manera (En Valladolid, a 13 de Julio de 2024), las firmas digitales reflejan días y horas diferentes. Y fue Olalla, según se ha podido constatar, la primera en dar el paso al día siguiente. Posteriormente, se sumarían los decanos de Ávila, Salamanca y León -en ese orden- el 15 de julio. La última, Yolanda Gutiérrez, hizo lo propio el 16.

Cisma inesperado

La tensión se puede cortar con un cuchillo en el Colegio de Burgos. La carta de Gutiérrez ha generado un cisma insólito. Más que nada, porque el ahora presidente del Consejo Regional no se limita a pedir la dimisión de la nueva decana. En su carta, a la que ha tenido acceso este periódico, acusa directamente a Olalla de haber «mentido, traicionado y engañado» tanto a la Junta de Gobierno saliente como a la actual.

«Has demostrado miseria, cobardía y falta de dignidad. No sé si podrás mirar a los ojos a tus compañeros». Duras palabras las del exdecano hacia alguien que, en su opinión, pretendía «ser decana, sin equipo y sin ideas propias». Aún así, Gutiérrez asegura que prefirió dejar «vía libre» a Olalla para evitar «una fractura en el ambiente del Colegio» a cambio de que ésta respaldase su candidatura regional y como vicesecretario en el Consejo General de Procuradores de España.

No queda ahí la cosa. Lo más grave del asunto, a juicio de Gutiérrez, es la actitud de su compañera después de las elecciones autonómicas. Fue entonces cuando Olalla envió el siguiente mensaje al grupo de WhatsApp de la nueva Junta de Gobierno: Buenas noticias para Burgos con resultado de las elecciones. Tenemos a Elías de presidente del Consejo. Vicepresidenta Yolanda de Valladolid y tesorero Salamanca que no me acuerdo como se llama (sic). En aquel momento, al exdecano le chocó que de las nueve papeletas solo hubiese una que no contenía voto a bloque. Es decir: no salió el resto de su equipo sino el de su rival.

Tan solo unos días después, el miércoles 17 concretamente, la decana escribió en ese mismo grupo: Buenas tardes, os comunico que hoy ha tenido entrada reclamación electoral ante el Consejo Regional por posibles irregularidades en el proceso electoral. Hasta el lunes no creo que sepamos nada. He ahí el quid de la cuestión: el hecho de que Olalla se expresara en estos términos, primero felicitando a Gutiérrez y después informando de la impugnación, sin informar de que ella misma había prestado declaración ante notario.

«Con tu irresponsabilidad has convertido al Colegio de Burgos en el hazmerreír de España»

«Con tu irresponsabilidad has convertido al Colegio de Burgos en el hazmerreír de España». Con estas duras palabras, Gutiérrez deja clara su postura: «No eres digna de dirigir este Colegio. Dimite y convoca elecciones por el bien de todos». En cuanto a la impugnación, aún desconociendo si se tendrían que convocar nuevas elecciones o se confirmaría su proclamación como presidente, aseguraba ser «totalmente ajeno a cuestiones como las que habéis reclamado porque ni formé parte de la mesa ni podía votar». Teniendo además en cuenta que «solo era el candidato», la principal conclusión que extrae es que «vuestro objetivo soy yo».

Con cuatro dimisiones sobre la mesa y dado el escenario de incertidumbre que impera en el Colegio, la nueva decana convocaba una reunión extraordinaria a última hora de la tarde para intentar reconducir la situación. Por su parte, uno de los procuradores que iban a ser homenajeados este viernes con motivo de la festividad de Santa Ana, concebida además como la puesta de largo oficial de Olalla, ha anunciado su intención de no acudir dadas las circunstancias.

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