Encuesta
Frenazo empresarial a la vista: Ni crecen ni crean empleo y la reducción de jornada les perjudica
Cae a la mitad la cifra de empresas que va mejor que hace un año y se triplican las que admiten que les ha ido peor. Se confirma la ralentización de la actividad empresarial que afecta sobre todo a la industria. Sólo un 25% ha creado empleo de forma significativa y un 7% lo ha destruido. El 82% rechaza la reducción de jornada y 3 de cada cuatro creen que les perjudica por lo que se verán abocadas a reducir salarios y subir los precios
La radiografía del ecosistema empresarial burgalés tras el primer semestre del año evidencia que los pronósticas de final del año pasado se han cumplido y se evidencian ya claros síntomás de "ralentización" por la notable disminución del tanto del crecimiento económico como la creación de empleo en las empresas burgalesas. Para más inri, la patronal burgalesa está preocupada por el impacto que pudieran tener en las empresas y los trabajadores las reformas que el Gobierno tiene previsto llevar a cabo y en especial la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales.
La ralentización de la actividad económica se entiende gráficamente al comparar el ejercicio de 2023, que fue "el mejor" de los últimos 10 años con respecto a este 2024 del que ya se ha consumido la mitad y del que se puede afirmar que si no contamos el año de la pandemia (2020), sería el peor año de este periodo.
Una de cada tres empresas de Burgos es optimista y cree que el final de año les irá mejor que en la primera mitad, pero la mayoría aspira a mantenerse como están.
El parón afecta particularmente al sector industrial pero es generalizada en la provincia de Burgos, donde se ha producido un alarmante descenso del crecimiento económico de las empresas ya que desciende a la mitad (del 60 al 30 %) el porcentaje de empresas que este año han mejorado su situación respecto al ejercicio anterior. En la Industria, la mitad del sector crecía en julio de 2023 y este año apenas lo hace un 20%.
Ese es el panorama que dibuja el índice de confianza empresarial que elabora semestralmente la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE) y que se explica en parte, según su tesorero, Nacho San Millán, por la carestía de las materias primas, que sigue impactando los costes de producción de las empresas, y el encarecimiento de las operaciones logísticas.
A mayores, la encuesta que realiza FAE entre un panel de doscientos directivos de empresas de la provincia de los cuatro sectores económicos, principalmente pymes, señala que se ha multiplicado significativamente la cifra de empresas a las que en la primera parte del año su actividad empeoró con respecto al mismo periodo del año anterior. En concreto son más del doble que el año pasado ya que el porcentaje de empresas que obtienen peores resultados por estas fechas pasa del 19 % al 45 %. En la Industria, las compañías a las que les ha ido peor superan el 40 %.
La ralentización ataca al empleo
Pese a que la provincia de Burgos mantiene buenas cifras de empleo y la tasa de paro que acaba de concretar la EPA se sitúa en el 6,65% y es la segunda más baja de España, la situación del empleo en las empresas provinciales evidencia un empeoramiento de cara a la segunda mitad del año.
Si en la primera parte de 2023 casi la mitad de las empresas burgalesas (45 %) habían creado empleo, este año 2024 en el primer semestre la cifra desciende al 25 % y, más preocupante aún, las cifras de creación de empleo están en su nivel más bajo de los últimos diez años, según los datos de FAE, si se exceptúa los años 2019 y 2020 por la epidemia del coronavirus.
Los directivos encuestados por FAE reconocen que en el mejor de los casos seguirá contratando más personal tras el verano sólamente el 22 % de las empresas, mientras que la gran mayoría, un 69% simplemente mantendrá el empleo actual. Por el lado contrario, un 9% del ecosistema empresarial burgalés se está planteando reducir sus plantillas en lo que resta del año.
"Falta mano de obra en todos los sectores"
Los datos del índice de confianza empresarial dan pie a los directivos de FAE a insistir en la envergadura del problema de la dificultad para contratar trabajadores en la provincia de Burgos, que está condicionando la actividad de todos los sectores productivos.
"Falta mano de obra en todos los sectores", advirtió la secretaria general de FAE, Emiliana Molero, quien mostró la preocupación de la patronal burgalesa por un fenómeno que es "generalizado". Las empresas burgalesas tienen problemas para encontrar personal "sea cualificado o no cualificado", insistió Molero. El tesorero de FAE, el empresario del sector logístico Nacho San Millán, aportó su experiencia personal explicando las dificultades que padecen las empresas de su área de negocio para encontrar personal con la cualificación necesaria para incorporarse a la plantilla de empresas que están muy necesitadas de contratar lo que, en su caso, le ha llevado a tomar la decisión de formar su propio personal.
Rechazo radical a la reducción de jornada
La patronal burgalesa ha sondeado la acogida que el empresariado de la provincia ha dado al anuncio de reducción de jornada a las 37,5 horas que plantea el Gobierno estatal y se ha encontrado con un rechazo radical a esta medida. El 82% está en desacuerdo con la rebaja de las horas de trabajo mientras que un 18% sí la respalda.
Al margen de si están o no conformes con esa medida propuesta por el gobierno de PSOE y Sumar, 3 de cada 4 empresas admiten que la medida les va a afectar negativamente, mientras que la otra cuarta parte considera que carecerá de efectos negativos para su actividad. FAE precisa que, según sus datos, en la encuesta no llega al 5 % la cifra de empresas que valoran positivamente para su negocio la reducción de jornada y éstas se concentran en la Construcción (9%) y la Industria (7%).
Cabe reseñar que el empresariado burgalés aún está por asimilar esa rebaja del tiempo de trabajo y sólo un tercio de los doscientos encuestados ya ha empezado a preparar esta eventualidad.
FAE también recalca que la gran mayoría de las empresas (87%) apuesta por las soluciones indicadas por CEOE , que propone que la aplicación de esta reducción debería producirse a través de la negociación de los convenios colectivos o estableciendo un amplio periodo transitorio.
Llama la atención, además, que son mayoría quienes opinan que si se aminora la jornada de trabajo se debería reducir el salario en la misma proporción (un 27%), a la par que habría que regular o frenar los permisos para reducir el absentismo (23%). También un 15% es partidario de que sea la Seguridad Social quien asuma la compensación con ayudas o bonificaciones y quienes piden a cambio flexibilidad en las modalidades contractuales.
Si no fuera posible que la reducción de jornada fuera acompañada de una rebaja de salarios, el 42% de las empresas anticipan que estarían abocadas a aumentar los precios de sus productos y servicios y un 19% optaría por reestructurar la plantilla. Sólo un 10% rebajaría sus márgenes comerciales y un 6% trataría de afinar sus procesos productivos. Al menos, únicamente un 2% anuncia que directamente tendría que despedir a parte de su personal.
En el caso de que deban aplicar finalmente la reducción de jornada, los directivos responderían mayoritariamente (47%) reduciendo la jornada diaria de los trabajadores cambiando los horarios. Un 19% se vería obligado a contratar nuevo personal, el mismo porcentaje de aquellas empresas que no tendrían que implantar ninguna medida especial, mientras que un 12% suprimiría los días libres por ajustes de jornada.
Es significativo que llegado el caso solamente un 2% de los encuestados pasaría a trabajar 4 días a la semana.
Preguntados por los los aspectos positivos que son capaces de identificar sobre la reducción de jornada más de la mitad (el 55%) que la propuesta les favorecería en "nada" y un 36%, en la conciliación personal y laboral.