La falta de servicios impide aumentar las pernoctaciones en los alojamientos rurales de Burgos
Turalbur vuelve a denunciar el «pasotismo» y «dejadez» de la Junta de Castilla y León a la hora de controlar los establecimientos ilegales que «estafan al conjunto de la sociedad»
Por mucho que los propietarios de alojamientos de turismo rural de Burgos pongan de su parte, resulta prácticamente imposible aumentar el número de pernoctaciones. Raro es que la media global supere los dos días de estancia y los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al mes de junio, se sitúan en 1,84 días por persona.
¿Cuál es el problema? El vicepresidente y portavoz de la Asociación de Turismo Rural de la Provincia de Burgos (Turalbur), Domingo Hernández, achaca las bajas cifras a la escasez de servicios y equipamientos para alargar las estancias en los alojamientos. «La gente necesita hacer cosas», esgrime, y existe un cúmulo de «dificultades» que reduce considerablemente las pernoctaciones.
Para Turalbur, resultaría conveniente establecer un «sistema de guías turísticos» más eficiente y asentado en la provincia. Además, la asociación demanda mayores facilidades de acceso a muchos de los elementos patrimoniales que atesora el medio rural burgalés. Por no hablar de la ausencia de señalizaciones en numerosas rutas o la escasez de servicios de transporte. En definitiva, Hernández advierte que aún quedan «muchas cosas pendientes por hacer».
Tomando como referencia las pernoctaciones contabilizadas por el INE (24.827) y los negocios abiertos (426) el pasado mes de junio, la media ronda las 58 estancias por establecimiento. «La estadística lo aguanta todo, pero la situación de cada uno es un mundo», matiza el vicepresidente de Turalbur a sabiendas de que «la vida de muchos establecimientos está seriamente comprometida».
«Cabreo permanente»
Otra cuestión que Turalbur siempre pone de manifiesto es la falta de control sobre los alojamientos que operan de manera ilegal. A este respecto, Hernández vuelve a denunciar públicamente el «pasotismo» y «dejadez» de la Junta de Castilla y León. De hecho, en el portal regional de turismo figuran «establecimientos que se dieron de baja y siguen apareciendo operativos».
El «cabreo permanente» de los propietarios que cumplen con la normativa vigente para desarrollar su actividad no ceja. Más bien todo lo contrario, dado que la Junta sigue concediendo un amplio plazo para que los negocios ilegales se pongan al día sin sanción de por medio. Esto a Hernández le parece «de juzgado de guardia», pero deja claro que «no nos vamos a cansar de seguir insistiendo».
«No nos estafan solamente a nosotros. Estafan al conjunto de la sociedad», reprocha el portavoz de Turalbur al recordar, entre otras cosas, que este tipo de establecimientos «no pagan impuestos» e incumplen los «estándares de calidad y de seguridad» exigidos por ley mientras la Administración «mira para otro lado».
«Aprobado raspado»
Independientemente de lo que refleje el INE, los negocios adheridos a Turalbur no auguran un verano para tirar cohetes. De hecho, Hernández prevé un «aprobado raspado» a tenor de los datos recabados desde comienzos de verano y las perspectivas de aquí a septiembre. De momento, lo más probable es que se alcancen cifras «similares al año pasado».
Todo apunta a que agosto, sobre todo la segunda quincena, se consolidará como «temporada alta» veraniega. Lo bueno de la época estival, no en vano, es que la ocupación se extiende más allá del fin de semana. En cualquier caso, las previsiones se sitúan en torno al 60% de media.
Sobre la caída del turismo en junio respecto a mayo, Hernández cree que quizá se deba -al menos en gran medida- al «macropuente» que hubo en Madrid. Más que nada, porque en estas ocasiones «la gente busca sol y playa». Aún así, tampoco hay que obviar otro factor de peso que juega a favor o en contra de las estadísticas: el número de fines de semana en un mes, porque no es lo mismo cuatro que cinco.