La Policía investiga robos en viviendas cometidos durante las últimas semanas
Las investigaciones apuntan a dos tipos de asaltantes, por el modo de actuar, una banda que viene desde fuera de la provincia y ladrones locales
No se trata de una oleada de asaltos como las de hace unos años, en las que bandas organizadas que se asentaban en la ciudad cometían decenas de robos en poco tiempo para dar salida a lo robado. No obstante, en las últimas semanas sí se han detectado en la Comisaría de Burgos distintos robos en viviendas, no muy numerosos, pero que sí cumplen dos tipos de modo de actuar diferentes que hace que las investigaciones se centren en dos clases diferentes de ladrones.
Por una parte, se investigan asaltos en viviendas en los se utilizan métodos habituales para forzar cerraduras como el bumping, en el que los ladrones manipulan los mecanismos de la cerradura para abrir la puerta y acceder al interior. En este caso, por el modo de actuar, las investigaciones se centran en la posibilidad de que los robos los cometa una banda organizada que se desplaza desde fuera de Burgos desde otra localidad en la que tienen su base de operaciones. Aunque no se trata de una oleada de robos, sí que se han detectado asaltos esporádicos en viviendas de la ciudad.
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El modo de actuar de este tipo de bandas hace que se distribuyan el trabajo, con parte del grupo dedicado en primer lugar a vigilar aquellos inmuebles que puedan ser objetivo de sus asaltos. Del mismo modo, se vigila la zona cuando se decide entrar en una vivienda para robar efectos a los que les pueden una rápida salida en el mercado ilegal.
Otro tipo de robos que se están investigando desde la Comisaría de Burgos durante estas fechas están relacionados con otra clase de asaltantes que, según estas investigaciones, se trataría de ladrones locales. En este caso, por las denuncias que han llegado a la Comisaría, los ladrones observan viviendas que tengan las ventanas abiertas, algo habitual en estas fechas, y se cercioran de que no estén sus moradores en el interior, que no necesariamente se han ido de vacaciones, a lo mejor han salido de casa un rato.
Los ladrones aprovechan esta circunstancia para entrar en la vivienda y robar en pocos minutos, lo justo para llevarse lo que esté a mano, sin complicarse, para abandonar la vivienda a toda prisa. A finales del mes de julio, los ladrones entraban a robar en una vivienda de la calle Cervantes, en un piso ubicado en el número 28 de la citada calle. Cuando su propietaria entró en el domicilio, se encontró con «todos los cajones tirados» y parte del mobiliario «destrozado». No tardó en descubrir que los asaltantes se habían llevado varias joyas