Las cirugías sin ingreso se disparan en Burgos y cae la ocupación hospitalaria
Las intervenciones ambulatorias han crecido un 117% en una década. Aumentan las consultas en el HUBU, pero descienden más de un 20% en los centros de salud. Las urgencias, por lo alto: 15 a la hora
La evolución de la sanidad burgalesa en la última década arroja datos singulares, tendencias, incluso, derivadas de los nuevos usos de los recursos o de los cambios sociodemográficos. La comparativa de las cifras más recientes difundidas por la Junta de Castilla y León con los de 2014 permite conocer la marcha de los distintos ámbitos asistenciales, ajenos ya entonces a acontecimientos trascendentales previos, como la apertura del Hospital Universitario de Burgos, sucesor del viejo Yagüe, hoy borrado de la faz de la ciudad. Otros factores pueden determinar el resultado, marcado, lógicamente, por la irrupción de la pandemia, allá por 2020, cuyas secuelas sociosanitarias aún se perciben.
Así, de entre todos los indicadores llama la atención el incremento extraordinario de las cirugías ambulatorias. Si bien el alza es común en todas las provincias, apoyada en la apuesta creciente por intervenciones mínimamente invasivas siempre que la tecnología lo permita, el aumento registrado en Burgos es espectacular.
En concreto, las operaciones sin ingreso pasaban de 11.543 en 2014 a 25.077 el año pasado, lo que supone un auge del 117%, que, de paso, eleva el total de forma considerable, pues las intervenciones con hospitalización se mantienen por encima de las 10.000. La suma reciente llega a 35.939, un 63% más que las 22.004 de hace una década.
Este panorama permite sostener, incluso reducir, el índice de ocupación, es decir, la proporción de camas ‘activas’ ocupadas en un periodo de tiempo. Bajaba de 74,7% en 2014 a 73,9 el año pasado. Descendía en mayor medida el número de ingresos, siendo los 28.075 de 2023 un 8,5% menos de los 30.705 acumulados diez años antes. Lo mismo ocurre con las estancias. Pasaban de 196.662 a 193.370, lo que implica una caída del 1,6%. Y todo con los veinte quirófanos del HUBU (los mismos en ambos ejercicios) a pleno rendimiento.
Estancia media
Apenas varían las camas disponibles, cinco menos en la actualidad: 716, frente a las 721 de entonces. Tampoco hay cambios relevantes en la estancia media de los pacientes, que se mantiene por debajo de los 7 días, en 6,89 para ser exactos, al igual que en 2014, cuando era de 6,4 días. Ahí se ubica en la actualidad la media regional que tras un progresivo descenso desde los 7,9 días que alcanzaba en 2008 hasta los 6,5 de 2017. Repuntaba en 2020 a 7 a causa del coronavirus, para volver a caer poco a poco al mínimo que hoy registra.
Comarcales
El descenso de la actividad hospitalaria es más acusado en los dos hospitales comarcales de la provincia, el ribereño Santos Reyes y el Santiago Apóstol, en Miranda de Ebro. Ambos disponen de poco más de un centenar de camas (114 y 102, respectivamente) que veían descender de forma muy pronunciada el número de ocupantes en la última década, dado que los ingresos se reducían un 23% y más aún las estancias.
De hecho, su índice de ocupación caía del 70 al 47% en el caso del complejo arandino y del 72 al 57 en el centro mirandés. En los dos, eso sí, en la línea del HUBU, crecían las intervenciones ambulatorias. El auge no llega a las cotas de la capital, pero es notable en particular en el Santiago Apóstol, donde estas operaciones registraron una subida del 80% y pasaban de 4.211 a 7.568, en detrimento de las cirugías con ingreso, que caían un 26%.
El aumento de las que no requieren hacer noche en el Santos Reyes es más bien tímido, pues ronda un 5,7% frente a la bajada también menos pronunciada de las intervenciones que requieren hospitalización, del 8%.
Consultas
Dispar evolución registran las consultas desde 2014. Mientras que las primeras visitas a los especialistas del HUBU crecen casi un 10%, las efectuadas a los médicos de familia en los centros de salud bajan, en suma, un 23%. En concreto, estos profesionales acumulaban el año pasado 1.874.449, frente a las 2.44.371 de hace una década. Y no es que se hayan derivado atenciones a la Enfermería, pues esta área veía caer todavía más su actividad.
Las 888.586 consultas que recibían en 2023 son un 25% menos que las 1.188.347 de hace diez años. El descenso de la población infantil bien puede explicar, por su parte, la caída del 15% que se produce en la consulta de Pediatría. Mientras, el resto de profesionales de Atención Primaria, ámbito que incluye matronas y trabajadores sociales, vieron aumentar un 51% la demanda en el periodo analizado.
Más allá de la consulta ordinaria, la asistencia en este nivel también se presta mediante atención domiciliaria, donde el desplome es generalizado. Las 16.350 visitas médicas de 2023 suponen un descenso del 37% respecto a las 26.004 de 2014. En el caso de Enfermería, la bajada es del 18% y de un 99% en Pediatría, que pasaba de rozar el millar hace diez años a contabilizar apenas seis el ejercicio pasado.
En el Complejo Asistencial Universitario de Burgos la realidad es distinta, pues tanto las consultas iniciales como las sucesivas aumentan. Las primeras suben un 9,78%, hasta sumar 144.093, y las segundas, un 4,82, con 352.647, lo que en global supone un incremento del 6,21% y una cifra total de atenciones de 496.740.
Cabe indicar que, según precisa la Consejería de Sanidad, «se define como consulta externa de Atención Hospitalaria todo acto médico realizado de forma ambulatoria y programada para el diagnóstico, tratamiento o seguimiento de un paciente, con base en la anamnesis y exploración física».
Urgencias al alza
En el caso de las Urgencias, la progresión es unánime, con independencia del ámbito asistencial. Suben tanto las de Primaria como las hospitalarias. Así, las recibidas en los Puntos de Atención Continuada -como el ubicado en el Divino Valles de la capital burgalesa- crecían un 8% desde 2014, al pasar de 207.053 a 223.667. Más aún lo hacían las registradas en el HUBU, un 11%. Se incrementaba la media diaria de 328,72 hace diez años a 366,21 en la actualidad, lo que implica la nada desdeñable media de 15 por hora. Lejos de este abultado número se encuentran los hospitales comarcales, aunque también coinciden en el aumento.
El Santiago Apóstol de Miranda de Ebro veía subir este indicador un 7%, hasta los 28.586 casos (78 diarios) y en el Santo Reyes de Aranda de Duero el alza llegaba al 16%, con 32.555 pacientes (89 al día). Eso sí, en los tres complejos descienden las visitas urgentes que derivan en un ingreso. En Burgos apenas 12 cada día, lo que supone una disminución del 21% respecto a hace una década, la misma que en Miranda, mientras que en Aranda la caída de este dato llega al 36%.
Los partos, en caída libre
Que la natalidad cotiza a la baja no es una sorpresa. Lo corroboran los datos difundidos por Sanidad. En Burgos, en los últimos diez años se ha pasado de contabilizar más de 5,5 partos al día a no llegar a 4, lo que implica un descenso del 40%. La caída es menor en Aranda, del 30%, y en Miranda, donde ronda un 22%.