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La ciudad cumple la ratio óptima de un contenedor de textil por 1.500 habitantes

Los 60 de la red municipal se suman a los 45 de Cáritas y a los 18 de Fundación Lesmes, que también gestiona los primeros. En toda la provincia ambas entidades recogieron 622 y 280 toneladas en 2023

Una empleada de la empresa de inserción Embico, de Cáritas Burgos, en pleno proceso de selección de la ropa recogida.TOMÁS ALONSO

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Burgos

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La Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular determina que los ayuntamientos deberán poner los medios para facilitar la recogida separada de residuo textil antes del 31 de diciembre de 2024. Burgos se adelantaba a tal requerimiento al incorporar en 2023 contenedores para este fin en la red municipal de depósito de basuras, mediante el contrato adjudicado a Urbaser. Así, los 60 depósitos de la red municipal, instalados en las llamadas islas ecológicas cuya gestión delega la empresa responsable en la Fundación Lesmes, se suman a los 18 propios que esta misma entidad tiene en la ciudad y a los 45 de Cáritas, la organización diocesana que recibe el grueso de las prendas retiradas por los burgaleses.

En suma, por tanto, Burgos cuenta con 123 puntos de recogida, uno por cada 1.418 habitantes, ratio que cumple las recomendaciones de los expertos del sector, tal y como señalan las distintas guías sobre la aplicación de la citada norma, que consideran óptimo todo dato entre los 1.000 y los 1.500 vecinos por contenedor. Mejora así la media nacional, que se eleva a uno por cada 2.302 habitantes, y se aproxima a la realidad francesa, donde la ratio es de 1.444.

Con los deberes hechos, pues, se presenta la capital burgalesa, que aporta buena parte de las 900 toneladas de ropa recogidas solo en 2023 por ambas organizaciones sociales.

La memoria anual de Cáritas refleja que la entidad recuperaba en concreto 622.000 kilos, una cifra ligeramente inferior a las de años anteriores. Raquel Saiz, responsable de la empresa de inserción Embico -que engloba el proyecto Moda-Re y el cátering El Gusto-, reconoce el descenso y lo achaca a dos factores, principalmente, a los que se suma la cercanía de la red municipal de contenedores de residuo textil de reciente creación.

Saiz incide en el ocaso del boom provocado por la pandemia, cuando, confinamiento mediante «todo el mundo hizo limpieza de los armarios». Completa el listado de razones el auge de las plataformas online de venta de ropa de segunda mano, que facilitan sacar beneficio de las prendas que ya no se van a utilizar.

Aunque a priori el descenso de la ropa desechada podría tener una lectura positiva, «siempre que se trate de ejercer un consumo responsable y reutilizar, más allá del proveedor al que se le adquiera», este cambio reciente tiene también sus efectos negativos. Y es que la ropa que llega está en peores condiciones, «lo que hace más costoso el procedimiento, pues hay que revisar mucha más cantidad para poder recuperar lo que esté en uso tanto para entrega social como para vender», explica Saiz, para detallar que en su caso el rendimiento -es decir, el volumen de textil reutilizable- ha bajado del 12% o 13% a un 8% o 9%.

Apenas una parte de las toneladas recabadas por Cáritas se procesan en Burgos,. Embico cuenta con una plantilla para estas labores de 25 personas, que se encargan del triaje de las prendas y de derivar aquellas que no se puedan recuperar a otras plantas que la organización tiene en España para emplear esos tejidos en otros fines como la elaboración de trapo industrial o, incluso, ‘rescatar’ las fibras y cerrar el círculo, dando lugar a nuevas materias primas totalmente recicladas. Este es el gran reto de futuro y ya hay avances y colaboraciones con marcas como Inditex o Mango.

Fundación Lesmes, por su parte, ha visto crecer de manera notable la ropa que gestiona, al asumir de la mano de Urbaser la recogida de los contenedores del servicio municipal. Se disparaban así las 90 toneladas de los ejercicios previos a las 280 de 2023. «Hasta el año pasado no hacíamos tratamiento alguno y vendíamos el total a algún mayorista con medios para realizar el necesario triaje, pero ya hemos empezado a seleccionar para vender prendas de segunda mano en nuestra tienda La Circular», indica Goretti Mahamud, gerente de la empresa de inserción GRM, convencida de que el incremento y la mayor proximidad de los depósitos al ciudadano gracias a la red de islas ecológicas va a facilitar que la gente «tome conciencia» de la importancia de reciclar el textil.

Las cifras de recogida de ambas entidades se refieren al total de la provincia, donde Cáritas supera el centenar de contenedores y Fundación Lesmes llega a 42.

Un empleado descarga las bolsas de ropa recogidas de los contenedores de Cáritas.TOMÁS ALONSO