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El Asador de Aranda enfilará su nueva vida enogastronómica en septiembre

El concejal de Turismo espera licitar la redacción de proyecto y dirección de obra tras el verano para ejecutar los trabajos en 2025 y culminarlos a tiempo para recibir los fondos europeos comprometidos

La zona anexa de la Llana de Afuera servirá de prolongación del centro, con mercados, presentaciones o proyecciones de la actividad interior.SANTI OTERO

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Burgos

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El concejal de Turismo, Carlos Niño, espera licitar en septiembre la redacción del proyecto del espacio enogastronómico que ocupará la antigua sede del Asador de Aranda, a la vera de la Catedral. La idea es poder disponer de la propuesta a finales de año, adjudicar su ejecución «cuanto antes» y culminar la obra en 2025, a tiempo para recibir los fondos europeos comprometidos.

Ese es el propósito del edil, que entronca con el empeño del equipo de Gobierno -defendido también por su predecesor en el cargo, Fernando de la Varga- por dar una nueva vida a este espacio sin uso desde hace más de una década. Su conversión en un centro de referencia nacional vinculado al vino y la cocina era, de hecho, una de las primeras medidas del programa electoral que el PP quiso impulsar. Así, al menos, lo anunciaban desde la formación a poco de tomar las riendas del Ayuntamiento con el respaldo de Vox.

Cabe suponer que los consabidos vericuetos administrativos municipales y el cambio de responsable político del área de Turismo -tras la dimisión del mencionado De la Varga- contribuían a dilatar más de doce meses la contratación de la redacción del proyecto, que se acompañará de la adjudicación de la dirección de obra con el objetivo, precisamente, de ganar tiempo. A falta de los últimos retoques, los pliegos aguardan su momento y contemplan un coste total de la intervención en torno a 780.000 euros, de los que aproximadamente 250.000 corresponden a la aportación europea.

Niño descarta que peligre esta ayuda y garantiza con rotundidad que se cumplirán los plazos marcados para su obtención. Destaca además la importancia de un proyecto que «estará a disposición de todos los profesionales del sector hostelero y de restauración, de sumilleres, enólogos, escuelas o gente del ámbito de la alimentación». Se trata, pues, de un edificio «en el que puedan trabajar, pero sobre todo exponer lo que hacen y lo que producen».

Para convertirse en ese altavoz, una de las ideas es emplear la plaza anexa, renovada tras la mejora de la Llana de Afuera, en una prolongación del futuro centro enológico y gastronómico, donde pueda conocerse lo que se ‘cuece’ centro «con actividades complementarias o pantallas que permitan seguir las que se llevan a cabo en el interior», detalló.

Así, mercados de productos agroalimentarios de la tierra y presentaciones de viandas de todo tipo se podrían consolidar en este rincón al que se asoma la Capilla de los Condestables, donde los 480 metros cuadrados del antiguo establecimiento esperan pacientes un destino definitivo, tras varias propuestas fallidas, como la del exalcalde ‘popular’ Javier Lacalle, que llegó a reservar una pequeña partida para convertirlo en un espacio interpretativo sobre la figura del Cid.

En el interior habrá dos zonas diferenciadas para vino y gastronomía, con otra parte formativa y de conocimiento para presentar a los fabricantes, desde pequeños productores hasta grandes empresas alimentarias asentadas en la provincia de Burgos. La futura gestión del espacio gastronómico y enológico no está concretada en estos momentos y es una cuestión que se abordará en la medida que vayan avanzando las actuaciones.