Educación
El autobús escolar no llega a Ura
Isaac y su familia han vuelto al pueblo familiar donde no hay niños censados desde hace 50 años. La familia tiene que llevarlos hasta Puentedura donde cogen el transporte escolar hasta Lerma. «Hablan mucho de luchar contra la despoblación, pero luego todo son problemas»
Ura es una pequeña localidad del Arlanza de 12 habitantes perteneciente al municipio de Covarrubias. En verano, como todos los pueblos, bulle población y los niños aparecen por sus calles en la bici, corriendo y jugando. Pero en invierno se apaga. Este año no tanto. Isaac y su familia han decidido hacer del pueblo de su padre su hogar. Sus hijos, Isaac y Gorka, son los primeros chavales que vuelven a correr por las calles de la localidad todo el año.
Ura llevaba cinco décadas sin tener niños censados. Con su llegada la localidad suma cuatro vecinos mas, son 16. Covarrubias, que tiene 20 chavales censados de su edad en todo el territorio, según el censo de población del Instituto Nacional de Estadística, suma a dos jóvenes más. Esto son las cifras. Porque los problemas ya han empezado a llegar.
«No hago más que escuchar que hay que atraer familias a lo pequeños pueblos, hablan mucho de luchar contra la despoblación, pero luego todo son problemas», señala Isaac Camarero. Las carencias con servicios privados no son una sorpresa, se rigen por los números, pero lo que les parece incomprensible es que no se garanticen los servicios públicos mínimos como a cualquier otro vecino de un pueblo de la provincia de Burgos.
El problema más acuciante para la nueva familia de Ura llega con la vuelta al cole. Los chicos han pasado del centro de Puigcerdá, Gerona, donde residía la familia a estar escolarizados en 2º y 3º de la ESO en el Instituto de Secundaria de Lerma para el curso que se estrena en 15 días. Pero el autobús escolar no va a llegar hasta su pueblo para recogerles.
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«Nos deniegan el autobús escolar porque dicen que la carretera que conecta Ura con Puentedura es un camino y por tanto no está dentro del seguro del transporte escolar», explica. La negativa es rotunda «no nos dan solución ni itinerario por el que acudir y reclamar, solo que llevemos nosotros a los niños a Puentedura y ahí cogen el autobús y luego les vayamos a recoger». Algo que no convence a la familia.
Las dos localidades están a cuatro kilómetros de distancia. No es un tramo para que dos chicos de 14 y 15 años hagan solos andando y menos en invierno. «Y ahora yo puedo llevarles pero más adelante igual con el trabajo se complica la cosa», explica.
El trayecto que se niega a realizar el transporte escolar es el único camino de conexión con la localidad. «Es una carretera estrecha, es verdad, pero está perfectamente asfaltada y lo usamos todos es que no hay otra ruta para llegar o salir del pueblo y no entiendo cómo es camino siendo la única vía de acceso». Aunque ve una «incongruencia» que autobuses «bien grandes» sí llegan hasta Ura para otros cometidos. «No entiendo que sí puedan traer un autobús para recoger a los vecinos para llevarles a votar o los autobuses grandes que dejan aquí a los turistas para hacer las rutas de senderismo, pero el autobús del colegio no puedan venir a recoger a mis hijos», lamenta.
No es el único problema que se ha encontrado desde que en Semana Santa su mujer y él llegaron a Ura para acondicionar la casa de su familia. «Mi padre era de Ura y siempre veníamos en verano, a mi me encantaba mi pueblo y ya con la familia también nos gustaba mucho, así que nos planteamos ya venir aquí todo el año, a mi mujer le gustó la idea y al terminar el curso allí, nos trajimos a los niños», cuenta Camarero.
El primer escollo tuvo que ver con las comunicaciones. «Aquí no hay fibra, no tienes internet como el que puedes tener en la ciudad o a 4 kilómetros que sí tienen, aquí solo con satélite pero es algo que necesitas hoy en día», señala. También ha tenido problemas con la compañía telefónica con la que opera porque «aquí no tengo cobertura de Orange, pero resulta que si quiero cambiarme tengo que pagar penalización».
Su mujer, de Barcelona, y el nacido fuera pero con raíces en Ura reconoce que para ellos «las ventajas ganan a las dificultades, estamos contentos porque es lo que buscábamos un pueblo tranquilo, no nos arrepentimos de la decisión pero hay problemas como el del autobús que para viajeros sí pero para ir al instituto no es algo que vemos incongruente».