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Sanidad ya registra la presencia de garrapatas durante todo el año

Los centros de salud remiten en verano unas 300 al mes, un 2% son transmisoras. «Antes era más estacional, en primavera y verano, ahora es todo el año» / Se registran desde el año 1996

De izquierda a derecha: Marta Alevia Alevia, Nieves García, Verónica Romero, Raquel Rodríguez y Alegría Arias que forman parte del equipo que gestiona estes programa.OSCAR CORCUERA

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Burgos

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La presencia de garrapatas en el campo no es nueva, el Servicio Territorial de Sanidad de Burgos realiza un estudio epidemiológico de estos pequeños insectos desde el año 96, pero de un tiempo a esta parte se habla mucho más de ellas. «Garrapatas en el campo siempre ha habido, no es nada nuevo, pero sí que es cierto que antes su presencia era más estacional, especialmente en primavera y verano, pero ahora nos llegan todo el año incluso alguna en invierno», explica la técnico de Protección de la Salud del Servicio Territorial de Sanidad, María Marta Alevia Antón.

El momento más álgido en el que están presentes es de primavera a verano. En un mes como el de julio se pueden recibir unos 300 ejemplares «y no son todos los que hay porque solo nos llegan las que se extraen en los Centros de Salud». En cuanto a la presencia en los meses más fríos es testimonial pero ya llegan todo el año.

Estos pequeños bichos están presentes en las zonas donde es frecuente hacer senderismo. De ahí que la mayor parte proceden de la zona norte de la provincia y que Burgos, junto con Ávila, sean de las provincias con un mayor número de ejemplares registrados. «Las zonas con vegetación, las más atractivas para hacer senderismo, es de donde más nos llegan», explica la técnico de Sanidad del Servicio Territorial, Alegría Arias.

El miedo a que los pequeños insectos que se enganchan en la piel para extraer la sangre y alimentarse transmitan graves enfermedades se ha disparado en los últimos años. También los bulos y las creencias erróneas. «No vemos que se haya disparado su presencia, ésta es estable, pero se habla mucho más de ello, hay más concienciación e igual la gente acude más al centro de salud porque hay más sensibilidad», explican. Pero «ni caen de los aviones, ni de las aves ni todas transmiten graves enfermedades», señalan desde el Servicio Territorial de Sanidad.

En el estudio epidemiológico se analizan la mayor parte de los ejemplares que llegan al Servicio Territorial desde los Centros de Salud. Se envían al laboratorio de Salamanca para determinar si son portadoras de patógenos o no. Así han llegado a la conclusión de que no se han registrado arácnidos portadores de patógenos que transmiten tularemia o anaplasmosis ( Francissella tularensis y anaplasma) en la provincia.

Sí se han encontrado en las garrapatas analizados otros dos patógenos que pueden transmitirse a los seres humanos «pero su presencia es testimonial, no llega al 2% del total», sentencia Alegría Arias. De esta manera, el porcentaje de la especie Borrelia burgdorferi en las garrapatas estudiadas es muy baja con un 0,18%. Esta bacteria produce la enfermedad de Lyme. La presencia de Rickettsias en las garrapatas estudiadas, en cambio, es más alta representando el 10,15% de las especies estudiadas en la provincia de Burgos. La rickettsiosis es una patología que suele cursar de forma benigna con fiebre alta, dolor de cabeza y dolor muscular.

Enfermedad de Lyme

«En porcentaje son muy pocas las garrapatas que son portadoras del patógeno de la Enfermedad de Lyme, la cifra es ínfima», asegura Marta Alevia Antón. El microorganismo de este patógeno se denomina Borrelia Burgdorferi. Se han detectado un 0,18% de garrapatas portadoras de este entre las registradas en el servicio de Sanidad. Se necesitan unas horas para poder transmitir las bacterias, de ahí la importancia de revisarse al volver del campo y de acudir a los profesionales sanitarios de manera inmediata para la extracción de la garrapata.

Si ha tenido la mala suerte de toparse con una garrapata transmisora de la enfermedad de Lyme sepa que iniciar el tratamiento antibiótico con los primeros síntomas es crucial. Esta patología se desarrolla en tres fases. En la primera los síntomas son fiebre alta, escalofríos, malestar general, dolor articular, rigidez del cuello y una erupción roja, plana o elevada, con un círculo blanco en el centro, al rededor de la picadura.

Estudio en el parque del Castillo y Fuentes Blancas

Dos excursionistas observan el humedal de Fuentes Blancas desde la plataforma de madera construida en los aledaños.©Tomas Alonso

Aunque las consecuencias más graves de la picadura de garrapata son altamente improbables, lo mejor es prevenir. Y las medidas de protección no sólo son necesarias para las rutas de senderismo, también para los paseos por el Castillo, Fuentes Blancas u otras zonas urbanas con vegetación. «Es difícil que aparezcan garrapatas en parques ajardinados pero sí se pueden encontrar en zonas de vegetación y arbolado aunque estén cerca o en zonas urbanas», explican. De esta manera, entre septiembre del año 2022 hasta el mes de abril de este año se ha realizado un muestreo en Fuente Prior y el Parque del Castillo detectando la presencia de ocho garrapatas en total. En cada parque se eligieron cuatro transectos transitados de 50 metros de longitud que se muestrearon una vez al mes. En cinco de los ocho transectos (una especie de camino por el que se registran eventos en una zona natural, en este caso la presencia de garrapatas) se detectó la presencia de estos incómodos insectos.

Se trata de un estudio de ámbito nacional. «Ahora estamos en la fase de identificar, en un laboratorio especializado, la presencia de los posibles patógenos de los ejemplares capturados» señalan.

Estos estudios necesarios para conocer la población de estos parásitos. Recientemente en Salamanca se produjo un caso de transmisión de la fiebre hemorrágica Crimea Congo, enfermedad que también pueden transmitir las garrapatas que, finalmente, acabó con la vida del paciente, por picadura en una zona periurbana de la capital salmantina. De ahí que el control de estos parásitos y la intervención sean la clave para minimizar al máximo los riesgos sanitarios que pueden provocan en la población que pasea por estos parajes.