Vuelta al cole: «Cuando suena el timbre del primer día de clase es un momento especial»
El 6 de septiembre los escolares de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Especial vuelven a las clases. Este curso 2024-25 serán 26.643 los alumnos de estos ciclos en la provincia de Burgos.
Es un día marcado en rojo en el calendario personal de muchas familias, tanto para los padres y los niños, como para los profesores. «Para todo el mundo, el momento de sonar el timbre a las nueve de la mañana, del primer día de clase, siempre es especial», explica Raquel Gómez, directora del Colegio Público Antonio Machado.
Una jornada en el que patio vuelve a cobrar vida. Se llena de familias, de niños, de mochilas nuevas, de los pequeños en las filas mirando a su alrededor para intentar captar todo lo nuevo, conocer a sus compañeros, los saludos de los conocidos, el reencuentro después de verano para ponerse al día.
Sensaciones compartidas también de los profesores que abren las puertas para recibir a los pequeños, «es un momento especial, que todos vivimos con una punzada de nervios», explica la directora.
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Pero antes de la apertura es necesario prepararlo todo, contar con una buena planificación para que el engranaje funcione a la perfección. Para ello se desarrolla un trabajo interno, destinado a que todo funcione. La organización es compleja y se desarrolla de puertas para dentro durante los días previos al inicio de cada curso. Hay que planificar detalles que desde fuera pasan desapercibidos, pero que son imprescindibles para el funcionamiento del centro. «Para organizarlo todo es necesario coordinar muchos detalles. Por ejemplo, que estén las filas en su sitio, que cada uno sepa por donde tienen que entrar, cuáles son los profesores asignados, las horas de clases, los cambios de aulas», detalla la directora.
El Colegio de Educación Infantil y Primaria Antonio Machado es un ejemplo de lo que ocurre en otros centros de la Burgos. Este año abrirán sus puertas a 541 alumnos matriculados el primer día de clase. Una cifra similar a la del pasado curso. Se distribuirán por el primer ciclo de infantil, segundo ciclo de infantil y educación primaria. Cuenta con una plantilla de 44 profesores, dos intérpretes de lengua de signos, cuatro técnicos de infantil y una responsable de primer ciclo. Este año el colegio se ha adaptado a la gratuidad del primer ciclo de Educación Infantil, una de las principales novedades del curso.
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«Con un año, nuestro trabajo es que los pequeños se hagan con el espacio», explica Raquel Gómez, «conocer los profesores, los horarios, las rutinas. Una situación que vive de forma parecida los pequeños de dos años. Aunque ya añadimos algunos elementos para que puedan experimentar, cantar, leer cuentos, comenzar a saber cosas, a aprender, por ejemplo, a estar sentados». Los pequeños de tres años incorporan más hábitos, más habilidades como conocer a la profesora, sus compañeros, los lugares donde pueden jugar, los espacios para aprender.
«Sobre todo se trata en infantil que conozcan el espacio para que se desenvuelvan de forma autónoma». Y en primaria ya avanza el aprendizaje. Se incorporan enseñanzas, cuadernos, libros, la utilización de los recursos de las clases, los juegos. «En el colegio tenemos un amplio abanico.Son edades muy diferentes, desde un año hasta los once, requieren cosas distintas adaptadas para cada uno».
El centro, junto a Colegio Sierra de Atapuerca, incorpora un plus en la enseñanza que supone la lengua de signos. Una apuesta del AMPA, junto con Aransburg, que se puso en movimiento para poner en marcha el bucle magnético para favorecer la plena inclusión de los alumnos con discapacidad auditiva. El Machado es un centro preferente para alumnos con discapacidad auditiva, que en este momento el centro cuenta con seis alumnos con este tipo de necesidades. «Los padres están muy implicados. Lo valoran, mucho y supone un beneficio para el aprendizaje. Es un plus para toda la comunidad», apunta la directora del centro.
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En este curso han implementado otras novedades educativas. Han puesto en marcha más desdobles «para atender a los alumnos en pequeños grupos en lo que más puedan necesitar». Con especial atención en el área de las matemáticas y en el fomento de la comunicación y la compresión oral y escrita.
AL SALIR DE CLASE
Casi con los mismos nervios que a la entrada de las nueve de la mañana, las familias se reúnen poco a poco en el patio cerca de la 13.00 para esperar el final del primer día.
Al principio, de manera tímida, los padres intercambian saludos, para después ir formando pequeños grupos de familiares que, sin dejar de mirar la puerta del cole, intercambian opiniones pensando ¿qué tal habrá ido este primer día?
Entre los que esperan, destacan el grupo de los abuelos. Atilano, viene a recoger a Naya,de 8 años, y a Mai de 6. Son ya «veteranas» y no han tenido mucho problema en regresar al colegio, aunque esta mañana han sido sus padres los que las han acompañado. Está encantado de ejercer de abuelo, y de comprobar como les han ido en el regreso a las pequeñas.
Teresa, otra abuela que viene a recoger a su nieto, llega «apurada», y es que «se me ha pasado la mañana volando», comenta sin despegar la vista de la puerta del colegio.
Mari Carmen se va deprisa para recoger a Leo a otro cole cercano. Hoy está ayudando a su hija Ana. Hay que dividirse, porque todos salen a la misma hora. Ana se queda en el patio meciendo el carrito de Hugo, que todavía anda con el chupete, mientras esperan la llegada de Mateo, que este año ya cursa segundo de primaria. «Todo bien. Se adaptan a todo. Es bueno que comiencen sus rutinas. Lo peor será el lunes cuando vean que va a ser de verdad». Alberto es el papá de Noa, de cinco añitos, que ha comenzado tercero de infantil. «Le ha costado venir. Remolonea mucho, hasta que no ve a sus amigos y sus profesores le cuesta un poco. Ahora en casa nos contará todo lo que ha hecho».
Comienza a salir los profesores para formar una fila y todo son miradas alrededor para buscar a los suyos. Después del abrazo fuerte, la primera pregunta es común ¿Qué tal ha ido?.
Unos llegan corriendo y casi sin saludar comentan ya que «hay que comprar una cartulina verde para plástica». Otros dejan la mochila mientras cuentan que «me gusta la profe». Algunos, tras un abrazo ráoido a sus padres, se van a despedirse de sus compañeros. Y es que después de no verse durante todo el verano, en una mañana no ha dado tiempo a ponerse al dia de todas las novedades.
NUEVO CURSO
Este curso 2024-2025 se han matriculado 55.195 alumnos en los centros educativos de la provincia de Burgos. Un número, ligeramente mayor al del pasado curso, que contó con 54.779 los alumnos.
La principal novedad de este año es la ampliación de la gratuidad en el primer ciclo de Educación Infantil, que este año alcanza hasta los niños menores de un año. En el global de Burgos supone 100 pequeños, de los cuales 54 se han matriculado en centros públicos y 46 en los privados. En el cómputo global Burgos es la primera provincia de la región que incorpora mayor número de alumnos en el primer ciclo de primaria, superando a Valladolid en 142 pequeños.
La provincia suman 26.643 niños. 741 en el primer ciclo de Educación Infantil. 7.255 en el segundo ciclo. 18.420 de Educación Primaria Y 226 en Educación Especial.En el total de la región han comenzado el curso 166.758 pequeños.