La librería más antigua de España celebra sus 175 años de vida
Santiago Rodríguez soplará en 2025 las velas de un aniversario redondo que quieren celebrar «para devolver a la ciudad el cariño recibido»
La puerta de entrada lo plasma con claridad: Desde 1850. Hijos de Santiago Rodríguez. La Librería más antigua de España. Parece algo sencillo, pero detrás de estas letras se encuentran muchas historias. Un mundo lleno de posibilidades en forma de papel, de sueños y memorias de una saga familiar que abarca seis generaciones. Un linaje librero que bajo la mirada de Minerva, diosa romana de la sabiduría y de las artes, se enmarca el devenir de muchas vidas. Las que trascurrieron detrás, pero también, delante del mostrador de la librería.
Son 175 años los que cumplirá el próximo 2025. Un año redondo que comenzarán a festejar por todo lo alto, como se merece, unos meses antes. El próximo otoño pondrán en marcha un amplio programa dispuestos a «devolver parte del cariño recibido en estos años». Al frente de la librería, como la cara visible de un equipo, está Lucía Alonso Rodríguez, heredera de una tradición de seis generaciones. «Queremos hacer muchas cosas. Vamos a organizar una agenda de presentaciones de adultos, infantil y juvenil que comenzará este mes de octubre y se prolongará hasta el mes de abril», explica Lucía. A las presentaciones de libros se unirán talleres de lectura, manualidades, cuentacuentos, ‘leader great’ para niños y jóvenes, una gincana de libros escondidos, sorteos de ejemplares, «y alguna sorpresa más».
De momento, están en marcha ya las presentaciones de libros y novelas. David Uclés, escritor de ‘La península de las casas vacías’, de Siruela. Francisco Narla, con su nueva novela que publica con Planeta en octubre, que estará dedicada al hijo del Cid. Andrés Pascual, el escritor de La Rioja que también presenta nuevo libro este otoño. Luis Salvago, el último premio de Novela Ateneo- Ciudad de Valladolid por El Telegrafista, Beatriz Roger y Luiso Soldevilla, un libro escrito por madre e hijo 'Padrenuestro' de la editorial Planeta, que narra la última aventura del detective Nico Ros.
HIJOS DE MINERVA
Son algunas de las propuestas que llenarán la agenda de esta librería, que no solo es la más antigua de España, sino que también es la quinta de Europa. A ello hay que sumar otra característica, que sigue siendo un negocio independiente. Una propuesta que se ha mantenido alejada de las ofertas de las grandes empresas del gremio. «Me hace mucha ilusión haber llegado a los 175 años. El haber heredado un negocio tan bonito, que ha tocado la vida de tanta gente de mi ciudad. Es también una responsabilidad», apunta. «Vemos a menudo a padres, abuelos, muchas generaciones que han crecido con nosotros y es muy bonito de ver como nos lo transmiten»
Lucía es la segunda librera de esta saga, que tomó las riendas de mano de su madre, Mercedes. «En este momento hay que hacer un equilibrio entre lo comercial, lo literario, entre lo que te anuncian como bueno y lo que consideras que finalmente lo será», explica Lucía Alonso, quien subraya que, como en todos los negocios, es necesario tener un poco de «instinto» librero.
Ella está al frente de una historia que nos lleva a hacer un viaje al pasado. Nos vamos a 1850 para conocer al fundador. Santiago Rodríguez Alonso, decide emprender su aventura empresarial con la apertura de la primera librería en Laín Calvo número 22, calle céntrica de la capital zona de expansión, donde residía la burguesía.
Originario de la localidad burgalesa de Isar, pide por adelantado a su madre su parte de herencia para poder así establecer en la capital una pequeña imprenta. «No había estudiado nada relacionado con la editorial, se formó en lo que nosotros conocemos como los aparejadores actuales». Pero en 1851 decidió dar un paso adelante y poner en marcha una imprenta en la calle Miranda y más tarde en Molinillo. Una aventura bastante arriesgada, si tenemos en cuenta que el 80 por ciento de la población española no sabía leer ni escribir.
La idea llegó después de visitar la Exposición Universal de Londres, donde contempló las máquinas Offset de imprenta. En ese instante decidió que quería probar suerte.
Así se inicia un trabajo marcado por una apuesta por la educación y la cultura. Para ello fue fiel al lema: 'La escuela redime y civiliza'. Fue una apuesta pionera en estas tierras. Puso en marcha una editorial de gran calidad, destinada a la enseñanza, para facilitar su acceso a precios asequibles. «Fue una persona muy inquieta, que hizo muchas cosas. Abrió el camino».
La segunda generación toma el relevo en 1890 tras la muerte del fundador a los 61 años. Una trayectoria que continúa el trabajo emprendido y pone en marcha el nombre ‘Hijos de Santiago Rodríguez’. Tenía a Mariano Rodríguez Miguel a la cabeza. Un hombre activo, con mucha energía e ideas. Fue el fundador de dos periódicos y puso en marcha la Asociación de la Prensa y de la Radio de Burgos. «Continuaron al frente. Pero no solo es que se puso la ediorial en marcha. Es que la hicieron realmente buena», explica Lucía. Fue en el momento en que el negocio dio el salto nacional e internacional.
Tras el empujón internacional dado por Mariano Rodríguez, que le valió varios premios, cogió las riendas Lucas, bisabuelo de la actual gerente Lucía. Es el que decidió cambiar la librería de Laín Calvo a la Plaza Mayor en el año 1961. Uno de los establecimientos más recordados en Burgos. Contaba con dos pisos abiertos al público más las zonas de administración y almacén interno. En la parte baja la papelería, regalos, libretas. En el primer piso un departamento de adultos, con colecciones, novedades clásicos. Y una zona de infantil y niños. Un «lugar de ensueño» para crecer reconoce Lucía.
Un lugar lleno de recuerdos y anécdotas, «un día una señora no se enteró del aviso del cierre. Se quedó dentro a oscuras. Y cuando nos íbamos nos llamó golpeando el cristal».
Los cambios económicos y el devenir de la vida hicieron que en 1984 se tomara la decisión de cerrar primero la editorial y después la imprenta, para centrarse en la librería.
En 1992 se queda todo en manos de José Luis, padre de Mercedes y abuelo de Lucía y Sol Alonso. Testigo que cederá a su madre que fue la primera librera de la estirpe al frente del negocio familiar.
En 2009 se abrió el local del Centro Comercial Camino de la Plata, que finalmente cerró. En el 2019 se dejó la librería de la plaza Mayor para abrir su ubicación actual en Avellanos 4 donde «estamos contentos». Se trata de un espacio más accesible. Pensado para «trastear» con libertar entre libros. Algunos recuerdan el antiguo emplazamiento, pero, sobre todo, a los más jóvenes les encanta la propuesta.
En este devenir de años recuerda Lucía a las personas que han trabajado con ellos. Un equipo humano que «hemos tenido la suerte de contar con ellos», ya que forman parte de la historia de esta aventura empresarial a lo largo de las décadas. Algunos de los descendientes han compartido esos recuerdos al visitarlos. «Nos hablan de los recuerdos de sus abuelos o bisabuelos que trabajaron en la imprenta. Son muchas generaciones», explica Lucía. A ellos se une los que les visitan, en verano habitualmente, las familias originarias de la ciudad que se han marchado y regresan, «mis padres eran de aquí, o mi abuelo me hablaba, y cada vez que vengo a Burgos es ya una tradición regresar a la librería».
HISTORIA EN RECUERDOS
De aquella aventura guardan recuerdos que muestran la historia diseminada por la librería.Libros emblemáticos como la primera edición del premio Nadal, Nada de Carmen Laforet, del 1945.
Las primeras enciclopedias, libros escolares. Las cartillas ‘Amiguitos’, que eran como los cuadernos Rubio, y es que Enrique Rubio «copió la idea», para aprender a escribir, sumar, restar. La Biblioteca Rodríguez, una colección de cuentos e historias que se publicaban con un precio muy barato porque el objetivo siempre fue que «fueran accesibles a la población». Se imprimieron 18 Bibliotecas en algo más de cuatro décadas. Años en los que estuvieron presentes los grandes autores del momento, como o Rosario de Velasco, que ilustró ‘Cuentos para soñar’ de María Teresa León.
Alonso recuerda con cariño los años en los que su abuelo, José Luis Rodríguez, se hizo cargo del negocio, y llevó la editorial a su «máximo nivel». «Llegamos a editar libros en Latinoamérica, fuimos una de las primeras editoriales que hubo de libros de enseñanza, como hoy conocemos SM, Santillana o Anaya. En aquel entonces estábamos nosotros», afirma.
Aún conservan algunos de aquellos libros en los que la letra de su abuelo marcaba en el margen las correcciones antes de llevarlas a la imprenta. Pequeñas joyas que atesoran. Además de todo ello, contaban con un extenso catálogo de papelería al ser proveedores de muchos colegios. En papelería fue pionera al contar con marcas de prestigio En papelería fue pionera al contar con marcas de prestigio como Mont Blanc, Faber Caster o Parker. Los cuadernos grises de Santiago Rodríguez que se editan desde 1900 y todavía se pueden adquirir en la tienda como recuerdo de su editorial.
También en aquel momento cerraron las puertas a nombres que después se hicieron célebres, como el de Gloria Fuertes. «En una exposición suya había una carta dando las gracias y rechazando publicar una obra que Gloria Fuertes mandó a la editorial. Eran otros tiempos», apunta Lucía Alonso.
SEXTA GENERACIÓN
Ella pertenece a la generación que nació, creció y jugó entre libros y con el olor de la papelería, «el sueño de todo niño». Al frente, recuerda la imagen de su madre Mercedes como el camino y la guía. «De ella aprendí mucho, era maestra de profesión y lectora voraz. Una mujer muy trabajadora. Puso siempre todo el cariño en todo lo que ha hecho en su vida y una gran dedicación». Lucía relata como cuando entró en la librería trabajó en todas las áreas para aprender los entresijos de un negocio que, por su dedicación a la enseñanza, en ese momento desconocía.
Pero es ahora a ella la que le toca ahora continuar la aventura y hacer frente a muchos retos. En un mercado cambiante que le hace estar al día «Mantenerse es un reto, siempre ha sido el reto»
No solo los que emanan de la librería, sino también la presencia en internet, las redes, la imagen de Santiago Rodríguez en Instagram @hsr1850_librería, donde es común verla en la ‘historias’ o ‘reels’. La apuesta también por nuevas actividades como el club de lectura Minerva, «una gran satisfacción» que nació el pasado mes de abril y que podría tener su continuación con propuestas más especializadas en temáticas o edades. Una apuesta por el futuro para continuar sumando libros, recuerdos y años.