El Laboratorio de Evolución Humana de la UBU necesita «más espacio para seguir creciendo»
Tienen una importante colección de antropología arqueológica y aspira a ser el depósito de fósiles de la Sima de los Huesos de Atapuerca. Arqueología, paleontología y ADN son las líneas de trabajo de un equipo de 15 personas.
Una colección de antropología arqueológica del país, restos huesos humanos procedentes de excavaciones arqueológicas de la mitad norte de España, se conserva, se estudia y se analiza en el Laboratorio de Evolución Humana (LEH) de la Universidad de Burgos (UBU). El proyecto está muy ligado a los trabajos de excavación en los yacimientos de Atapuerca. Todo el material procedente del yacimiento de Portalón de Cueva Mayor (cerámicas, restos de fauna y fósiles humanos) se conservan en este departamento del edificio de I+D+i inicial de la UBU. Han ampliado espacio ocupando toda una planta, pero no es suficiente.
Los restos de la colección, formada por colecciones arqueológicas de enterramientos medievales la gran mayoría, y del Neolítico se conservan en estanterías apiladas hasta el techo por las estancias del laboratorio y en el sótano. La histórica son unos 3.600 restos que proceden de Burgos (enterramientos del Monasterio de San Pablo, los restos de San Amaro cedidos por el Museo de Burgos, individuos de los sarcófagos de Ubierna) pero también restos de otras excavaciones en Cantabria, Valladolid o Madrid. «No están mal conservadas ni muchísimo menos, están bien, pero sí es cierto que se nos agota el espacio especialmente un área de consulta de investigadores», explica el director del LEH, José Miguel Carretero.
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Las necesidades se multiplicarán cuando el director del Laboratorio de la UBU ‘herede’ la dirección del proyecto de investigación que encabeza Juan Luis Arsuaga. «Mis ‘herederos’ por decirlo así se saben desde siempre, no es un secreto, son José Miguel Carretero de la Universidad de Burgos e Ignacio Martínez Mendizábal», contaba el codirector en la última rueda de prensa de presentación de resultados de las excavaciones de Atapuerca junto con Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro.
En el último proyecto de investigación relativo al complejo de Cueva Mayor que engloba la investigación en Portalón, Estatuas y Sima de los huesos, el primer investigador principal es Juan Luis Arsuaga, adscrito al Centro Mixto de la Universidad Complutense de Madrid-Instituto de Salud Carlos III de Evolución y Comportamiento Humanos. Como segundo Investigador Principal está José Miguel Carretero del Laboratorio de Evolución Humana de la Universidad de Burgos. En la convocatoria anterior figuraba Martínez Mendizábal que investiga en la Universidad de Alcalá de Henares.
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De ahí que a la importante colección de anatomía comparada de fósiles humanos, que el equipo estudia en colaboración con los estudiantes del Máster de Evolución Humana, se unan en un futuro próximo los restos que aparezcan en la Sima de los Huesos. El equipo de la UBU es especialista en el estudio postcraneal de estos fósiles analizando patrones de crecimiento, alimentación, genética... «Tenemos que aprovechar esa inercia y nos gustaría mejorar las condiciones del equipo para seguir creciendo», apunta el director del LEH quien reconoce una «buena disposición», del equipo rectoral. Para la UBU supondria estar en la dirección de Atapuerca.
Ahora se redacta el próximo proyecto de investigación donde Carretero y Martínez Medizábal asumirán el relevo de Arsuaga como ya lo han hecho Marina Mosquera con Eudald Carbonell y María Martinón con José María Bermúdez de Castro. En esta línea el propio Arsuaga apuntaba en esa última rueda de prensa conjunta que «el proyecto se queda en Burgos, es importante porque empezamos viniendo de fuera pero el peso del proyecto estaba en Madrid y en Tarragona, ahora nos hemos esforzado para que todo esté radicado en territorio burgalés con vocación internacional». En la tercera generación ese peso en Burgos será mas importante con el Cenieh y la UBU.
El LEH llega a la veintena con un prometedor futuro y un equipo que no ha hecho más que crecer. Ya cuentan con cinco profesores e investigadores consolidados. A Carretero, que forma parte del equipo de Juan Luis Arsuaga desde las primeras incursiones a la Sima de los Huesos, se unen los investigadores Rebeca García, Eneko Iriarte, Colin Ian Smith y Cristina Valdioseras. A todos ellos se suman siete estudiantes de doctorado y dos postdoctorados en proceso.
En torno a 15 personas implicadas en las investigaciones vinculadas a arqueología de colecciones de la Edad Media y del Neolítico, entre las que se encuentran las de Portalón en Atapuerca; estudios de paleontología de esas colecciones para, posteriormente, aplicar por comparación a los fósiles de la colección de la Sima de los Huesos de Atapuerca; estudios relacionados con la genética y los isótopos estables que permite inferir múltiples estudios sobre dieta, gestión de la fauna doméstica, o estudios genéticos de las poblaciones. También se realizan análisis sobre la fauna.
Y otras colaboraciones como el hallazgo de Tina, la niña neandertal con Síndrome de Down, la datación de la mano de Irulegi, estudios de dieta como la tolerancia a la lactosa, análisis de domesticación de animales o selección de grano en el neolítico, análisis genético de los primeros enterramientos islámicos en Oriente Próximo o la relación genética de los primeros agricultores y ganaderos de Anatolia con los de Portalón o la globalización a través de sus cerámicas...