La Fiscalía de Castilla y León, preocupada por el auge de los delitos de odio contra los inmigrantes
Santiago Mena defiende el establecimiento de medidas para fomentar un uso responsable de internet entre los menores y evitar el acceso a la pornografía, cuyas «consecuencias psicológicas» pueden «influir en el aumento ingente de agresiones sexuales grupales»
El fiscal superior de Castilla y León, Santiago Mena, ha inaugurado este viernes el Año Judicial 2025-2025 en la sede del TSJCyL, en Burgos, poniendo el foco sobre la «gravedad» de todas aquellas acciones que amenazan la integridad física, la libertad y la dignidad de las personas. Según ha expuesto, existe una gran preocupación por el auge de los delitos de odio, especialmente hacia la población migrante, sin obviar otros escenarios en los que este tipo de conductas se multiplican exponencialmente.
Hay un amplio caldo de cultivo, según recoge la Fiscalía, en los campos de fútbol. Muchas veces bajo el «manto de impunidad» que brindan «grandes corporaciones deportivas» e incluso «mediáticas» que son capaces de justificar, por aquello del amor a los colores de un determinado equipo, «motivos de actuación meramente ideológicos, xenófobos, racistas y supremacistas».
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La comisión de estos delitos afecta de pleno, tal y como apuntaba Mena, a todas aquellas personas en situación de «extrema vulnerabilidad» que «llegan a España en condiciones paupérrimas, después de sortear graves peligros y sufriendo pérdidas cuantiosísimas de vidas humanas». «El odio es la expresión de miedo al otro, al diferente», remarcaba el fiscal antes de apuntar que la criminalización de cualquier ciudadano por su raza u origen -y también por ideología u orientación sexual- realmente esconde un «desprecio al pobre».
Otro aspecto que según Mena debiera suponer una «preocupación prioritaria para el Estado» es el uso responsable de internet, sobre todo cuando hablamos de redes sociales y menores. En este sentido, no ha dudado en advertir que «las grandes compañías tecnológicas han invadido no solo el espacio físico humano, sino también el mental, para manipular las respuestas y potenciar aquellas que favorecen a sus intereses económicos e ideológicos».
Sobre la cuestión de las nuevas generaciones y su uso de la red de redes, la memoria de la Fiscalía presta especial atención al fácil acceso de los menores a la pornografía, lo cual acarrea una serie de «consecuencias psicológicas» que pueden derivar en «comportamientos inadecuados e influir en el aumento ingente de agresiones sexuales grupales».
«La pornografía es la antesala de la prostitución coactiva»
Aparte de alertar de que «la pornografía es la antesala de la prostitución coactiva», el fiscal hacía referencia a las medidas fijadas desde el Parlamento Europeo para «proteger a los menores y evitar el abuso sexual infantil» mientras apelaba a la responsabilidad de padres y maestros. En su opinión, resultaría conveniente «prohibir los teléfonos en los centros escolares», planteando incluso «sanciones» si la norma se incumple, e impartir «clases de formación en el uso de redes sociales».