Estas son las infracciones más frecuentes al pasear con el perro por Burgos

Ser propietario de un perro es más que tener un amigo incondicional. También es una responsabilidad. Y salir a la calle con una mascota obliga a cumplir una serie de normas. La labor de los agentes de Policía Local de Burgos con respecto al control de los animales de compañía se viene incrementando año a año, ya que también es cierto que aumenta el número de familias con mascota, así como las quejas ciudadanas al 010 por comportamientos incívicos de los dueños tales como no recoger los excrementos o por la suciedad de los orines.

En este caso, aunque se hable de animales de compañía en general, lo cierto es que las actuaciones tienen que ver en su totalidad con perros. Los agentes vigilan cuestiones como la vacunación contra la rabia, si el animal va suelto, algo que está prohibido salvo en las zonas de esparcimiento canino de la ciudad, si lleva bozal, en el caso de perros potencialmente peligrosos. Además, interviene ante denuncias por mordeduras, ruidos de ladridos, así como por la suciedad si no se recogen los excrementos.

Entre enero y septiembre se han realizado 154 controles de animales programados desde la unidad de Policía Administrativa, cuando en el pasado 2023 se realizaron un total de 116. Por tanto, a estas alturas de 2024, ya se ha superado la cifra de intervenciones con respecto al año pasado y quedan tres meses en los que se realizarán nuevas acciones.

El porcentaje de incremento en la comparación entre estas dos anualidades es del 32%, pero al acabar el ejercicio será todavía mayor, como se extrae de los datos facilitados por el área de Seguridad Ciudadana y Emergencias.

De media, en cada control, se ven entre 4 y 5 perros, por lo que son 600 animales y sus propietarios los que han sido revisados en lo que va de este año. Así, es previsible que se acabe el 2024 con alrededor de 800 perros vistos, cuando en 2023 fueron un total de 670 animales.

Las denuncias tramitadas en lo que va de año desde Policía Local hacia la sección de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, que es el órgano competente, se elevan hasta las 237. De media, sale que en cuatro de cada 10 animales controlados se detecta alguna causa de infracción y la más habitual tiene que ver con la falta de vacunación contra la rabia que es obligatoria cada año y los veterinarios tienen un plazo de 72 horas para anotar el registro de animales de compañía de Castilla y León, Siacyl, según la información facilitada. También es cierto que por cada animal se pueden juntar más de un tipo de denuncia.

Entre enero y septiembre se ha dado traslado de 97 denuncias por falta de vacunación tras comprobar el pasaporte del animal controlado, el pasado año en el conjunto de los 12 meses se tramitaron 99 denuncias, por tanto, también se está a punto de superar la cifra del año anterior.

La siguiente causa de denuncia más habitual es la de llevar a un animal potencialmente peligroso (de acuerdo a las razas incluidas en esa clasificación) suelto o sin bozal. En este caso, en lo que va de año se han confirmado 45 denuncias en nueve meses, frente a las 39 con las que se cerró el 2023. En este caso, ya se han superado las infracciones registradas por este motivo. Es cierto que en las zonas de esparcimiento canino habilitadas en Burgos se tolera que los perros potencialmente peligrosos vayan sueltos, pero con el bozal apropiado para el animal colocado.

En estos momentos, existen 10 zonas de esparcimiento canino acotadas en zonas ajardinadas y otras tres que son abiertas: en las orillas del Arlanzón, el cerro de San Miguel y en el parque de La Quinta-Las Veguillas.

Existen otras 40 denuncias por perros sueltos, en este caso de razas no peligrosas, cuando el año pasado fueron 65 las gestionadas durante 12 meses.

Por mordeduras de animales hacia otros ejemplares o hacia personas, se registran este 2024 hasta 50 intervenciones de los agentes de la Policía Local de Burgos y en el conjunto del pasado 2023 fueron un total de 68.

Apenas 5 sanciones por no recoger excrementos

Los datos de Policía Local muestran un aumento en los controles realizados en lo que va de año en materia de animales de compañía, pero llama la atención la escasez de denuncias por comportamientos calificados de incívicos por parte de los dueños de perros de no recoger los excrementos de las mascotas. En lo que va de año apenas se han registrado 5 y el año pasado se contabilizaron un total de 15, poco más de una al mes.

Este tipo de infracción lleva asociado una multa de 150 euros que se tramita a través de la sección de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León. Pero la Ordenanza Municipal de Burgos de Protección y Tenencia Responsable de Animales Domésticos, que se comenzó a tramitar en 2021, iba más allá de multar por este comportamiento y fue una de las pioneras en España en recoger que se multaría por no limpiar los orines. Así, se hacía responsables a los propietarios de perros de llevar una botella de agua en los paseos con sus mascotas para tratar de limpiar la orina bajo posibilidad de encontrarse con una sanción de entre 100 y 600 euros.

Mientras, son cada vez más frecuentes las quejas ciudadanas al 010, el teléfono de atención del Ayuntamiento de Burgos, para denunciar la suciedad en la calle que causan las mascotas y de la que no se hacen responsables sus propietarios. Así se ponía de manifiesto en el último informe presentado de quejas y sugerencias, que se correspondía con los meses de abril a junio. En aquel momento, la concejala de Participación Ciudadana, Carolina Álvarez, indicaba la posibilidad de que agentes de paisano controlaran este tipo de comportamientos, difíciles de detectar, por otro lado, porque hay que pillar la acción in fraganti.

Desde Policía Local se indica que los agentes de distrito, que suelen actuar de paisano, pueden intervenir si detectan estos comportamientos incívicos. Las intervenciones en controles de los animales de compañía se suelen realizar tanto en la vía pública en general como en esas zonas de esparcimiento canino ubicadas por toda la capital burgalesa. Según explican las fuentes oficiales, suelen guiarse por las quejas ciudadanas y acudir a los lugares donde es son más habituales o donde se han denunciado comportamientos incívicos.