Los fondos europeos para el arco de San Esteban se trasladan a la calle Murallas

La rehabilitación ambiental del entorno del Arco de San Esteban, en el Casco Histórico Alto de la capital burgalesa, tendrá que esperar para otro momento. Esta intervención contaba con fondos europeos asignados al plan de sostenibilidad turística en destino, dentro del proyecto denominado ‘Burgos Jardín Urbano’, dotado con un total de 5.138.302 euros.

Desde las Concejalías de Medio Ambiente y de Turismo, ambas a cargo de Carlos Niño (PP), han tomado la decisión de trasladar la cantidad asignada para esta finalidad, de 676.187 euros, a una zona cercana, también en el cerro de San Miguel, concretamente a la calle Murallas.

Esta vía, cerrada al tráfico desde que se produjo un importante desprendimiento de terreno en agosto de 2022 que afectó a los vehículos aparcados, espera una intervención de consolidación que se ha considerado prioritaria, pero que sigue esperando turno en el listado de obras pendientes.

De esta manera, se ha previsto que esos casi 700.000 euros vayan a actuaciones que servirán para desescombrar una zona de la muralla de Burgos que está enterrada en la calle del mismo nombre, así como para el asentamiento y fijación del terreno en esa zona. Actuaciones que tienen como objetivo evitar nuevos desprendimientos en este ámbito y rescatar parte de la antigua muralla.

La redacción del proyecto está hecha, pero se va a ampliar para dar cobertura a todo el espacio en el que se ha pensado intervenir. El siguiente trámite administrativo será la aprobación de los pliegos y la licitación de obras, dos cosas que se esperan para antes de que acabe este ejercicio.

La ejecución de los trabajos quedaría para el año 2025 y el objetivo es que estén finalizadas antes de diciembre del próximo año, que es el tiempo asignado para justificar los fondos del plan de sostenibilidad turística en destino, según recuerda Niño.

Tras el desprendimiento de tierra mencionado, se elaboró un primer informe por el servicio de Medio Ambiente para analizar las causas del corrimiento de tierras en el cerro de San Miguel a su paso por la calle Murallas, que sacó a la luz restos óseos. Las conclusiones indicaban que se podría haber producido por «acumulación durante décadas, e incluso durante el último siglo, de todo tipo de materiales» en la ladera.

Ese informe vino acompañado meses después de un estudio arqueológico. En enero de 2023 se presentaban las conclusiones obtenidas que afirmaban que se recuperaron 3.421 materiales cerámicos, 40 elementos metálicos, 4 objetos de hueso y 957 restos óseos, de los que 435 han podido ser relacionados con su especie. Todos estos elementos databan de los siglos XIV y XV, de la época en la que la comunidad judía habitaba todo este entorno.

En este espacio de la capital burgalesa confluye la ciudad medieval y la supuesta judería, la muralla y, además, es un recinto napoleónico vinculado a la guerra de la Independencia. El proyecto para actuar en la calle Murallas se encargó en el pasado mandato y, desde entonces, esperan los vecinos de la zona y usuarios de la calle Murallas, que comunica con la calle Corazas, por estas obras.