El «reconocimiento más original» a la campeona Marta Fernández hasta la fecha

Está acostumbrada a los homenajes, a recibir el cariño de una ciudad que presume de sus éxitos deportivos y los hace suyos. Sin embargo, la nadadora Marta Fernández se llevó este lunes una grata sorpresa, totalmente inesperada, cuando fue recibida entre elogios y aplausos por parte de la Corporación municipal y un numeroso grupo de vecinos, familiares y amigos que siguen festejando sus logros. Fue, como ella misma confesó, «el reconocimiento más original que me han hecho hasta ahora». Y no le faltaba razón.

Con la plaza de Mío Cid cerrada al tráfico mientras la Policía Local se encargaba de gestionar la situación, los bomberos se encaramaban a la estatua de Rodrigo Díaz de Vivar desde un camión autoescala. Su cometido no era otro que engalanar al Campeador con un gorro de baño con los colores de la bandera de España y el nombre de Marta Fernández. La obra, a cargo del artista local Cristino Díez, incluía además unas gafas de natación.

Tampoco podían faltar las tres medallas obtenidas por Fernández en los Juegos Paralímpicos de París 2024. No las auténticas, que ella misma lucía orgullosa durante el homenaje, pero sí réplicas de gran tamaño colgadas al cuello de Babieca.

Una plata y dos bronces que saben a gloria y que según Fernández no son suyas aunque sea la «cara visible». Sus triunfos, según expuso, también son mérito de su familia -especialmente sus padres, «tirando de mí desde que era pequeña»- y de todo su equipo.

«Solo desde el esfuerzo se puede llegar a los logros mayores», aseguró la alcaldesa, Cristina Ayala, mientras los bomberos aún ponían al Cid a punto. La sorpresa, según explicó, se gestó con nocturnidad y alevosía. Y es que fueron los bomberos quienes, al tanto de la iniciativa, se encargaron de tomar en secreto las medidas de la cabeza del guerrero burgalés para que el gorro encajase como anillo al dedo.

Aparte de agradecer el hecho de que Fernández haya llevado el nombre de Burgos muy lejos, la regidora también destacó el papel que juega el deporte a la hora de «hacer frente al día a día», amén de remarcar lo «importante» que resulta para el «área de la discapacidad».

«Desde Tokio (2020) son todo muestras de cariño y reconocimiento», confesaría la campeona burgalesa, una vez finalizado el acto, mientras muchos de sus seguidores aguardaban impacientes para hacerse una foto con ella. Lo que está claro, tal y como incidió ante los medios, es no imaginaba llegar tan alto.

«Si cuando llegué a Valladolid con 18 años se lo hubiesen dicho a mi entrenador o a mí, nos hubiésemos reído porque nos parecía casi imposible». Pero ahí está, satisfecha de haber «cumplido muchos sueños y muy agradecida» por el calor que siempre recibe en su tierra.

Aún de vacaciones mientras se recupera de la lesión que sufrió en París, Fernández ya piensa en el Mundial de Singapur que tendrá lugar en septiembre de 2025. Todavía es pronto para volver a los entrenamientos, aunque está deseando ponerse en marcha en cuanto los médicos se lo permitan.

No le queda otra que tener «mucha paciencia» y seguir con la rehabilitación hasta que se encuentre plenamente recuperada. Pese a todo, ya se ha dado algún que otro chapuzón a expensas de nadar, nadar y nadar para seguir cosechando nuevas victorias de las que Burgos, sin duda, presumirá con orgullo.