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Burgos agota su suelo industrial y el antiguo CAE es «poco e insuficiente»

Existen 180 hectáreas libres de «pequeñas» parcelas en los polígonos del área industrial de Burgos.  Se necesita «suelo flexible, con servicios y energías competitivas» para seguir a la cabeza de las ciudades industriales del país

Rafael Barbero y Gonzalo Andrés durante la presentación del análisis 'La industria en el área urbana de Burgos'.SANTI OTERO

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Burgos

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Burgos es líder a nivel regional como ciudad industrial, cuenta con 35.000 empleos industriales, una de cada cuatro grandes empresas de Castilla y León está en el área industrial de Burgos formado por la capital y otros 18 municipios al norte y al sur. El Polo Industrial marcó los cimientos de un desarrollo que sitúa a Burgos por encima de otras ciudades de tamaño medio pero con baja intensidad tecnológica de primer nivel y con falta de suelo suficientemente grande para atraer un gran proyecto industrial como los de antaño.

«No hay suelo industrial, el que hay está muy fragmentado, se necesita suelo y que sea flexible en dimensión que tenga las infraestructuras que hoy las industrias necesitan que buscan sostenibilidad, un suelo industrial pensado en el futuro y el que tenemos está pensado para hace años con parcelas pequeñas, con luz y gas y poco más», avanzó el director general de Fundación Caja de Burgos, Rafael Barbero.

«Necesitamos captar y atraer proyectos y llevamos muchos años sin atraer una gran empresa», señaló Barbero. 10 años después de la publicación de la radiografía industrial burgalesa la entidad junto con el profesor de la Universidad de Burgos, Gonzalo Andrés, y su equipo presentan un análisis socioeconómico y territorial de ‘La industria en el área urbana de Burgos’. Lamentan que «en diez años no ha variado mucho la disposición de suelo urbano, no hay planificación de suelo industrial a futuro y el que hay se está agotando».

En las once áreas industriales repartidas por el Área Industrial de Burgos dividida en seis polígonos (Villalonquéjar, Gamonal, Monte Abadesa, Los Pedernales, Los Brezos y el Clavillo) y cinco áreas industriales (Villafría, Castañares, Carretera Madrid, Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y Villayuda) quedan 184 has de superficie en parcelas libres, «pequeñas». Dos zonas (Villayuda y FNMT) están al completo, Castañares tiene el 77% de su superficie industrial llena, Gamonal tiene ocupado el 77% de su superficie mientras que en Villalonquéjar ya hay actividad en el 67% de las parcelas.

Una situación que no es nueva. Fundación Caja de Burgos está integrada en el Consejo Industrial del Ayuntamiento de Burgos. «Llevamos tres legislaturas poniendo sobre la mesa la necesidad de contar con un nuevo polígono», señala Barbero. Apunta que el antiguo Centro de Actividades Económicas (CAE) «llega tarde y es poco para cubrir las necesidades reales de la ciudad a medio plazo». Además cuentan con un precio elevado por metro cuadrado respecto a otras provincias de al rededor aunque «si es una variable que las empresas tienen en cuenta no es la principal» pero «se necesita un suelo competitivo».

Centros de decisión lejos y menos pymes

Otro de los problemas es que desde las grandes industrias del Polo Industrial el peso de decisión se ha ido alejando de Burgos con el paso de los años. «La mayor parte de los centros de decisión están fuera de Burgos con lo que los nuevos proyectos se piensan en global y entre todas las sedes de la compañía», explican. Al mismo tiempo la dependencia de las grandes factorías se ha disparado en los últimos años con una importante caída de las pequeñas y medianas empresas tras la crisis económica y la generada por el Covid. Se ha pasado de contar con 734 establecimientos industriales en el área de industrial de Burgos (formada por 19 municipios) en 2006 a recuperar actividad hasta las 657 empresas en 2019 para volver a caer tras la pandemia hasta las 579 registradas en 2022 y una caída de siete más el año pasado. 

«En los últimos 20 años la desaparición de empresas industriales se ha convertido en una tendencia crónica, el tejido industrial se reduce pero se mantiene le volumen de empleo industrial por la dependencia de las grandes empresas», sentencia Andrés. El plan a medio y largo plazo pasa por favorecer que nazcan nuevos proyectos, el famoso emprendimiento, o atraer pymes industriales y «trabajar en que las que nazcan y las que están se enfoquen en la alta intensidad tecnológica que podría orientarse hacia el Hidrógeno verde como sector emergente», señaló Barbero.

Las tres líneas para mantener y potenciar el tejido industrial de Burgos y su entorno de cara a l futuro parte del nacimiento de pymes, captación de nuevas con infraestructuras competitivas y apuesta por la internacionalización y exportación de la industria para lo que se necesitan infraestructuras como el Madrid Directo. «Son ideas en las que se puede trabajar, y que pueden ser la base para los planes que se necesitan de colaboración público privada con una planificación específica, con recursos y visión a medio y largo plazo», concluyó Barbero.