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Las monjas okupas de Belorado seguirán en el convento hasta que la demanda de la Iglesia prospere

El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, asegura que «no hay novedades» sobre la situación de las religiosas rebeldes; ni siquiera un aumento de gastos más allá de los corrientes

Tres monjas rebeldes de Belorado en los juzgados de Burgos.SANTI OTERO

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Burgos

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Nada nuevo que contar por parte de la Comisión Gestora del convento de Belorado, donde todavía siguen atrincheradas las monjas rebeldes tras su sonada ruptura con la Iglesia católica el pasado mes de mayo. Algo más de un mes ha transcurrido desde que el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, presentase una demanda en el Juzgado de Briviesca con el fin de que las religiosas abandonen el monasterio de Santa Clara. Mientras tanto, la postura de la Archidiócesis es mantener un perfil bajo, rehuir la polémica en la medida de lo posible y esperar a que los tribunales se desatasquen con la esperanza de que el desahucio sea efectivo. 

«No hay novedades», sentenciaba este miércoles Iceta al ser preguntado por la demanda interpuesta a mediados de septiembre contra las monjas okupas. «Desconozco los tiempos judiciales», ha añadido con la intención de remarcar que, a día de hoy, resulta complicado saber a ciencia cierta cuándo podría tener lugar la hipotética salida de las exclarisas. 

Tampoco está al tanto el arzobispo sobre el día a día de las monjas cismáticas y su situación económica. Lo que sí ha asegurado es que no se han detectado gastos elevados más allá de los corrientes, similares a los de «otras ocasiones». Por otro lado, no tiene constancia del estado en el que se encuentran las religiosas de mayor edad salvo que «hay una persona que las cuida». 

Al igual que otras veces, Iceta ha tratado de tender la mano a la exabadesa, Laura García de Viedma, y sus acólitas. «Ojalá se produzca esa vuelta de retorno a casa», ha manifestado tras señalar que «siempre es dolorosa la separación de unas hermanas de la comunión de la Iglesia». Sea como fuere, también ha reconocido que no ha mantenido contacto alguno con las religiosas que a lo largo de estos meses han abandonado el convento. Tan solo se reunió, en una ocasión y con el cisma en ciernes, con Sor Amparo

A expensas de recibir una notificación del Juzgado o de que las monjas excomulgadas realicen un nuevo movimiento susceptible de encender las alarmas en el seno de la Iglesia, la Comisión Gestora que el propio Iceta preside continuará reuniéndose cada 15 días para analizar la situación. En el último encuentro, el pasado martes, apenas hubo nada novedoso de lo que informar.

Abusos en la Iglesia

También interpelado sobre las recientes declaraciones del arzobispo de Madrid, José Cobo, pidiendo perdón por los abusos sexuales contra menores perpetrados dentro de la Iglesia católica, Iceta ha aplaudido sus palabras pese a considerar que la comunidad eclesiástica ya ha expresado su malestar con anterioridad.

No en vano, se ha mostrado partidario de reparar el daño causado a las víctimas a través de un «reconocimiento» público de los abusos y el «acompañamiento» hacia quienes los han sufrido. Y aunque no haya querido entrar demasiado a fondo en el asunto, sí ha incidido en la necesidad de dar pasos «todos juntos» para que la reparación sea efectiva.