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Reparar la muralla en el paseo de los Cubos costará cerca de 500.000 euros

Urbanismo instalará un andamio en la Puerta de Judería para proteger ante posibles nuevos desprendimientos hasta que esté listo el proyecto de consolidación, en 2025

Estado de la cara interior de la muralla en la Puerta de Judería, clausurada desde hace un mesÓSCAR CORCUERA

Burgos, Burgos

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El Ayuntamiento intervendrá de urgencia en la muralla, a la altura del paseo de los Cubos, dado el elevado riesgo de nuevos desprendimientos. Lo hará a instancias del informe técnico elaborado tras la caída de varios fragmentos de piedra de considerable tamaño en la Puerta de Judería, incidente que el pasado 28 de septiembre obligaba a clausurar este paso compartido por los números 2, 4, 6 y 8 de la céntrica vía.

Los responsables de las áreas municipales implicadas, Patrimonio y Urbanismo, se reunían ayer con los redactores del plan director de este Bien de Interés Cultural para acordar la intervención necesaria y decidían actuar en dos fases. La primera, inmediata, busca evitar nuevos riesgos, dado el deterioro, y consistirá en la instalación de un andamio de obra en el acceso, aún precintado, para proteger ante otros posibles desprendimientos y poder reabrirlo.

Mientras, se redactará un proyecto para consolidar el tramo de muralla afectado, cuya degradación ya se destacaba en el citado plan -redactado en 2023- como punto susceptible de intervención prioritaria.

La obra, según calculan desde Urbanismo, departamento encargado de acometer los trabajos, costará entre 400.000 y 500.000 euros, que al tratarse de una necesidad sobrevenida no estarán contemplados en el presupuesto esbozado para el año que viene y se incluirán en la primera modificación de crédito del ejercicio.

La estimación inicial es que el andamiaje instalado de manera temporal permanezca en la Puerta de Judería al menos hasta finales de junio de 2025. La colocación de esta estructura se adjudicará vía contrato menor de obra y su importe rondará los 25.000 euros. Idéntica fórmula se empleará para la redacción del proyecto, labor para la que la empresa encargada dispondrá de dos meses.

En concreto, la rehabilitación de la muralla afectará al tramo de muralla que enlaza el arco de San Martín con el llamado cubo de Doña Lambra -esquina frente a la calle Benedictinas de San José- y este con el siguiente, sin denominación oficial, lienzo concreto en el que tenía lugar el derrumbe reciente. En ambos fragmentos del cercado monumental la degradación es patente, alimentada por el crecimiento incontrolado de la vegetación y, sobre todo, por la falta prolongada de cuidados y mantenimiento.

Así lo indica el plan director redactado a petición del Ayuntamiento por Álvarez y Mateo Arquitectos SLP, que además de señalar precisamente que «el procedimiento para actuar sobre la muralla no debería estar basado en el acontecimiento de hechos que hacen peligrar su integridad, sino en una programación que valore, aparte del estado físico de los tramos y elementos, su importancia dentro del conjunto, su ubicación o la oportunidad de la intervención», ya subraya las patologías que colocaban los tramos en la lista de aquellos en los que había que actuar con urgencia.

Detecta en este punto, de hecho, hasta cinco «procesos patológicos o lesiones» que afectan sobre todo a la cara interior y motivan la prioridad, tales como degradación de la piedra, pérdida de rejuntado y mortero de cemento, suciedad por grafitis, filtraciones y grietas, además de la colonización vegetal antes indicada.

Junto a esta zona, el plan precisa que también requieren atención urgente la puerta de San Martín y los fragmentos de muralla ubicados en la iglesia de San Gil, en la calle Trinidad, en San Lesmes y en la calle Murallas