Campaña personas sin hogar
La falta de vivienda social frena la inserción de personas sin hogar
«No encontramos nada decente por debajo de 300 euros», dicen desde Cáritas. Fundación Lesmes plantea «construir viviendas en nuestras instalaciones» porque no hay y «no pueden avanzar a la siguiente fase»
La falta de vivienda asequible es un problema generalizado. Pero se convierte en una angustia para las personas que tratan de reconducir su vida con un empleo y un itinerario de inserción para salir de la calle y el sinhogarismo. «No encuentras nada decente por menos de 300 euros», explica el coordinador del Programa de Atención a Personas en Situación de Sin Hogar de Cáritas, David Polo. «Estamos hablando de una población que ganan poco más de 400 euros no pueden afrontar alquileres por este valor que no encontramos ni habitaciones con el ratio de endeudamiento del 30% para destinar a una vivienda», lamenta la responsable del Centro de Integración Social (CEIS) de Fundación Lesmes, Pilar Martínez Benavides.
La situación no es nueva pero se ha ido agudizando en el tiempo y llega a paralizar los itinerarios naturales de inserción. El 43% de los casos que atienden desde Fundación Lesmes se mantienen en el proceso de inserción. No pueden pasar a una nueva fase. La instalación cuenta con el Centro de Integración Social que está al 60% donde se realiza las primeras intervenciones. Para la segunda fase cuentan con dos pisos de la Fundación con seis plazas donde se estanca el proceso.
Por ello desde el CEIS y Fundación Lesmes se plantean «una modificación física del edificio para facilitar espacios que puedan ser apartamentos de unidades individualizadas porque no hay viviendas públicas para poder seguir con su proceso de inserción, se paran en la segunda fase», explica Martínez de Benavides. Se trata de una idea, que ya se ha puesto en marcha en otros lugares, y para la que habría que pedir permisos, elaborar un proyecto pero «vemos que es la única forma de salvar esta situación porque no se puede pasar de un recurso a otro, están estancados porque no hay pisos ni habitaciones asequibles para ellos», reclamó.
Dificultades con el Ingreso Mínimo Vital
Para Polo la situación demuestra que «sin unas políticas públicas valientes y al margen de la mercantilización de los bienes y necesidades básicas, no va a ser suficiente para garantizar el derecho del acceso a la vivienda y, con ello, a todo lo demás». Reclaman además que en muchos casos el único ingreso del que disponen, el Ingreso Mínimo Vital (IMV) de unos 400 euros, hay una «enorme dificultad para que no se corte, deberían poder acceder de una forma más garantista».
El problema de la vivienda se coloca por encima del acceso al empleo dentro de este camino que las personas sin hogar inician para recuperar la normalidad en sus vidas. «Este año, como ventaja, podemos decir que hay un acceso más rápido al empleo que hay fuera, el problema es que se piensa menos en el tratamiento, pero el problema es la falta de vivienda», lamentan desde Fundación Lesmes.
El perfil de usuarios del CEIS o del Albergue y el Programa de Personas sin Hogar de Cáritas es muy similar al de otros años. Hay mucho ciudadano nacional y personas extracomunitarias. Por sexo la cifra de mujeres se mantiene pero, en cuanto a la edad, sigue creciendo la presencia de personas jóvenes. La cifra se ha incrementado en cinco puntos respecto al año pasado en menores de 36 años atendidos. «Los inmigrantes que llegan son jóvenes, están en edad laboral y vecinos de Burgos con dificultades de encontrar estabilidad en el alquiler de una vivienda», señaló David Polo.
En lo que va de año el Programa de Atención a Personas en Situación de Sin Hogar y Acceso a la Vivienda de Cáritas ha atendido a 1.138 personas realizando con ellos más de 8.000 intervenciones. De todos ellos 92 eran mujeres y 352 iniciaban el proceso de reinserción acompañadas. La atención a personas sin hogar se realiza en Cáritas de Burgos, Aranda y Miranda.
En la capital se ha seguido a 809 personas, 16 mujeres, con la realización de 5.484 intervenciones. En Aranda han sido 174 los usuarios de los que 71 eran mujeres. En Miranda el programa ha realizado 1.828 actuaciones con un total de 281 personas de las que nueve son mujeres. En función de su nacionalidad el 45,8% de las personas atendidas en la capital eran de originen nacional, el 8,8% son comunitarios de la Unión Europea pero no españoles y el 44, 25% es inmigrante extracomunitario.
El Ceis está al 60%
Una vez que han desarrollado los itinerarios de Cáritas se derivan en algunos casos al Centro de Integración Social (CEIS)que gestiona la Fundación Lesmes. La ocupación de este centro en 2023 ha sido del 60%, con un descenso de la ocupación dada la mejora en el acceso al empleo. En total se han atendido a 54 personas de las que 31 han sido casos nuevos.
Burgos
El Ceis de la Fundación Lesmes da apoyo integral a personas en riesgo de exclusión
El Correo de Burgos | El Mundo
En el 63% de las personas atendidas se han cumplido los objetivos, son los denominados casos de éxito, que se mantienen estables. En cuanto al porcentaje de abandono ha subido ligeramente en el último año con una tasa del 22% de usuarios que abandonan el proceso de inserción. Lo que se ha disparado, dada la falta de salida a una vivienda estable, es la permanencia en las primeras fases del programa. Se dobla el caso de personas expulsadas del proceso que es el 15% de los casos atendidos.
La media de estancia de las personas usuarias del CEIS es de 10 meses, inferior a la del año pasado. La media de edad es de algo más de 47 años aunque hay 13 casos con menos de 35 años que han pasado por los itinerarios de Fundación Lesmes. Aumentan los casos registrados de mujeres, 19, y de migrantes, un 9%. El 65% de los usuarios de estas instalaciones son hombres mientras que las personas con discapacidad suponen casi el 40%.
La mayor parte de los usuarios que han acabado en el Centro de Integración Social (Ceis) proceden del Hogar San Francisco de Cáritas Burgos que «sigue siendo la institución que más nos deriva» con el 29,6% de los casos nuevos. También llegan de los centros de Acción Social del Ayuntamiento de la capital y de la diputación provincial en un 11%.A ellos hay que sumar las personas que llegan a través de Arbu, Servicios o centros especializados en adicciones, transeúntes, mujeres o minorías. Y un 9,2% llegaron porque conocían el servicio que se prestaba o lo conocían.