El Misterio de Burgos
La provincia es uno de los «puntos calientes» de España por la cantidad de fenómenos extraños, apariciones fantasmales, avistamientos de ovnis, lugares embrujados y hechos anómalos registrados
Parece que en esta provincia nunca ocurre nada extraño. Que se mantiene al margen de las historias de fantasmas, fenómenos, leyendas. Pero lo cierto es que, lejos de ser así, está considerada, entre los investigadores de los hechos anómalos, «un punto caliente» en España. Aunque esta circunstancia apenas se difunde.
«Estamos en uno de los sitios más misteriosos de la península», apunta Juan José López, investigador burgalés y escritor del libro Burgos Misterioso. «Se habla de otros lugares de España, porque aquí tenemos todo tipo de fenomenología y de sucesos, además, con registros desde hace muchos años».
Es el Misterio de Burgos. La riqueza de casos, dispares, extraños, que han sucedido en la provincia. «Cuando lo hemos comentado en encuentro con investigadores de otros lugares, les narramos, les damos noticia de la variedad que hay en Burgos, tanto de apariciones fantasmales, de encuentros con ovnis, incluso con humanoides, leyendas, se quedan sorprendidos».
Reconoce Juan José que la variedad e importancia de fenómenos no explicados asociados al misterio en la provincia «es algo de lo que podemos realmente presumir». Un encuentro de energías en la provincia que suscita el interés entre los expertos, «nos tienen muy descolocados, no sabemos, no está claro, porque se concentra en unos puntos geográficos más que otros».
En concreto, en Burgos, los hechos extraños relacionados con la fenomenología en el norte de la provincia, en la tierra mágica de las Merindades y especialmente «desde la zona de Medina de Pomar, Villarcayo, y más hacia el norte, a Espinosa de los Monteros». Una «franja» donde se ha dado numerosos fenómenos. Son lugares de poder.
Algunos de ellos se plasman en su libro ‘Burgos Misterioso’. Son veintiún casos reales investigados que recorren la provincia, desde el Santuario de Santa Casilda, al Torreón de Covarrubias, el crimen de Muga, las voces de la pirámide de los italianos, el encuentro con los humanoides de Villarcayo. Expedientes conocidos que revisó para dar forma al libro e intentar dar una explicación, buscar nuevas pistas, saber que quedaba del misterio en aquellos lugares.
Entre ellos, Juan José destaca dos por la huella que le han dejado en su investigación personal. El primero, el caso de la enferma de Montecillo, una localidad cercana a Espinosa, donde se afirmaba que en 1918 una mujer había sobrevivido 15 años sin comer ni beber absolutamente nada. Con la incredulidad y la curiosidad por saber qué había detrás, Juan José López, se embarcó en 2016 en la revisión de los hechos.
«Es un caso increíble, muy estudiado científicamente, tanto en el momento que ocurrió a principios del siglo XX, como cuando yo realicé la investigación durante tres años, acompañado de doctoras, de psicólogos y con muchísima información. Es increíble». Un caso que le fascinó y que confiesa que, aún ahora, no puede darle un final, con una explicación plausible, razonable para entender «como Amalia pasó 15 años sin ingerir nada y tener los sentidos desarrollados y la mente lúcida hasta el final de sus días».
En el otro lado se encuentra una experiencia personal que le acercó al misterio directamente y fue la que vivió en un hotel situado en la localidad de Castrojeriz, donde se habían registrado todo tipo sucesos, apariciones, voces, movimiento de objetos. Una experiencia que el propio investigador pudo vivir de cerca «porque salí de allí siendo testigo de cosas alucinantes, que nunca está ese momento había vivido», confiesa López.
Una situación que también le abrió la posibilidad de conocer una parte fundamental en este campo. La sensación de ser testigo directo de un hecho anómalo. El de entender lo difícil que resulta a una persona que ha tenido un encuentro con el misterio, contarlo, abrirse, compartir. «Lo valiente que tienen que ser las personas para contar ciertas cosas, porque piensan: van a decir, ‘este tío está chalado’, se lo está inventando. Y lo pienso y me digo, yo también viví cosas increíbles».
NUEVAS INVESTIGACIONES
Una fenomenología que no para. Continúa produciéndose en Burgos. «Todas las semanas me llegan correos, mensajes con casos, la mayoría explicables, hay que ser honestos. Pero, estas personas están mostrando una preocupación, en muchos casos, el testigo, necesita una respuesta, alguien que le escuche».
Entre los casos nuevos destaca uno que lleva en estudio e investigación desde hace tres años, junto a un equipo de médicos y psicólogos. Atañe a una mujer de la provincia de Burgos «que parece sufrir, según sus propias palabras, ataques de un ente, de una entidad».
Se manifiestan «en forma de marcas, siempre cuatro rayas paralelas en su cuerpo, a modo de quemadura». El investigador relata que la mujer refiere como «nota que le agarran el cuerpo y aparecen esas rayas paralelas».
Un fenómeno que él, y las personas que le acompañan han vivido. «Hemos sido testigos. Hemos visto como de la nada en el cuello, se empezaba a abrir la piel, sin que ella se dieron cuenta y comenzaba a manar sangre. En ese momento ella estaba alterada, porque aseguraba que había algo o alguien cerca, que no veíamos nosotros».
Un caso que apunta tiene muy «descolocados» a los investigadores y que conlleva otro tipo de manifestación. Esta vez a través de un pequeño muñeco que la mujer, tenía en su casa y que Juan José ha investigado durante un tiempo. El juguete se pone en marcha solo y emite sonidos, «por la noche comienza a funcionar sin que nadie accione el pulsador ni tiene pilas. Tenemos grabaciones de ello».
Un situación con muchas variantes que López comenzó a estudiar desde la ciencia y que «está ya entrando en otra etapa de análisis con personas de la talla de Aldo Linares», un miembro del equipo de investigadores del grupo Hepta.
LUZ DE LOS SANTOS
El Misterio tiene especial relieve estos días si nos fijamos en la fiesta de Halloween, que aun siendo una costumbre importada de Estados Unidos, hunde sus raíces en nuestro Samhainn celta. La festividad de marca el final de la temporada de cosechas y el comienzo del invierno o la «mitad más oscura» del año. En este tiempo Juan José López recuerda nuestra unión con el folclore, la antropología ligada a las leyendas y los mitos. En España existen, ritos como de la tierra Gallega, que en estos días de Difuntos preparan la lumbre, una silla vacía y un plato en la mesa para compartir con las almas que regresan. O la moza de ánimas de la Alberca, en Salamanca, que tañe la campana por las calles.
En nuestra provincia, más allá de la costumbre de visitar los camposantos y llevar flores, hay pocas tradiciones asociadas. Aunque sí recuerda que los más mayores, en algunas localidades prendían una vela en la ventana. «Para indicar a los espíritus, a los difuntos, pues donde está esa casa de su familia, es simbólico», explica el escritor e investigador Juan José López, «de hecho, a algunas personas que lo están haciendo realmente no saben su significado, por qué lo hacen».
La vela, la luz, que da origen a la palabra velatorios, se utilizaba para que cuando alguien fallecía, el espíritu saliera por la ventana. En la actualidad su significado es otro. «En la noche de los difuntos esa vela se pone precisamente para orientar al alma y que se sientan un poco más acompañados por los su familia». Un homenaje, un recuerdo a los que se fueron y siempre recordaremos.