El Correo de Burgos

El juzgado decreta el ingreso en prisión del detenido por matar a su compañero de piso

El juzgado de Instrucción 4, en funciones de guardia, lo investiga por un delito de homicidio

Imagen del portal del edificio de la vivienda donde se produjo la agresión mortal.

Imagen del portal del edificio de la vivienda donde se produjo la agresión mortal.SANTI OTERO

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Burgos

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El juzgado de Instrucción 4, en funciones de guardia, ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del detenido por matar a su compañero de piso la madrugada del pasado martes. El juzgado le investiga por un posible delito de homicidio.

El detenido, de 55 años, y con numerosos antecedentes policiales, agredió mortalmente, a un compañero de piso en el número 50 de residencial Mirabueno, en la calle Ruiz de Alarcón. El centro de emergencias del 1-1-2 recibía una llamada a las 00.51 horas en la que se alertaba de una agresión con arma blanca a un hombre en una vivienda en el número 50 de la calle Ruiz de Alarcón.

Inmediatamente, el aviso se trasladaba a la Policía Nacional y a la Policía Local, en el que se indicaba que un hombre de 56 años estaba gravemente herido en el abdomen por una agresión con un arma blanca. Según la información facilitada por la Subdelegación del Gobierno en Burgos, era otro hombre, más joven, que también residía en el domicilio donde se produjo la agresión, el que había avisado a emergencias del 1-1-2, aviso en el que alertaba de la gravedad de las heridas que tenía la víctima.

Cuando los efectivos de la Policía Nacional y la Policía Local, que acudió a la zona con dos dotaciones, llegaron a lugar encontraron al joven que había avisado al 1-1-2 que estaba intentando taponar la herida que tenía el agredido en la parte izquierda del tórax. Los agentes que acudieron al lugar intentaron mantener con vida al hombre agredido hasta la llegada de los servicios de emergencia.

Emergencias Sanitarias había enviado al lugar una UVI móvil y una ambulancia con soporte vital básico, y los servicios sanitarios estuvieron durante más de una hora tratando de estabilizar y mantener con vida al agredido, para trasladarlo a continuación al Hospital Universitario de Burgos (HUBU), donde posteriormente falleció, a pesar de los esfuerzos de los servicios sanitarios.

Mientras los servicios de emergencias habían trasladado al agredido al HUBU, los agentes de la Policía Nacional y la Policía Local desplegaban un dispositivo para localizar al agresor, del que ya tenían datos por ser un individuo con numerosos antecedentes policiales, y que había huido de la vivienda.

El dispositivo policial no tardó en dar sus frutos cuando minutos después esta persona era localizada deambulando por una calle cerca del lugar. En concreto, era una dotación de la Policía Local la que localizaba y detenía al agresor en la calle Tirso de Molina al autor de las graves lesiones. Los agentes, entre sus pertenencias, encontraban un cuchillo de cocina de once centímetros de longitud de hoja con el que habría asestado la puñalada.

Además, los agentes le intervinieron las llaves de un vehículo estacionado en las inmediaciones del domicilio donde se produjo la agresión mortal y que el pasado 2 de noviembre fue denunciado como sustraído. El detenido, de 55 años, está en dependencias de la Comisaría de Policía Burgos y pasará a disposición judicial en las próximas horas.

El detenido y la víctima de la agresión son bien conocidos por la Policía Nacional. De hecho, el ahora detenido había salido de la cárcel recientemente, según las fuentes consultadas por este periódico, y convivía con la víctima y con otras dos personas en un bajo del número 50 de residencial Mirabueno, una tranquila urbanización de la zona sur cuyos vecinos ya habían tenido que avisar más de una vez a la Policía por los conflictos generados por estos inquilinos, con problemas de drogadicción.

Pocos vecinos se dieron cuenta de lo que pasó la pasada madrugada, muchos de ellos comentaban que fue cuando vieron las luces de los coches de la Policía y de las ambulancias. Una vecina que no había visto nada, porque estaba en la parte opuesta de la urbanización, cuando supo que la agresión mortal había sido en el número 50 comentó que la Policía había ido «más veces» y que por las noches había mucho trasiego de personas.

Otro vecino recordaba que había habido tranquilidad en la comunidad hasta hace mes y medio, cuando había vuelto a haber problemas, y que se trataba de un piso en que «había trapicheo».

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