De Burgos a la zona cero de la Dana en Valencia. «Ahora toca quitar barro y barro, no hay otra»
César Calvo y su hijo Samuel empezaron a recaudar dinero entre conocidos para ayudar a los afectados por la Dana Valencia. En 72 horas acabaron comprando ellos productos y desplazándose a Valencia. Llevan desde ayer en Chiva. «Es muy duro, de un día para otro se han quedado sin nada»
La solidaridad con la zona arrasada por la Dana en Valencia no para, aunque algunos apuestan por actuar sobre el terreno. Es el caso de César Calvo y su hijo Samuel que empezaron solicitando donaciones el domingo hasta acabar 72 horas después entregando el material adquirido con parte de ese dinero en el Centro de Coordinación de Chiva. Dos días después están enfrascados en ayudar. «Aquí no queda más que quitar barro, barro y más barro, es lo que hay y el barranco seco», relatan.
Insisten una y otra vez que «nosotros teníamos tiempo para venir pero la rapidez en donar y aportar es de muchos». Relata emocionado como «todos han puesto de su lado». Con el dinero recaudado entre grupos de amigos, unos 3.300 euros en poco más de un día, hicieron compras de materiales que podrían necesitarse como ropa interior; ibuprofeno para mayores, Dalsy para pequeños; botas «arrasamos con las botas de agua del Decathlon, creo que las dejamos vacías, nos llevamos todas desde la talla 34 a la 45»; y material eléctrico, pilas, linternas...
«Nosotros estamos aquí, tenemos tiempo disponible, pero son muchos los que han ayudado en menos de un día con poco mucho, ha sido tremendo»
«Veíamos que ya no nos cabía en el coche y Sergio, un amigo de mi hijo, nos dejó una furgoneta que es en la que nos movemos estos días y vamos cargando nuevo material en comercios que sí están abiertos y suministrados en función de lo que nos comentan que se necesita», explica. Insiste en la aportación de la furgoneta como vital para desarrollar su labor. Y es que de los 3.300 aún queda dinero porque todos los productos profesionales adquiridos en Materiales Eléctrico Battaner, el establecimiento les entregó la misma cantidad que habían gastado.
El martes tenían la furgoneta llena descargando en el centro de emergencias que recoge todas las donaciones en Chiva. Se remangaron, se pusieron unas botas y desde entonces están allí retirando barro aprovechando estos días libres de los que disponen. Fue Samuel quien se decidió a movilizar a su padre para, primero, recoger algún dinero entre conocidos y, después, a desplazarse hasta el viernes para ayudar. «Conocemos la zona, los suegros de mi hijo viven en Puerto de Sagunto, no está afectado, y yo tengo familia en Torrent, que también han librado, pero teníamos la posibilidad de venir y aquí estamos pero los importantes son todos los que han donado en tan poco tiempo», explica.
Una vez que descargaron su furgoneta, se remangaron en el Centro de Emergencias para que les orientaran donde ayudar. Les dieron una pala, rastrillo cubos y les asignaron su espacio. «Nos indicaron el polígono industrial de Chiva porque en zonas residenciales no nos veíamos preparados para lo que nos podíamos encontrar», explica. Así acabaron en una nave donde el barro alcanzó metro y medio de altura. «Ayudamos a limpiar las naves porque de las carreteras y de las comunicaciones se encargan Bomberos y Protección Civil». Allí conocieron a dos jóvenes que están al frente de la empresa ‘Mosquistop’. Es una empresa familiar donde el barro anegó toda la nave de 200 metros de largo. «Cuando les decimos que venimos de Burgos, alucinan, pero aquí hay mucha gente y lo que hemos podido suministrar ha sido gracias a la colaboración de muchos, cada uno con lo que ha podido, pero es que esto es muy duro». Destacan desde la colaboración del Club Deportivo Puentedura, de la Peña la Kuadrilla de Burgos y las donaciones de «mucha gente que nos ha permitido sumar 3.300 euros que nos permite comprar todo tipo de materiales y productos de primera necesidad que hemos entregado en el pueblo de Chiva», resume. De todo guardan un tiquet, quieren que «todo el que ha colaborado sepa a dónde ha ido el dinero». Ellos entregan su tiempo.
«Te reciben con los brazos abiertos»
Las jornadas de trabajo estos días en Valencia son maratonianas. César y Samuel pasan noche en Puerto de Sagunto donde cenan, se asean y desayunan en casa de los familiares. En la zona de Valencia que no ha sido arrasada hay supermercados bien abastecidos y van adquiriendo todo lo que se necesita. «Como pasamos por el centro de emergencia vemos un poco lo que se demanda en cada momento, llenamos la furgoneta y a la que nos acercamos a Chiva depositamos los enseres, ahora productos de higiene, mascarillas, guantes, y nos vamos al polígono a retirar barro».
Los vecinos de la zona prepran la comida y el almuerzo a los voluntarios. Y ese contacto humano, lleno de agradecimiento alimenta las fuerzas para el resto de la jornada. «La verdad que la gente está superagradecida, nos tratan muy bien, hemos sido muy bien recibidos porque venimos a trabajar y ayudar en lo que sea necesario», explica. Y vendrán más, aseguran. Pero es que todo está destrozado. «Hay un concesionario de camiones con todas las cabezas tractoras hechas polvo, en los quitamiedos de la autopista por la que venimos sólo hay ramas y cañas y se ve que el agua llegó hasta un metro de altura o más, es tremendo». Aunque lo que más impresiona es el drama humano. «Es terrible, ayer un hombre de 70 años lloraba porque iba al centro a pedir algo que nunca había hecho, es que es muy duro se han quedado sin nada de un día para otro, hay casas en este pueblo que tendrán que derribar, es terrible», explica.