La parroquia de San José se plantea reabrir el albergue para ayudar a pagar los 600.000€ que adeuda
Debe 216.000€ de un crédito que pidió en 2008 para pagar arreglos y más de 400.000€ a la diócesis, que asumió los pagos cuando a la parroquía le fue imposible
La parroquia de San José Obrero de Burgos se enfrenta una situación financiera complicada que ha llevado al nuevo párroco a solicitar el apoyo de sus feligreses para superar el elevado nivel de endeudamiento que arrastra desde el año 2016.
El proyecto de renovación de la parroquia, liderado hace algo más de quince años por el sacerdote Carlos Alonso incluyó numerosas obras de mejora en las instalaciones, como la reparación del tejado, la implementación de un sistema de calefacción, la renovación del albergue, o la adecuación de la capilla para la adoración perpetua, así y la remodelación de los salones parroquiales.
El coste total ascendió a 1,2 millones de euros, que fueron financiados mediante un crédito a 25 años firmado en desde 2008 con Caja Círculo.
Desde entonces, la parroquia ha asumido una cuota mensual de más de 3.000 euros, de la cual aproximadamente dos tercios corresponden a la amortización de la deuda y el resto a intereses. Los pagos se mantuvieron constantes hasta que, en 2016, la situación se complicó cuando un constructor de la provincia que actuaba como benefactor retiró el aval inicial.
Ante esta situación, el arzobispado de Burgos tuvo que intervenir para evitar que la parroquia incumpliera con el crédito, adelantando los pagos necesarios sin cobrar intereses.
A la fecha de hoy, a la parroquia aún le restan por liquidar 216.000 euros de este crédito, cuyo vencimiento está previsto para 2033. No obstante, el saldo total de la deuda de la parroquia es mayor ya que San José Obrero debe abonar al arzobispado del dinero que ha aportado en estos años, que asciende a unos 400.000 euros.
Tras la última reordenación de las parroquias emprendida por el arzobispo, el traslado del anterior párroco y la salida de la religiosa que daba apoyo al templo y al albergue han permitido que San José encuentre una vía de ingresos adicionales provenientes del alquiler de los tres apartamentos que ocupaban estos religiosos destinados a la parroquia, que han sido puestos en renta y que aportan un total de 1.800 euros mensuales.
Sin embargo, esta cantidad no es suficiente para afrontar las obligaciones financieras del crédito y ante esta situación, se apunta a que la parroquia optará por reabrir el albergue de peregrinos que ocupa las instalaciones del antiguo seminario de misiones, anexo a la parroquia, aunque aún no se han definido los detalles de gestión ni el posible beneficio económico que podría aportar.
Adicionalmente, determinados feligreses realizan una donación fija mensual destinada a este pago del crédito y reciben un recibo que les permite desgravar sus aportaciones. Además de esta petición, ya desde hace años la colecta del primer domingo de mes se utiliza para sufragar los gastos de la calefacción en la parroquia.
A esa generosidad es a la que apeló este domingo, coincidiendo con el Día de la Iglesia Diocesana y el Seminario, el nuevo párroco de San José, Máximo Barbero Pérez, quien también está al frente de la parroquia de San Cosme y San Damián. El titular de la parroquia expuso la situación económica a los feligreses de San José Obrero durante la misa de la una de la tarde y en su mensaje a la comunidad parroquial explicó la necesidad urgente de conseguir ingresos adicionales para cubrir los pagos pendientes y garantizar la estabilidad financiera de la parroquia.
Para ello, se distribuyó un folleto que incluía un número de cuenta, información de Bizum y otras vías de donación, invitando a los feligreses a realizar contribuciones periódicas o puntuales, una iniciativa que podría ampliar la base de contribuyentes y garantizar una fuente de ingresos más estable para la parroquia.
Muchos de los presentes en la eucaristía al término de la cual el párroco expuso las cuentas de la parroquia desconocían la situación financiera por la que atraviesa y la existencia de una deuda arrastrada que supera los 600.000 euros, de los que dos terceras partes se adeudan a la propia Diócesis de Burgos.
El arzobispado, que sigue al pie de la letra las gestiones, ha visto que estas medidas le permitirían dejar de aportar más dinero al crédito y que sea la parroquia la que recupere la capacidad para hacer frente a su deuda por sí sola y le ha trasladado que, con los ingresos complementarios que está promoviendo y la ayuda de los fieles, San José Obrero podría alcanzar una autonomía económica que le permitiría cumplir con el resto de los pagos pendientes si aportaciones adicionales de la diócesis.
Seminario de misiones
Construida a mediados del siglo XX, esta iglesia funcionó como capilla del Seminario de Misiones entre 1950 y 1972. Tras la desaparición de ese centro de formación de vocacines misioneras, la iglesia pasó primero a manos de los jesuitas, luego al Ayuntamiento de Burgos y, finalmente, al Arzobispado, que nombró párroco el año pasado a Máximo Barbero.
La parroquia de San José Obrero alberga la única capilla de adoración perpetua de la diócesis y cuenta, además, con un albergue para los peregrinos del Camino de Santiago.