TROTABURGOS
Tubilla del Agua, el espectáculo de la naturaleza en el Rudrón
Una localidad que conserva un atractivo caserío situado en un entorno que invita a conocerlo en cualquier época del año
Numerosas cascadas circulan por la localidad.
A veces el viajero que pasa por la Nacional 623, camino hacia el norte de la provincia, pasa por Tubilla del Agua sin detenerse. Desde la carretera la visión nos devuelve un casco urbano, cuidado, bonito, atractivo. Pero Tubilla es algo más. Merece la pena para para conocer sus calles y entorno.
Ubicada a 48 kilómetros de la capital, en el Valle del Rudrón, una comarca que se caracteriza por sus amplios páramos calizos, por los que discurren los ríos Ebro y Rudrón. Aunque no está claro, el nombre Tubilla del Agua pudiera derivar del término’ toba’. Un tipo de piedra caliza, porosa, ligera y frágil, muy abundante en la zona. Una ‘apellido’ que no siempre ha sido el mismo, ya que a finales de la Edad Media se le conocía con el nombre del Lago.
El río Hornillo discurre Tubilla, dejando a su paso pequeñas cascadas. El murmullo del agua acompaña el caso urbano que se desarrolló siguiendo el desnivel del río, en un recorrido que busca encontrarse con el Rudrón. Dependiendo de la época, se pueden disfrutar de la cascada de Santa Olalla, la de los Torcos y la cascada de la Fuentona, situada ya fuera del casco urbano. Un atractivo que Tubilla conoce, atesora y cuida. Ofrece al caminante la posibilidad de un trazado circular para conocer estos saltos de agua.
Iglesia de Santa María.
Las primeras evidencias de poblamiento se sitúan en el Neolítico. En las parameras circundantes se localizan varios dólmenes que, junto con todos los demás existentes en la comarca de La Lora, forman parte de uno de los mayores conjuntos dolménicos de Europa. Es una zona se ha realizado diferentes excavaciones arqueológicas, entre las que destaca el Dolmen de Valdemuriel, que está catalogado como el más antiguo de la provincia.
No es hasta la Alta Edad Media cuando se tiene constancia de la existencia de la localidad en los documentos. En el siglo XVIII el Catastro del Marqués de la Ensenada refleja ciertos datos curiosos del lugar. Una población rica en nogales, manzanos, perales, olmos y cereal. En materia de diezmos, «unos se pagaban al arzobispo de Burgos, otros a los curas, uno a las parroquias y los dos restantes al convento de Santa Fe de Toledo».
Cascada de Velo de Agua
La zona mantuvo la población, pero en el siglo XIX comenzó la emigración hacia América. Allí se encuentran descendientes de Tubilla en Arizona y California. También en Argentina, Cuba e incluso Australia. Ya en el siglo XX algunos marcharon hacia el norte, a Vizcaya, Guipúzcoa, Asturias, O Santander.
La economía del lugar siempre estuvo enfocada a la agricultura y ganadería. Aunque durante los años de oro del petróleo de la Lora, los habitantes del lugar también trabajaron en las parameras en la extracción del oro negro.
Hoy Tubilla es un oasis de paz. Su casco urbano está cuidado, con calles, casas y plazas que merecen un recorrido tranquilo. Un pasaje que se abre al cañón del Rudrón.
La localidad conserva un cuidado caserío.
Entre los lugares de interés que se pueden visitar en Tubilla del Agua destaca la iglesia de Santa María, que está ubicada en el centro del pueblo. Se trata de un templo románico que destacaba por su retablo, que tuvo que venderse durante el pasado siglo para sufragar los gastos de su restauración.
También destaca la iglesia de San Esteban Protomártir, con una bella pila bautismal. Además, hay restos, en estado de ruina, de las la Iglesia de San Juan y de la iglesia de San Miguel.